Santiago Ferreira Llevo dos meses yendo con un terapeuta. El consultorio del Dr. Steve es neutro, sin ninguna señal de familiaridad ni ápice de su personalidad, un ambiente donde no hay más que concentrase en tus emociones. Funcionaba. Me funcionaba. - ¿La extrañas? – preguntó mientras se sentaba detrás del escritorio y dejaba su taza de café a un lado. Steve no lleva una capeta de notas como los demás terapeutas, cosa que me lucia de los más extraño, y cuando le pregunte el por qué, solo respondió que era porque sus pacientes se concentraban más en lo que escribía que expresarse. Tiene lógica. - ¿A quién? – A veces me perdía en nuestras sesiones, como cuando saltábamos del pasado al presente, del presente al pasado, de Liliana a fernanda, sin embargo, creo que ese era su método, confundirme para sacarme de un jalón todo lo que llevaba dentro. - A tu esposa, ¿la extrañas? En cada sesión me sentaba mirando al gran ventanal, me gustaba ver al cielo, así estuviera nublado, so
Fernanda está a unos pasos, muy cerca, exactamente a tres pies y dos escalones arriba recostada en la puerta. Nuestra distancia es tortura. Arremato contra ella. - ¿Fue suficiente tiempo? – pregunta cuando llegamos a estar frente a frente. Han sido los quince minutos más torturantes de mi vida mientras conducía a casa de Lina e imaginaba a Fernanda esperándome en el umbral de la puerta, justo como sucedió. - Lo necesario. Bajo la mirada al suelo, nuestros zapatos casi te tocan, y quiero creer que este nuestro punto de partida, donde nuestros caminos se entrelazan. Levanto el rostro y observo a Fernanda, que luce radiante con ese vestido amarillo, el cabello libre y la mirada brillante, los ojos verdes y las mejillas rosadas y redondas. Hay algo diferente en ella, pero aún no entreveo si es bueno malo. - Te amo. – suelto. Fernanda abre los labios para responder, pero no le doy tiempo y cojo su nuca para fundirnos en un beso. El beso marca un nuevo inicio, sin culpas sin mi
Mi mamá miraba a su nieto encantada y yo la miraba feliz al fin había ocurrido un milagro y mi mamá estaba viva y están bien— No puedo creer que me salte tanta cosas de tu vida — Dijo sin aún mirarme a mi, sonreí de lado.— Nada de es es importante madre — Le dije. Me acerqué a la cama y la abrase a ella y a Sebastián mi bebé de 5 meses.— Santiago y yo nos vamos a casta otra vez y tu estarás en primera filaElla sonrió y solo se quedó ahí.Mamá había despertado hace poco y habíamos decidido casarnos que esta vez fuera real que estuviera mi madre y nuestro hijo, merecíamos tener eso, el merecía tener un vida feliz.****Fernanda hizo su entrada acompañada del brazo de su madre quien sonreía radiante, ella por otro lado estaba igual y cuando nuestras miradas
— ¡Niños, hora de comer! — Grita Fernanda desde la puerta francesa que da acceso al jardín. — ¿Destiny, donde están tu hermana y Sarah? — Le pregunta a su hermosa hija de seis años, está juega en la piscina en compañía de su hermano mayor. — Creo que están en su habitación, están hablando de novios — Habla con desagrado como si el termino novio fuese la palabra más asquerosa del mundo. Fernanda miró a Lina quién sonreía, no había dudas que su hija se parecía a ella. — Si tu padre escucha eso se volvería loco —Bromea lina — Niños, salgan de la piscina y vengan a comer — Fernanda deja el plato de ensalada y regresa a la cocina donde esta emmea ayudando a los últimos preparativos para el almuerzo familiar. —¿Mi amor, pequeño, puedes ir por tu hermana y tu prima a su habitación? — Pregunta Fernanda a su hijo mayor Quién había pensado que ella terminaría con tres hijos — Sí, mami —Responde el niño de 8 años saliendo de la piscina y corriendo a las escaleras que conducen al segundo p
>. — ¿Qué tanto miras? — Pregunta la castaña terminando de peinar el rubio y alocado cabello de su hijo menor a quien está preparando para el cumpleaños número nueve de su hermano mayor Sebastián. — Al amor de mi vida — Las mejillas de la castaña se tiñen sin poder evitarlo. — A la mujer más hermosa de todas — Se levanta. — A la madre de mis hijos —Camina hacia ella quien se encuentra frente al espejo. — A la persona con la que deseo pasar el resto de mi vida — La abraza por detrás y besa su nuca. — Santiago, nuestro hijo menor está aquí, compórtate — Lo mira a través del espejo. — ¿Damián, campeón, por qué no vas a desayunar con tus hermanos mientras yo ayudo a mamá a prepararse? — ¡Sí! — Se levanta del banquillo y sale corriendo. — Santiago,
Dos cuatro de casados Como cada mañana desde hace algunos años despierto en la comodidad de mi cama con mi bella esposa a mi lado, siento su calor invadir mi cuerpo y su mirada sobre mí, no hay mucho qué ver pues hemos comenzado a dormir con ropa, los niños se han hecho demasiado curiosos y sus preguntas son bastante incomodas. Siento su cuerpo moverse un poco quedando ligeramente sobre mi.— Sé que estas despierto — Susurra en mi oído provocándome cosquillas.Sonrío cuando siento sus labios en mi mejilla, rodeo su cintura y giro en la cama dejándolo debajo de mi cuerpo, me acerco a su cuello acariciando suavemente con la nariz.— Buenos días amor — Beso su cuello.— Hola amor — Sonríe. — Me encanta cuando despiertas más cariñoso de lo normal pero creo que si tus hijos nos ven así podríamos causarles un trauma y no deseo que mis niños queden así — Posiblemente, yo pasé por eso y créeme, no es nada que un buen psicólogo no pueda arreglar — reí ante eso el solo sonreíaPasa sus brazo
— Santiago — se escuchó un llamado para luego escuchar un fuerte grito cosa que alertó a Santiago rápidamente que se encontraba con Logan y Rafael Santiago fue a la cocina y llamó a la niñera de los niños con fuerza haciendo que la nerviosa. Este era el segundo embarazo que pasaba con esta familia y sabía lo mucho que la señora Fernanda se alteran y eso alteraba a Santiago. — Necesito que por favor cuides a mis pequeños en lo que llevo a Fernanda al hospital La nana asintió, escuchando como Fernanda se quejaba. — Santiago —grito logan — ¡Al hospital! ¡Ahora! Logan y Rafael llevaron a Fernanda a la camioneta, Santiago se montó aún lado de su esposa y Logan arrancó con rapidez con loe nerviosa de punta — Tu puedes amor, recuerda cuando nuestros hijos llegaron al mundo, este dolor va valer la pena — dijo acariciando la mejilla de ella — Llamaré a mi madre para que esté con nosotros Santiago estaba temblando por dentro siempre sentía lo mismo cada en cada embarazo ¿Como es que e
No era la primera vez que estaba aquí claramente pero esta vez era algo que sabía que no iba a salir para nada bien.Desde esta mañana mi madre estaba en el hospital, los doctores decían que mi madre estaba en esa etapa en donde lo das todo para vivir o simplemente te dejas morir.¿Crees que el mal de amor o el dolor nos pueda llegar afectar físicamente?En mi poca experiencia podría decir que no pero al viví una que de forma indirecta no era mía mi respuesta sería la contraria. Hace unos años falleció papá, dejándonos muchas deudas con enfermedad, mamá se deprimió mucho cuando mi padre falleció, luego de eso comenzaron los dolores en el pecho y eso nos trae hasta aquí mi madre sufriendo del corazón y yo muerta de miedo.Vi a los doctores correr y la enfermera de repcion gritar "código azul, traigan el carro de parada