¿Qué se sentía estar enamorado? Realmente no lo entendía, ya que nunca antes me había sentido tan estúpida como hoy. Sin duda antes me había gustado algún hombre como David, pero nunca pensé sentirme tan conmocionada y excitada por un hombre, como lo hago con William. Él me hacía sentir como si no fuera de este mundo, me hacia sentir que era única. Pero a pesar de que quería seguir en los ojos de este hombre, alguien nos interrumpe. Esa persona era nada más y menos que el dueño de la empresa Howchi, una de las compañías de petróleo más grande de México. El dueño era una persona que no podía pasar desapercibida, ya que era un hombre de gran altura y peso, que siempre se mostraba con ropa muy llamativa. –¡William! –El hombre de bigote se acerca a William, para abrazarlo con fuerza entre sus brazos, mientras que el hombre es acompañado por una mujer de poca estatura, con grandes pestañas y gran busto. –Jesús, estoy muy feliz de poder estar aquí. –William en todo momento se mue
William se había convertido en un hombre importante para mí. Intente no enamorarme de William y de sus regalos contantes, ni de sus acciones heroicas, quería dejar en claro que nuestro compromiso solo era porque él había saldado las deudas de mis padres. Creí que me mantendría ajena a él o a sus sentimientos, pero parecía que el castaño se había introducido en mi corazón, para quedarse. La música de pronto dejo sonar y nuestros cuerpos se detuvieron, quedando congelados por el tiempo, mientras nuestras miradas se unen. Nos hace falta oxígeno para poder respirar, estábamos excitados a un punto en que nuestros cuerpos ardían cual flama. William me toma con fuerza, para propinarme un beso que fue realmente romántico. Yo no pude evitar dejarme llevar, ya que él era la persona a la cual yo amaba. Pero sin poder creerlo, lo que hizo que nos separáramos de ese beso tan candente, fueron los aplausos del publico que estallaron en el lugar con fuerza. Claramente William y yo estaba
Tuvimos que regresar hacia el departamento. No dije ni una palabra en cuanto nos trasladamos de la fiesta, hacia nuestro lugar de hospedaje. Tenía muchas cosas pasando por mi cabeza. William lucia terrible, todo bañado de sangre, así que antes de partir de la fiesta de Luis, se le fue prestado un traje que le quedaba bastante grande, pero supuse que ese era su castigo por haber sido tan agresivo.William tampoco dijo nada durante el camino, al parecer no se le veía retractado por sus acciones, sino que lucia molesto conmigo.Cuando llegamos a nuestro departamento y al entrar por la puerta principal, los dos empezamos a discutir. Fue como si nuestras bocas se hubieran activado, en cuanto pisamos el suelo del departamento. –¿Por qué demonios hiciste eso? –Solloce con impotencia.–¿Acaso interrumpí una escena de amor entre mi hermano y tú? –Parecía molesto de verme al lado de Tom.–Me sorprende como desconfías de mí, creí que éramos más cercanos.–Confió en ti, pero no confió en los se
Los dos estábamos desnudos uno enfrente del otro, el pudor había quedado a un lado. Siento como sus dedos recorren mis curvas, disfrutado jugar con mi cuerpo. Yo estoy recostada de lado, mientras miraba la luz de la luna. Él está detrás de mí, besándome y acariciándome cada vez que tiene la oportunidad.–No puedo creer que esto paso. –Murmure atónita.–Yo tampoco pensé que esto pasaría. –Sus palabras son sorprendentes, así que no pude evitar darme la vuelta para mirarle los ojos. –¿Acaso estas pensativa? –Me pegunta con una sonrisa dibujada en sus labios. –Pensé que mis sentimientos hacia ti, iban a ser solo profesionales, pero al conocerla mejor me pude dar cuenta que ya no hay mujeres, como usted en esta tierra.Sus palabras claramente me alagaban demasiado y más si venían de un lugar, como el corazón. El joven que estaba enredado entre las sábanas, empieza a acariciar mi regordeta cara. –Quisiera decir tantas cosas, pero simplemente no puedo. –Me confiesa mientras el aire empieza
No dije más y salí de la habitación, era bueno saber que Tom estaba bien. Pero nunca espere, que al salir de esa habitación pudiera encontrarme con William.El joven hombre estaba parado al lado de Raúl, vistiendo un deportivo mientras me miraba con enojo.–¿Qué haces aquí? –Pregunté sorprendida.–Lo mismo me preguntó yo de ti. –Sabía que estaba en problemas.–Estaba preocupada por él. –Murmuré.–¿Por qué estarías preocupado por alguien como él? –Sus ojos castaños demostraban el coraje que sentía, incluso puedo ver como sus fosas nasales se hacen grandes. –¿O no es acaso que ahora comparte el mismo sentimiento?–¿De que hablas?–Que los dos sienten lo mismo, el uno por el otro.–No, no lo hago. –Contesté de inmediato, un poco molesta por la pregunta.–Ayer te vi mirándolo.–¿Acaso no puedo mirar? –Dije con firmeza alzando un poco la voz.–Te vi mirándolo de la forma en que me miras a mí.–¿Acaso ahora te estas burlando de mis sentimientos?–No. –Niega con la cabeza. –Yo también siento
Estábamos de vuelta en casa.Yo me miraba lamentable, había llorado mucho por el hecho de que se hayan metido con mi familia, mientras que William se le veía molesto. Así que cuando tocamos el suelo de la ciudad, no puedo evitar ver que empieza a hacer miles de llamadas. Sabía que quería hacer que ese articulo quedara desaparecido de los tabloides, pero era muy tarde, ya que estaba publicado en todos los periódicos y revistas de sociales de la ciudad.Lo primero que yo hice al llegar a la ciudad, fue llamar a mis padres y preguntar como estaban. Mi madre estaba bien pero mi padre estaba muy confundido, quería que fuera a la casa lo antes posible, para hablar conmigo.–Iré para allá. –Y mientras estaba siendo escoltada para tomar una camioneta negra, tomo mis maletas para irme hacia otro lugar. William de inmediato noto que me estaba yendo hacía otra parte, así que me detuvo antes de que tomara un taxi.–¿A dónde vas? –Pregunta.–¿Qué no ves? –Mire el suelo. –Tengo que ir a mi casa y v
Entrar a la mansión Fernández fue como entrar a terreno minado. Había un cierto silencio en el auto, en cuanto pasamos las enormes rejas negras de la casa.Y cuando la camioneta se estaciona enfrente de la mansión pintada de blanco, empiezo a sentir mucha presión.William se baja del auto en silencio, para como siempre ofrecerme su mano, para después poder bajar de la enorme camioneta. Tomé de su mano, pero estaba muy fría, era como si todo el calor de su cuerpo se hubiera esfumado. Creía que, en cierta parte, era mi culpa que él se sintiera así. No pude decirle sobre mis sentimientos, ya que era demasiado orgullosa para poder mostrarlo.Caminamos sobre la grava hasta llegar a la entrada de la mansión. Esta permanecía en calma a pesar de que se sentía una atmosfera muy pesada. Los dos empezamos a caminar sobre el suelo de madera, hasta llegar a donde estaba el estudio de Noel, quién ya nos estaba esperando en la entrada de este. El hombre se veía bastante enojado, mientras nos miraba
Noel y Susana llegaron a la sala, para darse cuenta que sus hijos estaban en medio de una vergonzosa pelea.–¿Qué es lo que esta pasando aquí? –Preguntó Noel realmente confundido, puesto que hace solo algunos minutos había hablado con William.–¡Es lo que te he dicho, nuestros hijos se están peleando por esta mujer! –Susana ya vestida con un pijama de seda, me acusa de ser la culpable de esta pelea.–Ella no tuvo la culpa. –William de inmediato me cubrió como un escudo, del dedo acusador de su madrastra. –Si estamos peleando es por que Thomas y yo tenemos problemas confidenciales. –Aclara el castaño enojado.Tom por su parte, se levanta del suelo para pararse enfrente de sus padres, cubriéndome al igual que su hermano.–Sí, esta pelea no tiene nada que ver con ella. –Dijo entre palabras de ebriedad.Susana y Noel de inmediato se dan cuenta que su hijo menor no se encuentra bien.–¿Thomas has tomado? –Pregunta el viejo Noel, intentando enfocar bien sus gafas. Quizás para notar ese cier