¿Merecerme un futuro? Tal vez por lo que no hice, por lo que pude hacer, era justo la razón por la que no me merecía nada. Pude evitar que Liliana hiciera tal estupidez que le cobró la vida, pero en ese momento pensé que porque ella lucía una sonrisa todo estaría bien. Que equivocado se está cuando uno no ve detrás de una falsa felicidad.
-Tu no lo entiendes. - digo exasperado. – Había algo más, algo que ella nunca me dijo. Porque un día estábamos felices, trazando un futuro, y al otro ella estaba en una fría mesa de la morgue. No tiene sentido, desde que liliana se fue, le perdí el sentido a mucho.
La cabeza me dolía, y el cuerpo soportaba el dolor de cabeza. Intento poner una barrera a los recuerdos e imágenes que llegan como bolas de demolición, pero mi intento se queda en sueños, porque llegan y lastiman.
<Ya son más de tres días en los que evito a Alejandro, llego a la oficina, me oculto en el despacho de Santiago y después salía a escondidas. No estaba preparada para sus preguntas, su mirada acosadora y su, aunque muy tarde, disculpas. Simplemente no quería verlo, y después del abrazo que tuve con Santiago en el pasillo, no estaba segura de hacia dónde se inclinaban mis sentimientos, y menos, quería complicarlos con los que sentía por él.Ahora estaba en la oficina con Santiago, él me estaba dando la espalda, mirando el gran ventanal que tenía adelante. Lo observo por unos minutos, luce sereno y calmado, sin ápice de preocupación o estrés, y eso que estábamos muy cerca de la fecha en que se abrirá el testamento de su abuelo.Termino con unas anotaciones y me acerco a él. Solo doy unos pasos cuando Santiago voltea en mi direcció
Y aunque tengo la respuesta en la punta de la lengua, me detuve a pensar en su pregunta. ¿Amo a Santiago? No. Ese sentimiento no debía surgir entre nosotros, pero si lo quería, porque estuvo conmigo cuando más necesitaba de un hombro en que llorar, porque siendo un extraño se quedó conmigo, no como Alejandro, él se fue cuando el caos recién comenzaba. Esta bien, Santiago tiene secretos, como cualquier persona. Y tenemos un contrato, y aunque mi parte se desvió de mis deseos, el hecho de que yo no ganara no significaba que lo quería ver perder a él también. Y mientras pienso más en Santiago, en sus ojos azules, en sus cabellos castaños, su forma de moverse, la curvatura de sus labios, me detengo a sentir en que el querer se puede estar transformando en algo más, en algo que no sabré cómo detener cuando llegue completo.- Sí, lo amo. – Y eso
En tres días se abrirá el testamento del abuelo de Santiago, solo tres días y todo por lo que él había engañado estaría en sus manos. Santiago no dejaba ir a los nervios, en especial, cuando Mario lo visitaba. Pero, aunque entendía su preocupación, su miedo a que su primo nos describiera y decidiera tomar venganza, se me era casi imposible visualizar de que modo Mario nos haría daño. Y por otro lado, estaban las mentiras que se estaban volviendo realidad, de pronto fingir amor no era agotador ni un secreto.Giro la manivela de la puerta, después de una cita con una clienta por fin estoy en casa, o, mejor dicho, en la de Santiago. Me agrada vivir con él, pero al mínimo recordatorio de que todo acabara pronto se me pone los pelos de punta. Descubrir estar enamorada de Santiago no fue una sorpresa total, sino más bien, darle sentido al ritmo frenético de mi coraz
Mis padres, mi tía, Lucia, Lina, Mario, Fernanda y yo estábamos en la oficina de Lexur, el plazo se había cumplido, hoy se abriría el testamento de mi abuelo.Me he alejado de Fernanda los últimos días desde que Mario envió las flores y no era por el motivo de que ella no quería botarlas, sino porque cada vez se acercaba más a mis secretos, y debía protegerla. Sin embargo, también había algo que me gritaba, una voz que venía de mi pecho, que me alejara de Fernanda que era peligrosa sentirla tan cerca.Desde esa tarde, cuando hablamos en nuestra habitación, he reprimido recuerdos y sentimientos, con la vaga esperanza de que si los ignoraba se irían. Que iluso era pensar de ese modo.Ya no trabajabamos juntos en mi despacho, sino que ella se había mudada al suyo. Yo también me había mudado, pero no de despacho, sino de hab
Trago saliva, y le grito a mi pecho que por una vez en la vida me deje a mí la situación.-Lo siento. – Doy un paso me coloco al frente de ella, necesito ver su mirada, saber lo que se consume por dentro. – Sé que me he estado comportando como un idiota toda esta última semana, y que no merezco que me perdones, pero es que me volvió loco ver como Mario te enviaba flores, sé que no es una excusa, pero sí la verdad. – Omití el hecho de que se acercaba a mis secretos, que con un ruego de ella toda muralla que había construido quedaría hecha polvo.-Me has estado evitando todos estos días, he sentido que me hacías a un lado, como si no te importara. – dice con lágrimas en los ojos.MIERDA, y de las que joden. No podía ver a Fernanda llorar, no podía soportarlo, y, en especial, por saber que yo era el motivo de ella.<
FernandaDos años atrásOdio la lluvia, siempre pasa algo malo cuando del cielo empiezan a caer pequeñas gotas que calan en la piel, en el jardín, en la grava del suelo, en los techos que resuenan como piedras y en las ventanas que escurren. Cuando llueve se aumenta la probabilidad de accidentes, son mayores los despistes de carreteras, es el momento perfecto para llorar, o tomarte un té y leer un libro, los perros se vuelven más ansiosos y la tierra adquiere un olor a nuevo. De cualquier forma, siempre pasa algo, para bien o para mal, todo termina cambiando.Ahora estoy en casa de mis padres, Alejandro tuvo su entrevista de trabajo a la que asistir y yo acompaño a mi madre a cuidar a mi padre, quien tuvo un infarto hace poco tiempo. Y aunque estoy feliz de regresar a casa no dejo de pensar de extraño a mi novio, y que, si pasa esta entrevista, que es más como un concurso por una vacante en el
SantiagoLa carta de mi abuelo decía.¨Vive, para que a los ochenta y seis años no te arrepientas de lo que pudisteis hacer. ¨Y esa misma tarde, con el sobre en la mano me pregunté: ¿Qué no había hecho mi abuelo de lo que se arrepentía? ¿Por qué me pedía vivir cuando él mismo vio como mi vida se iba a una mierda? Pero era absurdo hacerme preguntas, el viejo ya no estaba para responderlas, y yo había mentido para tener su herencia.Esta mañana, cuando llegue a la oficina, me espero una carta que me dejo congelado. No tenia remitente ni un seudónimo de donde guíame para saber quien la envió, era un solo papel que contenía unas cuantas líneas que me retrocedió en el pasado, y al mismo tiempo, me advirtió sobre el futuro." Le ganaste. Él está seguro que todo es una farsa y
Llevo buscando a Santiago por cerca de veinte minutos, la última vez que lo vi estaba con Logan, pero cuando Emma llegó conmigo y Laura ellos desaparecieron de mi vista. Caminé por toda la sala, y mientras lo hacía me sentía como un premio que se exponía, aunque solo era mi suegra con una sonrisa en el rostro y su emoción cuando le decía a los demás que era la esposa de su hijo. Sí, esa palabra, ¨Esposa¨, se había repetido tantas veces que en un momento dado me canse de escucharla, y más por el agobio que significa oírla era mi poca esperanza que de siga siendo así por mucho tiempo más. Me escapé de una Emma que bromeaba sobre lo estrafalario que era todo el lugar y de una Laura que no dejaba de presentarme hacia los demás.Me adentre a unos pasillos que desconocía, algunas parejas venían de allí con risas y un poco ebrios,