—Ey preciosa ya despertaste —me dice Cristián.
Cuando logro abrir bien mis ojos veo que Cristián está sentado a mi lado, en mi cama y con una laptop.
—¿Cómo entraste a mi depa? Si yo deje la puerta cerrada.
—¿Estás segura? —me pregunta Cristián despegando su mirada de la laptop.
—Sí, claro que estoy segura —le digo levantándome de la cama— yo no estoy loca, ¿me vas a decir o no como entraste?
Señala hacia el balcón, me voy para allá y me quedo allí parada, ya era de noche, ¿cómo pude dormir tanto? Me doy media vuelta y lo miro esperando una explicación.
—Entre por tu balcón cariño —me dice— como puedes ver —se acerca hacia mí y me lleva hasta la baranda— mi cuarto es este que queda debajo del tuyo, subí por las escaleras de emergencia.
—¿Y por qué entras a mi cuarto sin mi permiso? —le digo un tanto molesta.
—Se hicieron las tres y no llegaste —me dijo él muy calmado y se sienta de nuevo en la cama— vine y toqué la puerta y no abriste, me preocupé y se me ocurrió que como mi cuarto esta debajo el tuyo obvio tenía un balcón y decidí subir para ver si te había pasado algo, cuando entro mi sorpresa es que estabas muy dormida.
Mi expresión cambio cuando escuché eso, Cristián era muy atento, solo era antipático cuando no se le conocía bien, me acerqué hasta él y me quede mirándolo.
—¿Qué? —me pregunta.
—Gracias —le digo con una sonrisa— gracias por preocuparte por mí.
—No es nada cariño, ahora ven que tenemos que terminar el trabajo —me dice palmeando el lado vacío en la cama.
Me senté junto a él y comencé a ayudarlo con el trabajo que ya en realidad estaba casi terminado, mi corazón latía rápido al estar tan cerca de Cristián, su perfume entraba por mis fosas nasales y me encantaba, en ese momento quería abrazarlo e impregnarme en su olor —¿pero que estoy pensando?— me levanté de la cama rápido y salí con la excusa de que iba a tomar agua.
—¿Pero que me está pasando? —Me preguntaba en mi mente— debo controlarme, ¿porque me pongo así?
Saqué el agua de la nevera y un vaso, me serví agua y sentí unas manos en mi cintura y una respiración cálida en mi cuello, me parte en seguida riendo.
—¿Que pasa Amy, porque te ríes? —me pregunta él confundido.
—No es nada –le digo aun riendo y frotando mi cuello— es que me haces cosquillas.
—Ah perdona yo no quería hacerte cosquillas yo solo quiero hacerte disfrutar un rato para que dejes ese estrés que tienes, estas tensa.
—Pues así no lo lograras —le digo— además, tú no tienes que hacerme disfrutar nada, tu y yo no somos nada —le digo seria y cruzándome de brazos— vamos a terminar el trabajo sí.
—Ya veo que eres difícil preciosa, pero eso pronto cambiará —me dice con una sonrisa y guiñándome un ojo.
Fuimos a mi cuarto y terminamos el trabajo, ya era tarde, me estaba dando hambre y decidí hacer algo rápido para comer, fui hasta la cocina y preparé dos emparedados y jugo de naranja, los lleve hasta mi cuarto, le di uno a Cristián y comimos en silencio.
—Amy ¿qué vas a hacer mañana? —me pregunta Cristián rompiendo el silencio.
—Nada en realidad —le respondo encogiendo los hombros.
—Bueno ahora sí, mañana vamos a salir juntos, te voy a llevar a un lugar que te va a gustar.
No sabía que responderle, me quede un rato pensando, Cristián es muy lindo pero era una persona algo misteriosa, aun no lo conocía ¿y si resultaba ser un psicópata? —pero que cosas digo— no parece ser así, decidí aceptar su invitación podría ser una gran oportunidad para conocerlo más.
—Acepto tu invitación —le respondo al fin.
—¡Qué bien! —me dice muy animado— mañana subo por ti.
Se fue hacia el balcón y me quede mirándolo extrañada ¿qué iba a hacer allí?
—¿Oye a dónde vas?
—A mi casa —me dice él como si fuera obvio.
—¿Por el balcón?
—Ah es que como vine apurado a ver si estabas bien deje hasta las llaves y no tengo como abrir la puerta.
—Bueno ten cuidado no te vayas a caer —le digo algo preocupada
—Oh te preocupo —dice él con una sonrisa y se acerca a mi— tranquila cariño —me da un beso en la frente por unos segundos— nos vemos mañana.
Cristián bajo por el balcón y yo me tire en mi cama y me quedé mirando el techo con una gran sonrisa, me estaba empezando a gustar como Cristián me trataba, era un chico muy dulce y algo atrevido, estaba sumergida en mis pensamientos cuando sonó mi celular y me saco de mi mundo.
Cristian: Me encantó pasar el día contigo preciosa.
Era Cristián, ¿cómo consiguió mi número? si yo no se lo di, ese mensaje me alegró mucho.
Cristian: Me imagino que te estarás preguntando como conseguí tu número, me costó pero lo conseguí, que duermas bien.
Me encantó el que me haya escrito, tenía una gran sonrisa dibujada en mi rostro, abrace mi celular literalmente, cerré mis ojos y me quede dormida.
Al despertarme me di un baño y me arregle, me puse un jean ceñido al cuerpo con una blusa blanca, chaqueta de cuero y mis converse negros, me maquille un poco, solo lo básico, me di una mirada al espejo grande de mi cuarto y sonreí satisfecha, fui para la cocina y me prepare un cereal con leche, como Cristián no me dijo a qué hora saldríamos decidí salir a buscarlo, cuando abro la puerta allí estaba él a punto de tocar, al verme me mira sorprendido.—Buenos días Amy, estas muy hermosa —me dice mirándome de arriba a abajo.—Buenos días Cristián —le doy una sonrisa algo sonrojada— gracias.—¿Y estas lista para pasar un día inolvidable hoy?—Si claro, espera voy por mi bolso —fui hacia la sala, tomé mi bolso y salí— lista.Bajamos por las escaleras y salimos del edific
—Hola pequeña Amy —me saluda Marcos mientras me dirigía a mi salón de clases.—Hola Marcos ¿cómo estás? —le respondo con una sonrisa.—Muy bien pequeña.—Hola chicos —nos saluda Ana— ¿cómo están?—Hola Ana, my bien. —le respondimos.—Ey Amy, ¿donde estuviste ayer? Te llamé como sopotosientas veces y no me respondiste.—Ah…, es que mi celular no tenía señal.—Dime la verdad, ya te conozco y sé que nos estas ocultando algo.—Estoy diciendo la verdad y no estoy ocultando nada.El timbre sonó y nos fuimos a nuestros respectivos salones, salvada por la campana —pensé—, Ana es una chica que hace muchas preguntas, vi mis clases y en todo el día evite el verme con los chicos y con Cristián, quer&i
Al día siguiente al terminar en la universidad me encontré con Ana y Marcos.—Hola Amy ¿cómo te va?—Hola Marcos muy bien ¿y a ustedes?—Bien, aunque los exámenes no están volviendo locos ¿a ti no? —me pregunta Ana.—En realidad no, entiendo muy bien todas las clases.—Cierto, tu eres la cerebrito del salón —dice Marcos.—Ya sé —exclamó Ana algo entusiasmada— tu nos puedes ayudar.—Cierto, podemos ir a tu depa a estudiar.—¿Si puedes verdad?—Claro que puedo —les digo riendo— ustedes son mis amigos como no voy a ayudarlos.—Pero antes —dice Marcos— vamos a ir al cine, hay que desestresarse un poco.—¿En serio Marcos? Tu lo que estas es pendiente de esa película que está en cartelera &md
Pasamos el fin de semana estudiando para los exámenes finales, Marcos era un chico muy inteligente podía entender todo a la perfección no entiendo porque dijo que no entendía las clases, me acerqué hasta Ana que estaba en la sala y me puse a hablar con ella, Marcos había salido a comprar algo para comer.—Ey Ana —le digo sentándome al lado de ella.— ¿Qué pasa? —me pregunta Ana aun mirando su cuaderno.—¿No te parece raro que Marcos haya pedido ayuda para estudiar y entiende a la perfección a la primera? —Ana despegó la mirada de su cuaderno y me miró fijamente.—Ay amiga, de verdad que eres muy inocente, no te enteras de nada.— ¿Por qué me dices eso? —le digo incrédula.—Amy, Amy, Amy —suspira— eso de no entender es solo una manera de acercarse a ti.&
Presentamos los exámenes finales, gracias a Dios aprobamos y con buenas notas. Estábamos en la cafetería y en ese momento empieza a hablar Marcos.—Chicos ya saben que va a haber un baile de fin de curso ¿verdad?—Si Marcos —dice Ana— has estado hablando de eso desde que lo anunciaron.—Pensé que podrían haberlo olvidado por el estrés de los exámenes.—Podríamos, pero tú a cada rato nos lo recuerdas —responde Ana.—Es cierto —digo divertida.Me dirigía hacia la salida de la universidad, noté que Clara se encontraba allí, me extrañó, así que me dirigí hacia ella.— ¿Qué haces aquí amiga? —le pregunto.—Estaba aburrida, así que decidí venirte a buscar para hacer algo antes de entrar de nuevo a tu depa, de ve
Al llegar al depa me fui directo a mi cuarto y me acosté en mi cama, estaba muy cansada por la caminata, Clara se fue a dar una ducha, en ese momento me entró una llamada de Ana.—¡Adivina quién me invitó al baile! —dice con voz chillona.Sonreí al escucharla, por supuesto que ya sabía quién, pero le seguí la corriente.—¿Quien? —respondo como si no tuviera idea de quien se trataba.—¡Marcos! —me dice emocionada.—Que bien amiga, me alegro por ti.—La verdad que creí que te lo iba a pedir a ti.— ¿A mí? No vale, el me pregunto si tal vez tu aceptarías ir con él y le dije que sí.—Gracias amiga, bueno hablamos luego, tengo que elegir que me voy a poner.Colgó la llamada, yo me quede en mi cama sonriendo, en ese momento alguien toco la puerta
Ordené la cocina mientras Clara y Cris hablaban, en algunas ocasiones yo participaba en la conversación, hasta que sonó el celular de Cristián, él tuvo que atender.—Bueno chicas —dice acercándose a nosotras, ya estábamos en la sala— pasé una noche agradable con ustedes y disfrute el rico desayuno pero, ya me tengo que ir.—No te preocupes —dice Clara— ya pasaremos otros ratos agradables cuando nos vayamos a la cabaña.—Si, por supuesto —dice Cristián con una sonrisa— nos vemos Amy.Cristián salió de mi depa y bajo las escaleras.—Bueno amiga —le digo a Clara— lo siento, pero voy a ir a dormir otro rato.—De verdad amiga, ¿me vas a dejar sola aquí? —dice con un puchero.—Anoche no dormí mucho, estoy muy cansada.—Está bien,
Llegó el día esperado, Cristián le llevó la llave a Marcos para que sacara la copia, el cual salió de prisa y fue a sacar la copia en el lugar más cercano a la universidad, llegó jadeando y le entregó de nuevo la original a Cris para que la colocara en donde estaba.—Primera fase lista —chocan las manos y nos dirigimos al salón.Por otro lado estaba Clara, comprando lo necesario para la sorpresa en la casa de Ana.Al llegar la hora de salida Marcos y Cris salieron disparados como alma que lleva el diablo, yo me quede con Ana disimuladamente para que no se diera cuenta de nada.—Oye amiga —le digo mientras nos dirigimos hacia la salida.—Dime Amy —voltea a verme.—Me provocó comer helado — ¿de verdad no se me ocurrió que mas decir? no era buena en esto, pero me tenía que esforzar— vamos por uno.