Me levanté muy temprano, tenía que arreglar todo para irme, la verdad me sentía triste ya que, iba a dejar a mis padres y a mis amigos aquí y dejar la ciudad en la cual crecí, pero esto es lo que quiero, claro no de dejar a mis padres, sino que esta es una gran oportunidad que estaba esperando, por fin me aceptaron en la universidad en donde quiero estudiar, queda algo lejos pero todo sea por mi futuro, mis padres me apoyan al cien por ciento y me alivia ya que no tengo que irme sin su consentimiento.
—Amiga ¿de verdad te vas a ir? —me dice mi amiga Clara, la cual estaba sentada en mi cama.
—Si amiga, esta es mi oportunidad —le respondo mientras camino de un lado a otro en mi cuarto haciendo mis maletas— este mi sueño y quiero cumplirlo, no quiero quedar como mamá, dependiendo de un hombre para toda la vida porque nunca terminó sus estudios, yo quiero ser independiente.
—Pero ¿porque no estudias en la universidad de aquí?, todos nuestros amigos van a estudiar allí, hasta yo, de verdad no quiero que te vayas —me dice Clara con un puchero.
—Si me gustaría, pero aquí no dan la carrera que yo quiero estudiar, además ya hemos hablado bastante de esto y siempre me dices lo mismo y yo te sigo dando la misma respuesta.
—Si pero vale la pena intentar, tu eres mi mejor amiga, todavía recuerdo cuando te conocí en el cole, yo era nueva y tú fuiste la única que fue amable conmigo desde el principio.
—Si yo recuerdo también ese día, cuando esas chicas te estaban molestando.
Pasado
Clara había llegado nueva al colegio, pues se acababa de mudar a la ciudad, estaba perdida buscando el aula de clases donde le tocaba ver matemáticas, Amy iba como loca corriendo por los pasillos, pues iba tarde, cuando de repente chocó con alguien, se levantó adolorida por el golpe.
—Disculpa no te vi —le dice Amy a Clara extendiéndole una mano ya que, la muchacha todavía estaba en el suelo y la ayudó a levantarse— soy Amy.
—Descuida Amy, soy Clara —le respondió Clara con una sonrisa.
Amy iba a seguir su camino cuando Clara la detuvo.
—Espera, por favor ¿me puedes decir dónde queda el salón de matemáticas?, es que soy nueva y no sé dónde queda. —le dice Clara uniendo sus manos en forma de súplica.
—Ah eres nueva, con razón no se me hacía conocida tu cara, ven conmigo, yo voy al salón de arte y justo queda cerca del de matemáticas. —responde Amy amablemente.
Se fueron juntas caminando por el largo pasillo, iban charlando hasta que llegaron al salón de matemáticas.
—Aquí es el salón de matemáticas, el de arte es aquel que esta allá —dice Amy y señaló el salón que estaba al fondo del pasillo— bueno nos vemos, voy tarde.
Amy se despidió de Clara y se fue apresuradamente a su salón; llegó la hora del cambio de materia, a Amy le tocaba castellano y se fue hacia otra aula, entró y se sentó en su lugar a esperar al profesor, se colocó los audífonos para escuchar música y se recostó en su pupitre, estaba tranquila cuando de repente vio que unas chicas estaban molestando a alguien, ella al observar aquello se levantó enojada y se dirigió hacia donde estaban las jóvenes ya que, ella odiaba el bullyng, al acercarse se percató que la chica a la cual estaban molestando era Clara, en seguida se metió entre ellas y las detuvo.
—¿Que les pasa? ¿Porque la están molestando? —le dijo Amy a las chicas.
—Ay, ya llegó la defensora del pueblo —dijo una de las chicas burlándose de Amy— Apártate Amy, esto no es contigo.
—¿Es en serio Kristal? ¿No tienes unas palabras más inteligentes que decir? —le respondió Amy con una risa.
—Mejor lárgate antes de que...
—¿Antes de que? —la interrumpió Amy— por favor Kristal, tu muy bien sabes que yo no te tengo miedo, además —añadió— te crees una gran cosa y lo único que tienes en el cerebro son moscas, hay no cierto, —llevó sus manos hasta su boca en forma de sorpresa— tú no tienes cerebro —le dijo Amy riendo— mejor vete tú y no quiero que te vuelvas a meter con Clara.
Clara estaba sorprendida por lo que estaba viendo, esta chica tenía valor, además, se encontraba sorprendida porque la estaba defendiendo, ni siquiera eran amigas, apenas y se habían visto en la mañana.
—Ay no Kristal, mejor vámonos, no perdamos el tiempo con estas perdedoras —le dijo una de las chicas a la muchacha— ellas no valen nuestro tiempo.
Las chicas se fueron y dejaron a Amy y a Clara allí, las jóvenes entraron al salón y se sentaron, en seguida llegó el profesor y empezó la clase.
—Me fueras dicho que te tocaba castellano después de matemáticas y te fuera pasado buscando, así no fueras pasado este mal rato —le dijo Amy a Clara en un susurro para que el profesor no las escuchara.
—Descuida, además me daba pena el que me estuvieras llevando a cada salón. —responde Clara apenada.
—No es nada, además eres nueva y no conoces el lugar —responde Amy y se queda un instante pensativa— quiero preguntarte algo. —le dice a Clara.
—Si claro. Dime.
— ¿Porqué no te defendiste de esas chicas?
—Ah, es que yo… —dijo Clara bajando su rostro triste— ya estoy acostumbrada.
—¡¿Qué?! ¡¿Es en serio?! —Le dijo Amy sorprendida— ¿eres tonta o qué? Tienes que defenderte, no puedes dejar que otras personas te traten como inferior.
—Nunca tuve el valor de hacerlo, en mi otro colegio me hacían lo mismo y me acostumbré a que siempre me trataran mal.
—No, no, no y no, no puedes dejar que otros te traten mal, además, como que voy a tener que darte unas clases —le dijo Amy con una sonrisa— para que aprendas a defenderte.
— ¿Por qué me quieres ayudar si apenas me conoces? —pregunta Clara un tanto confundida.
—Me caes bien, y además no soporto que personas se dejen pisotear por otras, no es bueno, eso crea depresión en las personas y las llevan a tomar malas decisiones.
—Gracias —le dijo Clara con una sonrisa.
—No hay de que, ahora vamos a ser amigas, si quieres.
—Claro, nunca he tenido una amiga —le dijo Clara con una sonrisa.
—Pues ahora la tienes —le respondió Amy y la abrazó.
Desde ese día clara y Amy fueron grandes amigas hasta convertirse en las mejores amigas, se ayudaban mutuamente y Amy ayudó a Clara para que no le hicieran más bullyng.
Presente
Terminé de hacer mis maletas, salgo de la casa para meterlas en el carro que está esperando afuera, cuando me doy vuelta allí estaban mis padres y mi mejor amiga casi llorando.
—Te vamos a extrañar hija —me dice mamá abrazándome– tienes que cuidarte mucho, comer bien, y evita malas amistades.
—Si mamá, seguiré tus consejos, todos los días te voy a llamar para contarte como me fue en el día y para que sepas como estoy —la abracé fuertemente y me separé de ella.
—Cariño sabes que te apoyo en todo —me dice papá acercándose a mí— espero que puedas encontrar la felicidad y nos hagas sentir orgullosos.
—Gracias papá —asentí con la cabeza y lo abracé— te prometo que será así.
—Amiga no quiero que te vayas —me dice Clara acercándose a mí a punto de derramar las lagrimas— eres mi mejor amiga, bueno eres más que eso, tu eres como la hermana que nunca tuve, siempre me apoyaste en todo y me defendiste.
—También te voy a extrañar amiga y, también te considero mi hermana, pero tranquila de vez en cuando voy a venir de visita, además te escribiré y te llamaré todos los días —le doy una sonrisa y un fuerte abrazo.
Me subo al taxi que me iba a llevar al terminal para tomar un autobús, me quedé mirando por la ventana mientras veía como me alejaba de mi amiga y mis padres; llegué al terminal y tomé el bus que me llevaría a la ciudad de destino.
En unas cuantas horas llegué a mi nuevo hogar, un edificio donde vivían solo estudiantes, yo me quedé en un pequeño departamento, mas adelante podría buscar una compañera de habitación para no estar sola. Me acomode en uno de los cuartos y empecé a organizar mis cosas, quería darle mi toque personal a la habitación para así poderme sentir como en casa, al terminar le eche un vistazo al lugar y quede satisfecha con el resultado, ya agotada me fui a dar una ducha, me vestí con mi pijama y me deje caer en la cama agotada y no paso mucho tiempo cuando me quede dormida.
Llegó el primer día de clases, me levanté temprano, me di una ducha y me arreglé, me vestí con un jeans azul claro ceñido al cuerpo con una blusa blanca y converse negros, me miré al gran espejo que había en mi habitación y quedé satisfecha con el resultado, me dirigí hacia la cocina y me preparé el desayuno, comí y salí de mi departamento, salgo del edificio y me voy hacia la universidad en un taxi, pues no sabía el camino. Iba viendo por la ventana del mismo para poder memorizar el camino y así mas adelante poder tomar una ruta de bus, el vehículo se detuvo en un semáforo, mientras estábamos en la espera de que cambiara la luz a verde, yo seguía viendo por la ventana el hermoso paisaje urbano, en frente de mi se encontraba un hermoso parque, habían muchas personas paseando a sus mascotas, otras ejercitándose y niños corret
Terminamos las clases, salimos de la universidad y Ana nos estaba esperando afuera recostada de un carro.—Mira ahí esta Ana —me dice Marcos.—Ey chicos —nos hace señas Ana, nos acercamos hasta ella.—¿Y este carro? —pregunta Marcos observando el vehículo.—Es mío, no es de último modelo, pero algo es algo, peor es nada, vamos a ir a comer algo.—Ah, no sé —le digo dudando— después no encontraré como irme a mi departamento, no conozco esta ciudad.—Tranquila yo te llevo, yo soy de aquí y me sé esta ciudad de memoria.Acepté y nos fuimos a un pequeño café, pedimos pizza, estábamos esperando nuestra orden cuando el chico antipático entro al establecimiento.—Oh no —intenté taparme con la cartilla del menú.—¿Q
—Ey fea, nos vemos de nuevo —me dice Cristian con una sonrisa.—Te dije que me llamo Amy —le dije cruzándome de brazos con el ceño fruncido.—Ah perdón Amy, es la costumbre —me dice aun sonriendo.—Espero que sea la última vez —le digo.—Claro cielo te doy mi palabra –dice acercándose a mí.La verdad es que cada vez que estoy cerca de Cristián me siento nerviosa no sé porque, cada palabra que me dice hace que un escalofríos recorra mi espina dorsal, se acercó tanto a mí que enseguida me ruboricé, la verdad nunca un chico se me había acercado tanto, en eso nuestros compañeros de clase empezaron a entrar y el profesor, salvada por la campana —pensé— fije mi mirada hacia el profesor e intente calmar mis nervios.Comenzó la clase, Cristián estaba sentado det
Después que salí de mi trance me fui hacia mi cuarto, me quite la ropa y me fui a bañar, me puse mi pijama y me acosté en mi cama, tome mi celular y llame a Clara como de costumbre.—Hola amiga ¿cómo estás? —dije al escuchar su voz.—Hola amiga muy bien ¿y tú?, ¿Cómo te fue el día de hoy?—Me alegra que estés bien amiga, yo estoy muy bien, hoy fue un día loco, te acuerdas del chico antipático que te conté, pues estamos en un trabajo juntos y mañana tengo que ir a la casa de él a hacerlo.—¿Ah sí? ¿Y cómo te metiste en eso? ¿No que lo odiabas?—No es que lo odie, si es algo antipático pero también tiene su lado tierno, hoy me defendió de un drogadicto.
—Ey preciosa ya despertaste —me dice Cristián.Cuando logro abrir bien mis ojos veo que Cristián está sentado a mi lado, en mi cama y con una laptop.—¿Cómo entraste a mi depa? Si yo deje la puerta cerrada.—¿Estás segura? —me pregunta Cristián despegando su mirada de la laptop.—Sí, claro que estoy segura —le digo levantándome de la cama— yo no estoy loca, ¿me vas a decir o no como entraste?Señala hacia el balcón, me voy para allá y me quedo allí parada, ya era de noche, ¿cómo pude dormir tanto? Me doy media vuelta y lo miro esperando una explicación.—Entre por tu balcón cariño —me dice— como puedes ver —se acerca hacia mí y me lleva hasta la baranda— mi cuarto es este que queda debajo del tuyo, subí por las es
Al despertarme me di un baño y me arregle, me puse un jean ceñido al cuerpo con una blusa blanca, chaqueta de cuero y mis converse negros, me maquille un poco, solo lo básico, me di una mirada al espejo grande de mi cuarto y sonreí satisfecha, fui para la cocina y me prepare un cereal con leche, como Cristián no me dijo a qué hora saldríamos decidí salir a buscarlo, cuando abro la puerta allí estaba él a punto de tocar, al verme me mira sorprendido.—Buenos días Amy, estas muy hermosa —me dice mirándome de arriba a abajo.—Buenos días Cristián —le doy una sonrisa algo sonrojada— gracias.—¿Y estas lista para pasar un día inolvidable hoy?—Si claro, espera voy por mi bolso —fui hacia la sala, tomé mi bolso y salí— lista.Bajamos por las escaleras y salimos del edific
—Hola pequeña Amy —me saluda Marcos mientras me dirigía a mi salón de clases.—Hola Marcos ¿cómo estás? —le respondo con una sonrisa.—Muy bien pequeña.—Hola chicos —nos saluda Ana— ¿cómo están?—Hola Ana, my bien. —le respondimos.—Ey Amy, ¿donde estuviste ayer? Te llamé como sopotosientas veces y no me respondiste.—Ah…, es que mi celular no tenía señal.—Dime la verdad, ya te conozco y sé que nos estas ocultando algo.—Estoy diciendo la verdad y no estoy ocultando nada.El timbre sonó y nos fuimos a nuestros respectivos salones, salvada por la campana —pensé—, Ana es una chica que hace muchas preguntas, vi mis clases y en todo el día evite el verme con los chicos y con Cristián, quer&i
Al día siguiente al terminar en la universidad me encontré con Ana y Marcos.—Hola Amy ¿cómo te va?—Hola Marcos muy bien ¿y a ustedes?—Bien, aunque los exámenes no están volviendo locos ¿a ti no? —me pregunta Ana.—En realidad no, entiendo muy bien todas las clases.—Cierto, tu eres la cerebrito del salón —dice Marcos.—Ya sé —exclamó Ana algo entusiasmada— tu nos puedes ayudar.—Cierto, podemos ir a tu depa a estudiar.—¿Si puedes verdad?—Claro que puedo —les digo riendo— ustedes son mis amigos como no voy a ayudarlos.—Pero antes —dice Marcos— vamos a ir al cine, hay que desestresarse un poco.—¿En serio Marcos? Tu lo que estas es pendiente de esa película que está en cartelera &md