El suave murmullo de pasos llenó el aire, seguido por la voz de James:- ¿Qué es lo que ha pasado?... No creo que sea seguro que vengas a la oficina. El esposo de mi prima te vio y ya está sospechando y cualquier paso en falso puede perjudicarnos.Thomas y Nicholas se inclinaron hacia adelante, concentrados en cada palabra.- ¿Y qué sugieres, jefe? continuó una voz desconocida, fría y calculadora.- Por el momento no podemos permitirnos cometer errores, respondió James, su tono molesto.Un escalofrío recorrió mi columna mientras las palabras resonaban en mi mente. Estábamos escuchando una conspiración en tiempo real.Cuando iban a seguir hablando, se escuchó una interferencia, y la conversación se interrumpió abruptamente. Solo se oyeron pasos alejándose y una puerta cerrándose.- Esto no nos ayuda en nada como evidencia, dijo Thomas, rompiendo el silencio.- Mierda, ¿acaso se dieron cuenta del grabador? respondí lleno de rabia, apretando los puños.Nicholas asintió, su expresión grav
Al día siguiente, desperté con los primeros rayos del sol colándose por la ventana. Sarah dormía a mi lado, su respiración suave y regular. Observé su rostro tranquilo por un momento, sintiendo una ola de amor y protección. Silenciosamente, me levanté y me dirigí al baño para lavarme.Después de unos minutos, salí del baño y vi a una mujer un poco mayor cerca de Sarah, observándola. Preocupado, con una voz casi autoritaria, le pregunté:- Disculpe, ¿quién es usted? ¿Puede alejarse de mi mujer? No voy a permitir que nadie más le haga daño.La mujer se volvió y me miró fijamente, su expresión serena pero desafiante.- ¿Así que usted cree que yo le voy a hacer daño? dijo con un tono irónico.Cuando iba a seguir hablando, Sarah se despertó, un poco soñolienta, y preguntó:- ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto ruido?En ese momento, hizo una mueca de dolor mientras trataba de levantarse. Me acerqué rápidamente para ayudarla y, al pasar por el lado de la mujer, le susurré:- Cuidado con lo qu
La tensión en la habitación se disolvió un poco después de la emotiva conversación. Patricia se mostró más relajada y comenzó a conocer a David un poco más, mientras Sarah descansaba.- Entonces, David, cuéntame un poco sobre ti. ¿Cómo conociste a mi hija? —preguntó Patricia con una sonrisa.Le sonreí de vuelta y respondí:- Prométame que no se reirá de nosotros.Patricia asintió, intrigada.- A su hija la conocí en una conferencia sobre derechos humanos hace años. Yo estaba allí para dar una ponencia sobre derecho internacional, y Sarah también participaba. Quedé fascinado con su belleza, pero tuvimos un debate bastante intenso durante la conferencia, sonreí al recordar ese momento.Después de eso, no supe nada de ella y me olvidé de ese día, hasta que nos volvimos a encontrar como abogados ya experimentados en el juzgado. No voy a negar que comenzamos llevándonos mal, ya que éramos dueños de distintos bufetes y hubo malentendidos entre nosotros debido a clientes. Pero en todo ese pr
*****************************************************************************JAMESMe encontraba en el despacho de mi casa, rodeado de documentos y reportes que parecían más un recordatorio de mis fracasos recientes. Golpeé la mesa con el puño, haciendo que los papeles volaran por el aire, mis pensamientos oscuros y pesados como nubes de tormenta.La ira bullía dentro de mí, un fuego que amenazaba con consumirme por completo. Nada estaba saliendo como lo había planeado. Sarah debía haber sido eliminada sin dejar rastro, un simple accidente que nadie cuestionaría. Pero aquí estaba, viva y bajo la protección de su estúpido esposo. ¡Maldita sea!- ¡Sombra! grité, mi voz resonando por el pasillo. ¡Entra aquí, ahora!Mi subordinado más cercano, entró apresuradamente, con la cabeza baja y una expresión de temor evidente en su rostro. Cerró la puerta detrás de él y se quedó esperando, como un perro asustado esperando el castigo.- ¿Qué demonios está pasando? le espeté, levantándome de mi si
SARAHHan pasado varias semanas desde el atentado que casi me costó la vida. Las cicatrices físicas han comenzado a sanar, pero las emocionales siguen presentes, latentes, cada vez que cierro los ojos. A pesar de todo, finalmente me han dado de alta, y ahora estoy en casa, bajo el constante cuidado de mi madre y de David. Ambos se han convertido en mis pilares durante este tiempo, aunque a veces siento que me sobreprotegen más de lo necesario. Es casi cómico ver cómo se turnan para cuidarme, asegurándose de que no me falte absolutamente nada.Mi madre ha sabido procesar la información sobre el envenenamiento de mi padre con una fortaleza que nunca imaginé. Sin embargo, no ha sido fácil para ella, y sé que cada nuevo descubrimiento la afecta profundamente, aunque trate de ocultarlo detrás de una fachada de tranquilidad.David, por su parte, ha estado en cada paso de mi recuperación, velando por mi bienestar con un esmero que a veces me hace sonreír. Incluso se han asegurado de consegui
Ya en la habitación, David me acomoda en la cama con una suavidad que siempre logra relajarme. Pero esta vez, algo en mí decide tomar el control. Sin hacer mucho esfuerzo, me incorporo y me deslizo sobre él, sorprendiendo tanto a David como a mí misma.- David, te necesito ahora, por favor, hazme tuya en este instante.Él me observa, desconcertado por mi repentina iniciativa. Sé que no esperaba esto de mí, especialmente porque fue su idea al principio. Apenas mis palabras han salido de mis labios, siento cómo la excitación lo recorre, su erección es evidente entre mis piernas, lo que hace que un calor húmedo se apodere de mí.- Lo que mi preciosa novia y futura esposa desee, siempre será un placer -dice, tomándome firmemente por la cintura.Comienzo a desvestirlo con avidez, sintiendo cada vez más la urgencia de tenerlo, y él hace lo mismo conmigo. Pronto, estamos completamente desnudos. David me mira, su mirada recorriéndome con una intensidad que me hace temblar.- Eres absolutament
Al día siguiente, me encontré en la estación de policía, caminando al lado de David y de los agentes que nos acompañaban. El ambiente estaba cargado de tensión, y podía sentir la adrenalina recorriendo mi cuerpo. Sabía que lo que estaba a punto de suceder podía cambiarlo todo.Llegamos a una sala de observación, una pequeña habitación con luces bajas y un gran espejo en una de las paredes. Sabía lo que eso significaba: del otro lado, se encontraba la sala de interrogatorios, y a través del espejo unidireccional, podríamos ver lo que ocurría sin ser vistos.David me tomó de la mano, ofreciéndome un gesto de apoyo. Él sabía lo nerviosa que estaba, y aunque no lo dijera, también compartía mis preocupaciones.- No te preocupes, amor -me susurró. Estamos aquí para descubrir la verdad.Asentí, tratando de encontrar fuerzas en sus palabras.En la sala de interrogatorios, el ambiente era completamente diferente. La persona, con la mirada temblorosa y sudor en la frente, estaba sentado frente
La tensión en la sala de interrogatorios había alcanzado un punto culminante cuando pedí ir al baño. David me miró con preocupación, pero asintió, confiando en que regresaría pronto. Yo sabía que no iba a volver, al menos no inmediatamente. Necesitaba enfrentarme a James.Salí de la comisaría con paso decidido, aunque mi corazón latía con fuerza. Mientras caminaba hacia el auto, mi mente estaba ocupada en un solo objetivo: salvar a mi madre. Conduje rápidamente hacia la mansión, el lugar donde todo este caos había comenzado y donde, intuía, todo finalmente terminaría.Al llegar, la mansión estaba sumida en un inquietante silencio, con la luz de sol ocultándose bañando las paredes en un tono sombrío. El jardín, que alguna vez había sido un lugar de tranquilidad, ahora parecía un escenario de pesadilla. Ingresé por la puerta principal, que sorprendentemente no estaba cerrada. Cada paso que daba tocaba en mis oídos, como si la casa misma estuviera conteniendo la respiración.Me dirigí a