EMILYLa mañana se deslizaba tranquila mientras Nicholas y yo compartíamos un desayuno relajado en nuestra casa. El aroma del café llenaba la cocina, y la luz tenue del sol filtrándose por las cortinas creaba un ambiente acogedor. Sin embargo, la paz se volvió momentáneamente interrumpida cuando Nicholas, disculpándose con una sonrisa, me informo que no podría llevarme a la oficina ya que tenía una reunión importante con un cliente.Aunque había esperado compartir el viaje con él, comprendí las exigencias de su trabajo y le aseguré con una sonrisa que estaba bien y que podía manejarme sola. Nicholas me dedicó una mirada agradecida antes de despedirse con un beso suave, prometiéndome que estaría de vuelta a tiempo en la oficina para almorzar.Al llegar a la oficina, un presentimiento inquietante me rozó, pe
El suave murmullo de la mañana me arrancó de un sueño tranquilo. Mi mano se estiró inconscientemente, y un pequeño choque con algo sólido me obligó a abrir los ojos. A mi lado, Nicholas dormía plácidamente, ajeno al revuelo que me había despertado. Los rayos dorados del sol matutino se filtraban por las cortinas, pintando la habitación con una calidez engañosa.Quédate dormido, cariño- susurre, intentando no perturbar la paz que parecía rodearlo. Pero Nicholas, en ese estado etéreo entre el sueño y la vigilia, se movió y me miró con ojos soñolientos. ¿Y si mejor me das un beso y volvemos a dormir?Su sugerencia, llena de encanto, me arrancó una risa suave. Sin embargo, la inquietud que había pasado la noche a mi lado no estaba dispuesta a retirarse.No puedo, Nicholas. Necesito saber quién está detrás de todo esto. He estado pensando en ello toda la noche.Nicholas, ahora completamente despierto, se sentó en la cama y me acarició la mejilla antes de besarme con ternura.Entiendo, amor
El nuevo día llego envuelto en una atmosfera cargada de tensión. Estaba en mi oficina, esperando a David, con la incertidumbre como única compañía. Cuando finalmente entró, el reflejo en su mirada me golpeó como una ráfaga de viento helado. Su semblante triste anunciaba que las sospechas que abrigábamos se confirmaban. Se acercó y deposito un folder sobre mi escritorio, suspirando con pesar.En ese instante, la realidad se tornó más clara y oscura al mismo tiempo. Mi madre y Alexia estaban detrás de la maquinación que amenazaba con destruir mi vida con Emily. Las pruebas eran impactantes: amenazas al abogado de mi abuelo para que entregara los documentos del testamento, reuniones secretas entre mi madre y Alexia, el mensaje anónimo al celular de Emily. La traición estaba orquestada desde adentro, y la magnitud de la conspiración me golpeo como un puñetazo en el estómagoDavid con semblante serio, agregó otra capa de amargura a la revelación. Alexia, la arquitecta de nuestra desgracia,
EMILYMe esforcé por ofrecerle a Nicholas una cena tranquila, después de la tormenta emocional que habíamos enfrentado. La charla calmada después de la cena le brindó a Nicholas la oportunidad de compartir todo lo que había sucedido con su madre, y escuche con empatía mientras él descargaba sus emociones.Quizás tu madre no acepta nuestra relación por razones de estatus, sugerí, tratando de encontrar una explicación a lo ocurrido.Nicholas asintió agradecido por la comprensión que le brindaba. Sin embargo, la noche tomó un giro inesperado cuando, al levantarme del sofá, experimente un mareo repentino que alarmo a Nicholas. La preocupación llenó sus ojos mientras yo restaba importancia a la situación, atribuyéndola al estrés.No te preocupes, mi amor. Solo fue el cansancio de todo lo que hemos pasado, intente tranquilizarlo.A la mañana siguiente, la situación tomó un giro inesperado. Me levante apresuradamente para correr al baño, la preocupación de Nicholas se intensifico, y sugirió
*****************************************************************************La oscura noche se cernía sobre mí mientras observaba desde lejos la escena idílica entre mi hijo y Emily. Una sonrisa de satisfacción se dibujo en mi rostro al ver a mi hijo decidido y feliz, pero sabía que las sombras del pasado aún amenazaban su felicidad. Mis intenciones, ahora eran clara: debía intervenir desde las sombras para asegurar el bienestar de mi hijo y preservar la unión con Emily.Tomé mi teléfono, con la frialdad propia de alguien acostumbrado a moverse en las sombras, marqué un número. La voz al otro lado se identificó como mi sombra.Necesito que elimines cualquier rastro de mi hijo Nicholas y su esposa Emily en las redes sociales. Quiero que sus perfiles queden impecables, sin rastro alguno de escándalos- le ordené con voz firme.Mi sombra asintió virtualmente y comenzó su trabajo, desplegando sus habilidades para borrar cualquier indicio de las tormentosas situaciones que rodeaban a la p
EMILYNuestro hogar ahora vibraba con la felicidad que habíamos reconstruido juntos. Cada rincón parecía susurrar nuestras promesas renovadoras y las risas compartidas.Pero conforme pasaban los días, comencé a notar cambios en mi cuerpo. Síntomas que despertaron emociones diversas en mí. Las sospechas se sembraron cuando la fatiga se apoderó de mí, y las náuseas matutinas se convirtieron en un compañero constante. Me sentía emocionalmente vulnerable, y los cambios en mis antojos eran un enigma que solo incrementaban mi curiosidad.Una tarde, decidí abordar el tema con Nicholas. La incertidumbre y la esperanza se mezclaban en mi interior mientras me preparaba para compartir mis sospechas con él.Amor, ¿podemos hablar? Le pregunté con cierta timidez, mientras me acomodaba en el sofá de la sala.Él se sentó a mi lado, con una mirada llena de amor – claro, cariño. Dime ¿Qué pasa?Respire hondo y le explique sobre los síntomas que había estado experimentando. La fatiga, las náuseas, y ese
NICHOLASMe quedé en silencio observando el rostro sereno de Emily mientras dormía. La luz suave de la luna se filtraba por la ventana, iluminando suavemente sus rasgos. Era un cuadro de tranquilidad que contrastaba con la excitación que bullía en mi pecho.Contemple cómo suavemente suspiraba en sueños, y mi mano instintivamente se posó en su vientre, donde crecía nuestro pequeño milagro. Los latidos de mi corazón resonaban en una mezcla de amor y anticipación.Al día siguiente, mientras compartíamos el desayuno, no pude contener la emoción que burbujeaba en mi interior. la noticia de nuestra próxima paternidad se asentaba como una realidad tangible, y la simple visión de Emily me recordaba el milagro que gestaba dentro de ella.Mi amor, dije con una sonrisa juguetona, creo que hoy mereces un día de descanso. Puedo explicar en el trabajo que necesitas descansar un poco más.Sus ojos se iluminaron con gratitud, y su sonrisa fue como el sol iluminando mi día. Aceptó la propuesta, y mien
Al día siguiente, el sol se levantó con un resplandor cálido, invitándonos a escribir un nuevo capitulo en nuestra historia. Sentí la necesidad de compartir nuestra felicidad con alguien que, aunque no estuviera físicamente presente, siempre había ocupado un lugar especial en nuestros corazones: Beatriz, la madre de Emily.Le pedí a Emily que me acompañara, manteniendo en secreto el destino de nuestro paseo. En el camino, nos detuvimos en una encantadora floristería. El aroma embriagador de las flores llenó el aire mientras elegí un hermoso ramo que reflejaba la alegría y la esperanza que sentíamos.Finalmente, llegamos a un lugar que significaba mucho para mí: el cementerio donde descansaba la madre de Emily. Nos dirigimos hacia su tumba, rodeada de serenidad y paz.Sosteniendo el ramo de flores con delicadeza, sentí su fragancia llenar el aire mientr