EMILYMe esforcé por ofrecerle a Nicholas una cena tranquila, después de la tormenta emocional que habíamos enfrentado. La charla calmada después de la cena le brindó a Nicholas la oportunidad de compartir todo lo que había sucedido con su madre, y escuche con empatía mientras él descargaba sus emociones.Quizás tu madre no acepta nuestra relación por razones de estatus, sugerí, tratando de encontrar una explicación a lo ocurrido.Nicholas asintió agradecido por la comprensión que le brindaba. Sin embargo, la noche tomó un giro inesperado cuando, al levantarme del sofá, experimente un mareo repentino que alarmo a Nicholas. La preocupación llenó sus ojos mientras yo restaba importancia a la situación, atribuyéndola al estrés.No te preocupes, mi amor. Solo fue el cansancio de todo lo que hemos pasado, intente tranquilizarlo.A la mañana siguiente, la situación tomó un giro inesperado. Me levante apresuradamente para correr al baño, la preocupación de Nicholas se intensifico, y sugirió
*****************************************************************************La oscura noche se cernía sobre mí mientras observaba desde lejos la escena idílica entre mi hijo y Emily. Una sonrisa de satisfacción se dibujo en mi rostro al ver a mi hijo decidido y feliz, pero sabía que las sombras del pasado aún amenazaban su felicidad. Mis intenciones, ahora eran clara: debía intervenir desde las sombras para asegurar el bienestar de mi hijo y preservar la unión con Emily.Tomé mi teléfono, con la frialdad propia de alguien acostumbrado a moverse en las sombras, marqué un número. La voz al otro lado se identificó como mi sombra.Necesito que elimines cualquier rastro de mi hijo Nicholas y su esposa Emily en las redes sociales. Quiero que sus perfiles queden impecables, sin rastro alguno de escándalos- le ordené con voz firme.Mi sombra asintió virtualmente y comenzó su trabajo, desplegando sus habilidades para borrar cualquier indicio de las tormentosas situaciones que rodeaban a la p
EMILYNuestro hogar ahora vibraba con la felicidad que habíamos reconstruido juntos. Cada rincón parecía susurrar nuestras promesas renovadoras y las risas compartidas.Pero conforme pasaban los días, comencé a notar cambios en mi cuerpo. Síntomas que despertaron emociones diversas en mí. Las sospechas se sembraron cuando la fatiga se apoderó de mí, y las náuseas matutinas se convirtieron en un compañero constante. Me sentía emocionalmente vulnerable, y los cambios en mis antojos eran un enigma que solo incrementaban mi curiosidad.Una tarde, decidí abordar el tema con Nicholas. La incertidumbre y la esperanza se mezclaban en mi interior mientras me preparaba para compartir mis sospechas con él.Amor, ¿podemos hablar? Le pregunté con cierta timidez, mientras me acomodaba en el sofá de la sala.Él se sentó a mi lado, con una mirada llena de amor – claro, cariño. Dime ¿Qué pasa?Respire hondo y le explique sobre los síntomas que había estado experimentando. La fatiga, las náuseas, y ese
NICHOLASMe quedé en silencio observando el rostro sereno de Emily mientras dormía. La luz suave de la luna se filtraba por la ventana, iluminando suavemente sus rasgos. Era un cuadro de tranquilidad que contrastaba con la excitación que bullía en mi pecho.Contemple cómo suavemente suspiraba en sueños, y mi mano instintivamente se posó en su vientre, donde crecía nuestro pequeño milagro. Los latidos de mi corazón resonaban en una mezcla de amor y anticipación.Al día siguiente, mientras compartíamos el desayuno, no pude contener la emoción que burbujeaba en mi interior. la noticia de nuestra próxima paternidad se asentaba como una realidad tangible, y la simple visión de Emily me recordaba el milagro que gestaba dentro de ella.Mi amor, dije con una sonrisa juguetona, creo que hoy mereces un día de descanso. Puedo explicar en el trabajo que necesitas descansar un poco más.Sus ojos se iluminaron con gratitud, y su sonrisa fue como el sol iluminando mi día. Aceptó la propuesta, y mien
Al día siguiente, el sol se levantó con un resplandor cálido, invitándonos a escribir un nuevo capitulo en nuestra historia. Sentí la necesidad de compartir nuestra felicidad con alguien que, aunque no estuviera físicamente presente, siempre había ocupado un lugar especial en nuestros corazones: Beatriz, la madre de Emily.Le pedí a Emily que me acompañara, manteniendo en secreto el destino de nuestro paseo. En el camino, nos detuvimos en una encantadora floristería. El aroma embriagador de las flores llenó el aire mientras elegí un hermoso ramo que reflejaba la alegría y la esperanza que sentíamos.Finalmente, llegamos a un lugar que significaba mucho para mí: el cementerio donde descansaba la madre de Emily. Nos dirigimos hacia su tumba, rodeada de serenidad y paz.Sosteniendo el ramo de flores con delicadeza, sentí su fragancia llenar el aire mientr
EMILYAl despertar, me encontré sumida en la penumbra de un lugar desconocido, un rincón desolado donde solo reinaba el silencio interrumpido por el eco de mis propios latidos acelerados. La confusión se apoderó de mis sentidos hasta la cruda realidad emergió: estaba amarrada, vulnerable en las fauces de la oscuridad.Mi primer pensamiento se dirigió a nuestro bebé. Con las manos temblorosas, acaricie con delicadeza mi vientre. Todo estará bien, mi amor. Nada malo nos va a pasar. Tu papito nos estará buscando y nos va a rescatar, susurré en un intento por encontrar consuelo, aunque mis palabras parecían perdida en el vacío.La angustia se mezclaba con la determinación mientras intentaba evaluar mi situación. Mis ojos, aun ajustándose a la penumbra, distinguieron contornos difusos alrededor. Intenté liberar mis manos, pero las cuerdas que me aprisionaban se aferraban con firmeza, como si fueran testigos mudos de mi desesperación.Los recuerdos parecían estirarse en un entorno suspenso,
NICHOLASEsa noche, mi corazón estaba lleno de alegría mientras regresaba del trabajo. Había tenido un día muy productivo y estaba ansioso por recoger a Emily en el restaurante donde se suponía que se encontraría con Sarah. La expectativa de compartir nuestras alegrías y sueños me envolvía en una burbuja de felicidad.El teléfono sonó, interrumpiendo mis pensamientos jubilosos. La pantalla mostraba el nombre de Sarah. No dude en contestar, pero una extraña inquietud se apoderó de mi antes de pulsar el botón verde.Hola Nicholas, ¿Emily esta contigo’, la estoy esperando en el restaurante, pero no contesta su teléfono, dijo Sarah con voz preocupada. Una sombra de temor se instaló en mi pecho.No, no está conmigo, respondí rápidamente, la inquietud convirtiéndose en un nudo en mi garganta. El tiempo pareció detenerse mientras una serie de pensamientos aterradores se precipitaban en mi mente.Prometí que iría lo más rápido posible a la casa para ver si ella estaba ahí, antes de colgar, se
El agotamiento se apoderaba de mí mientras la desesperación me consumía. La falta de noticias sobre Emily me estaba sumiendo en una oscuridad insondable. Fue entonces cuando mi madre, con sus sabias palabras maternales, insistió en que debía descansar. Nicholas, Emily te necesita fuerte. Descansa un momento, hijo susurró, tratando de infundir algo se serenidad en mi alma destrozada.Siguiendo el consejo, regresé a casa en busca de un breve respiro. La ducha, aunque reconfortante, no lograba lavar la ansiedad que me carcomía. Me sumí en un sueño profundo, buscando refugio temporal de la angustia que me atormentaba.En el sueño, una figura femenina envuelta en luz, se materializó frente a mí. Su rostro irradiaba paz y gratitud. Nicholas, siempre quise conocerte. Gracias por cuidar de mi hija, expresó con una voz etérea. Mis emociones se entrelazaron, y su siguiente declaración resonó en mi corazón. No te preocupes, Nicholas. las estoy cuidando. Pronto las encontrarás.Desperté con un se