Este es el último capítulo, más tardecito les subo el epilogo. ;)
5 AÑOS DESPUES SOPHIE El sol brilla con todo su esplendor sobre la isla, y el clima tropical aporta un calor reconfortante en la playa. La brisa del mar acaricia mi rostro mientras disfruto del sonido de las olas. ―Al parecer, los sueños sí se cumplen ―Abro los ojos al escuchar la voz de Cris detrás de mí. Él me rodea la cintura con sus brazos y me atrae hacia su pecho. Descanso mi cabeza en su hombro y cierro los ojos de nuevo. ―Lamento interrumpir este relajante momento, pero Odell solicita a su bella madre; se siente inquieto y he intentado mil maneras de calmarlo, pero nada ha funcionado. Me giro entre sus brazos y lo miro. ― ¿Ya revisaste su pañal? ―Sí, de hecho, eso fue lo primero que hice. Pero parece que este pequeño solo quiere tu atención. No lo culpo, yo también ando algo necesitado ―sonríe, y conozco esa sonrisa. ―Atenderé al papá después de que el hijo se quede dormido. Hasta entonces, no habrá nada de nada entre tú y yo ―digo, apartándome luego. ―Mientras tanto, p
ATENEA, GRECIACRISTÓBALLlevaba horas sentado enfrente de mi escritorio, tratando de procesar lo que mi madre me había dicho anteriormente.«Quiero que seas feliz, que tengas una esposa y una linda familia, esos son mis deseos».Quería conseguir hacer eso para ella, más que hacerme feliz a mí, quería hacerla feliz a ella, pues estaba enferma y los doctores no nos habían dado tantas esperanzas. Mi madre tenía un tumor cancerígeno, cada vez esa enfermedad la deterioraba más y más.El día que fui a visitarla me dijo esas palabras, que deseaba verme casado y con hijos, pero era imposible darle esa dicha, pues ya tenía un tiempo de haber terminado con mi última pareja.Eso me hizo recordar aquel momento, cuando eché a esa mujer de mi vida.—¿Así que trataste de verme la cara de tonto todo este tiempo? ¿Creíste que podías seguir engañándome? —cuestione, tratando de controlar la furia, pero ya era imposible no hacerlo.—No sé de qué hablas, Cristóbal. —Se hizo la inocente, pero no caí en su
SOPHIELogré salir del edificio, sin que nadie me viera, en cuanto pise el suelo de afuera, corrí hasta la acera y pedí el primer taxi que paso. Me subí sin ver al conductor, solo le dije que condujera sin detenerse muy lejos de ese lugar.No sabía cómo iba a conseguir salir de la ciudad, no había traído dinero conmigo, así que pensé por un largo rato. El taxista me había dejado en el puerto de Lavrion, la noche ya había caído y las luces de los faros era lo único que alumbraban el camino y una parte del muelle.El fresco me llegó y me abracé a misma, el vestido no cubría mucho en la parte de arriba. Afortunadamente, no había mucha gente alrededor, pero los que estaban me miraban de un modo extraño.Pueda que no sea algo normal ver a una mujer vestida de novia sentada en un muelle con una expresión de recelo en su cara.Por Dios… Necesito alejarme de aquí, no vaya a hacer que el abuelo o incluso el hombre que trató de abusar de mí, me busquen en este lugar.Observé mi alrededor con mu
SOPHIEIba rumbo a mi camarote que me asignaron, luego de un día muy ajetreado que tuve; me quise quitar los zapatos y caminar solo con las medias puestas por el lujoso piso de este barco en el que nunca imaginé que estaría, pero el cruel destino me trajo hasta aquí y ahora tenía un trabajo aunque era muy pesado y cansado. Al menos estaba lejos de la dictadura de mi abuelo.—Hola, preciosa — un hombre se puso delante de mí — ¿Por qué tan solita? Ven que te haré compañía y la pasaremos bien.Desde que comencé a atender a los pasajeros, muchas miradas de lascivia me lleve y una que otra insinuación por parte de cada hombre que le servía una bebida.Podía sentir el olor a alcohol a la distancia, el hombre estaba ebrio, así que decidí pasar de él, ya que por su vestimenta evidentemente no trabajaba aquí.En el momento que pasé a su lado me tomó del cabello para apresarme contra la pared del pasillo, sentí su aliento tan cerca de mí que fue suficiente para revolver mi estómago por completo
CRISTÓBALEntro a la mi oficina que tengo aquí en el barco y me instalo en el asiento de mi escritorio. Paso mis manos por mi cara y mi cabeza mientras respiro hondo.Me quedó pensando en lo sucedido de hoy. Ahora será difícil para esa chica soportar la cercanía de cualquier hombre, luego de lo ocurrido con ese pasajero. Lo mejor que puedo hacer, es buscar una solución para ese problema.Pero aún no sé qué, ha rechazado mi protección, entonces no sé cómo ayudarla.—¿Qué pasa hijo? Te noto preocupado —dijo mi madre al entrar a mi oficina.—Solo es trabajo, no pasa nada —respondo.—Te conozco, tú nunca te estresas por trabajo. Estás muy pensativo, cómo si estuvieras pensando en alguien. Ni siquiera apareciste hoy para comer conmigo, faltaste a la merienda y a la cena.Me había olvidado de eso, por lo general ella y yo comíamos juntos en las tardes o si no tenía tiempo, la miraba en la noche para la cena. Pero hoy había faltado y claro que para ella era inusual mi ausencia.Luego de lo q
SOPHIE―¿Qué? No quiero hacerlo ―dije, mientras me llevaba la mano a mi cabello para apartarlo de mi cara. ―No quiero ver a ese hombre de nuevo, de solo pensarlo…―Y no lo verás, irás directo a las oficinas de la estación hablar con el oficial a cargo del caso ―me indico el hombre, que al parecer es la mano derecha de mi jefe. ―El capitán Smith, les dejo claro que no hubiera ningún contacto entre tú y los culpables.Aunque aquel empleado se dejó sobornar para que ese mal hombre me tomara a la fuerza, no podía estar molesta con ese chico. Quiero pensar que no tuvo otra opción, pero también sé que el mundo está lleno de gente mala, tal vez haya más mala que buena.Todo esto me hace recordar al abuelo y al hombre con el que me quiso casar, si no me hubiera armado de valor, quizás en este momento no estuviera aquí. No puedo decir que aquí sea un mejor lugar en comparación con el infierno que estaba viviendo en Lavrion, pero al menos aquí no me fuerzan hacer algo que no quiero y mi opinión
SOPHIESiento el calor de su cuerpo contra el mío, no entiendo por qué razón me sostiene de esta manera, pero un pensamiento extraño se instala en mi mente, «no te alejes de mí».Sacudo esa idea de mi cabeza y rompo nuestro contacto físico, soy yo la que se aleja de él.—¿Estás bien? —es lo que me pregunta cuando nos separamos.—Si —asiento sin levantar la mirada.No sé que más responderle, él sabe que no soporto el contacto de un hombre tan cerca de mi cuerpo, y, sin embargo, me abrazó de la nada, quizás al haberlo alejado se dio cuenta de mi rechazo.¿Pero y si lo toma personal, y cree que también me afecta su cercanía?Pero esto no es por él, la del problema, soy yo. Igual supongo que mi jefe le tomará importancia, tal vez ni siquiera le prestó un poco de atención.—Bien, entonces volvamos al crucero —contesta.Me guía cortésmente hasta la salida del edificio. Minutos después estamos de vuelta en el barco, los empleados corren de aquí para allá, por todas partes del crucero. Mientr
CRISTÓBALMe encerré en mi oficina lo que restará del día, necesitaba distraerme para dejar de pensar en ese abrazo que le di a esa chica, o más bien en su rechazó.Creí que conmigo no se sentía incómoda, que incluso le daba algo de confianza, pero me equivoqué, ella tampoco no soporta tenerme cerca.En lo único que me debo concentrar ahora es en el trabajo. Ser un CEO de una embarcación de cruceros, no es nada fácil. Aunque la compañía me fue heredará por mi padre, yo la hice crecer durante ocho años.Era muy joven cuando quede completamente a cargo de todo el manejo de los cruceros, pero con la experiencia que tenía me ayudó a abrirme paso solo en el mundo de los negocios. Mi padre me puso en el negocio familiar desde que empecé a estudiar en la universidad, y la verdad estaba agradecido por ello, porque si no lo hubiera hecho, hubiera fracasado tantas veces.No niego que cometí varios errores; sin embargo, fueron muy pocos, pero era algo de lo que nunca me iba a enorgullecer. Aunqu