¡Oh, Dios mío! Todo era mentira. En el fondo sabía que mi padre no sería incapaz de hacer algo tan perverso.
Retrocedo apartándome de María con la intención de salir corriendo. Tengo que alejarme de este lugar.
—¿Está bien, señorita?
Niego.
—¡Necesito salir de aquí!
Sea lo que sea, no es bueno. Tal vez vayan a usarme para extorsionar a mi padre, o para algo peor.
En cuanto llego a la puerta, Alejandro asoma por ella.
Me quedo totalmente asustada, con los ojos clavados en los suyos. Sin más preámbulos lo empujo con todas mis fuerzas y echo a correr. Pero no llego demasiado lejos. Alejandro me atrapa del brazo y me inmoviliza contra su pecho.
Tengo mi espalda pegada a él. Me sujeta con tanta fuerza que se me dificulta respirar. Y por el colmo, Oliver está presente.
—Tranquila... &mdash
—¿Cuánto tiempo llevas haciéndote pasar por él?No puedo creer que le haya estado contando a un desconocido tantas cosas sobre mí, ni que le haya mandado fotos de casi todo lo que hacía.—¡Lo que has hecho es enfermizo! —le reprocho.—¿Recuerdas lo del piso? —asiento. —Yo mandé a Mario. Parecía encantador, ¿verdad? —se regocija. —En realidad lo hacía porque me daba pena lo sola que te sentías. Yo escogí tu bonito piso. El mejor que pude encontrar. ¿Sabes que habría hecho tu padre? —pregunta sin esperar una respuesta. —Tan solo te habría mandado el dinero, pero yo me encargaré personalmente de verlos uno por uno.—¡Oh, Dios mío! Esto tiene que ser una puta pesadilla.—Es tan real como yo. ¡Y vas a devolverme lo que tu padre me quito!&nbs
OliverLa primera vez que vi a Cassy no sabía quién era, Alejandro jamás me mostró unas de esas decenas de fotografías que ella le había mandado, no a él, sino a su padre.Pero cuando la vi en mi habitación, me pareció graciosa, ¿Quién en su sano juicio se preocupa por una cicatriz de la persona que pretende dañarte? Aunque en ese momento pensé que era una ingenua, luego me di cuenta de que solo quería ganar tiempo.A pesar de que mi hermano no me había permitido ver sus fotos, fui el primero en verla completamente desnuda. Entiendo a Alejandro, a mí también me impresionaron sus enormes ojos azules, pero tengo que decir que desnuda gana mucho más.Disfruté haciendo mi papel de malo, acosando a Cassy, haciéndola creer que era un depredador que pretendía devorarla. ¿A qué viene todo
Alejandro tira del pañuelo que cubre mis ojos, pero el haber estado cegada, no quiere decir que también haya estado sorda. Sé que hablaba con alguien más...Hace una mueca, y yo tiro de mis atadas manos, provocando un daño severo en mis muñecas.—Suéltame, por favor.—Si no te suelto, ¿qué puedes hacer?Patalear, gritar, insultar... Nada que pueda sacarme de la situación en la que estoy.—Por favor —suplico una vez más.—No sé lo cómoda que estés, pero espero que sea lo suficiente como para pasar la noche.Niego. No puede dejarme desnuda y atada, es humillante.Él cubre mi cuerpo con una fina sábana y se dispone a marcharse.—¡No! ¡Desátame, por favor!—Buenas noches, Cassy.El muy bastardo besa mi frente antes de irse
OliverMe sirvo una taza de café, mientras observo a María, es tan rápida preparando las cosas que me canso con solo verla.—¿Te hago huevos rancheros?Tengo el estómago cerrado, y demasiado sueño, no he podido pegar ojo en toda la noche. Pero asiento, solo porque a ella me cuesta decirle que no quiero algo.—¿Cassy tomará el desayuno en la habitación?Arqueo una ceja. No puedo tomar decisiones por Cassy, tampoco me importa saber dónde va a desayunar esa niñata que me perturba por la noche, y que gracias a ella he amanecido más cansado de lo habitual.—Deberías preguntarle al señor de la casa.Ella pone los ojos en blanco y niega.—Tú también lo eres, Oliver. Deberías dejar esa actitud, Alejandro y tú sois hermanos y debéis cuidar el uno del otro.Ma
CassyRetrocedo con la intención de volver a mi habitación y no salir de ella. Avergonzada por llevar un vestido tan ajustado, aunque me llega hasta las rodillas.—Escogí lo primero que encontré — interviene Oliver.Alejandro clava los ojos en su hermano. Me hace una señal para que me siente justo a su lado. Siento la mano de Oliver empujándome para que avance.Me cuesta mucho llegar hasta el asiento, aunque en realidad está a tan solo unos pasos.María sirve el desayuno una vez que todas estamos sentados.Se forma un incómodo silencio, solo el sonido de los cubiertos haciendo contacto con los platos. Me llevo un trozo de huevo a la boca, y en seguida siento que se ha atascado en mi garganta al notar la mano de Alejandro paseando por mi muslo.Respiro hondo. Solo quiero comer un poco, lo necesito. La falta de alimento me hace sentir muy debilit
OliverAprovecho que Alejandro se ha levantado para observar con atención a Cassy. Sigue mirando el periódico, tal vez yo en su situación tendría la misma esperanza que tiene ella. Aunque me resulta absurdo, no hay nadie allí a fuera esperando por ella. Nadie.—Tendrás que portarte lo mejor que puedas. Los amigos de Alejandro son algo especiales.Cassy se vuelve casi pálida con mis palabras, aunque en muchas ocasiones solo pretendo burlarme de ella. Ahora solo trato de aconsejarla.—¿Pretendes asustarme?—Pretendo prepararte para lo que pueda venir. Tal vez intenten provocarte para que él te ceda a ellos...Los ojos de Cassy se vuelven cristalinos, espero que no empiece a llorar, no es momento ni lugar.—Oír, ver y callar... ¿Tu madre nunca te lo dijo?—Extraño a mi madre...—¡Olv
CassyMe encierro en mi habitación con un nudo en la garganta, con más ganas de llorar que incluso cuando Alejandro invadió todo de mí, sin pedírselo y sin permiso.No quiero ser el juguete de nadie, y menos uno que se puede prestar a cualquiera cuando se le antoje.Sé que huir es complicado, pero no puedo evitar pensar en ello una y otra vez. Me acerco a la venta, la cual da directamente al jardín. Es tan fácil como dar un pequeño salto y correr. Pero estoy en México, no sé ni dónde tengo que dirigirme una vez que esté fuera. Bueno sí, al consulado. Pero, ¿Dónde demonios estará? Ni siquiera sé en qué parte de México estoy.Ojalá hubiera tenido un padre normal. Tal vez él ha causado tanto daño a los demás, y que por ello me toca pagarlo a mí. Algo así como el
OliverContradecir a mi hermano no es lo adecuado en esta situación, pero defender a Cassy es algo que me sale de forma natural, tal vez porque sé que es estúpida y que no parará de cometer errores una y otra vez... O solo porque me gusta un poco... O tal vez porque me siento culpable de que ella haya llegado hasta aquí.Admito que me da un poco de rabia que Alejandro se vaya a colar entre sus piernas, no quiero conformarme solo con ser el tipo que la ayuda a recibir un castigo. No quiero ser la persona a la que solo acude cuando se siente desprotegida, quiero ser alguien importante en su vida de mierda, y al mismo tiempo quiero que Cassy deje de importarme.¿Qué diablos es esto que siento? Debería mantenerme al margen de todo. Si ella solita ha decidido huir, que asuma las consecuencias. Pero su mirada de "yo no fui" me persigue a todas horas... ¡Maldita niñata!Me sepa