El tiempo sigue, la vida sigue, y yo debo seguir.
Acudo una vez por semana a un especialista, tal y como Adam me recomendó, no olvido sus últimas palabras antes de nuestra despedida, yo soy fuerte y valiente para él, y quiero demostrarlo... aunque no me esté viendo.
Después de pasar semanas encerrada en mi casa, decidí que no quería vivir encerrada, y lo primero que hice fue apuntarme a clases de boxeo.
Tengo que olvidar, pero una parte de mí se aferraba tanto al imbécil de Oliver como al ángel de Adam. Y boxear me hace sentir bien, es como una descarga de emociones.
Tengo claro que no quiero ser enfermera, e incluso sé a lo que quiero dedicarme el resto de mis días. Por lo tanto debo ponerme en forma, tal y como decía Adam.
Durante el día, a plena luz del sol mi vida casi transcurre como la de otra persona normal, pero a oscuras, Alejandro se aparece para torturarme.
Alejandro no desaparece con tanta facilidad, incluso dejé de pensar
—¿Oliver?Sus profundos ojos verdes sonríen igual que sus labios. Siento mi corazón palpitar con entusiasmo como si él también fuera a alegrarse de verlo.—¿Cassy?Y me siento mucho más confusa cuando la voz de Adam suena detrás de mí. Doy media vuelta a comprobar que no me estoy volviendo loca de verdad. ¿Y darles la razón a esos imbéciles de la academia?—¿Por qué tardabas tanto? —vuelvo mi vista a Oliver cuando se dirige a Adam. —¿Es que en este pueblo no hay supermercados?—He tenido que andar y me he perdido...—¿Cómo puedes perderte en algo tan pequeño como este sitio?Niego. ¿Puedo estar alucinando tanto?—¿Cassy estás bien?—¡No!Entonces Oliver sonríe travieso y me estrecha entre sus brazos. Ni siquiera me resulta incómodo, aunque sin duda el abrazo de Adam es el mejor de todos.—Estábamos de paso... —musita Adam después de besar mi mejilla.—¿Por qué le mientes? Llevábamos meses planeando venir a verte
Narrador: Adam caminó decidido sin haberse despedido de ella, Oliver intentaba alcanzarlo. Volver a ver a Cassy había despertado en él ciertos sentimientos que quería evadir. Por eso, en las cuatro veces que había conducido hasta ese pueblo, no se había atrevido a acercarse a ella.El sentimiento nació en el mismo instante que la vio, y aunque lo negaba, por respeto a Mel, la quería tener cerca.Aunque esta vez había tenido la oportunidad, sabía que no era justo para Oliver.—¿Por qué demonios has hecho eso?Adam solo se precipitó a abrir el coche una vez que llegó.—¿El qué?—Tratarla como si no te importara, creía que sentías cariño por ella.—¿Sabes lo que no voy a hacer? Quedarme aquí, porque tú estés enamorado.—¿Seguro que es por eso? Porque tengo la sensación de qué es por un motivo personal, que no tiene nada que ver conmigo.Adam subió al coche y cerró la puerta ignorando la discusión con Oliver.<
Cassy:—Una señora me ha llamado sinvergüenza —espeta ofendido entrando una vez que abro la casa.Adam lo sigue con una sonrisa malvada en sus labios y yo... Yo me quedo sujetando la puerta algo impacta por lo que acaba de pasar.Hace como media hora que se han ido, y vuelven a entrar como Pedro por su casa sin dar explicación alguna.Cierro la puerta confusa. Más bien ellos me confunden y me empiezan a estresar.Dirijo mis pasos hacia la cocina, cuando Oliver ya se ha adueñado de mi cafetera.—Luego dicen que los jóvenes somos unos maleducados.—¿A qué viene toda esta indignación? ¿Y, por qué estáis en mi casa y no en Venecia paseando en una barca bajo la luz de la luna?—¿Lo ves? Ella piensa que eres gay, esa música te hace gay.Pongo los ojos en blanco y tomo asiento, se avecina un nuevo espectáculo, se han convertido en una pareja de cómicos y probablemente es como se ganan la vida,no será así, pero ima
Narrador:Al ver las marcas que Alejandro había dejado en Cassy, le hirvió la sangre, a ese animal no le había bastado con marcar su nalga de por vida. Se sintió tan impotente, tan dolido como lo había estado ella aquel día.Tomó una bocanada de aire y cerró los ojos tratando de no pensar más en todo lo que lo atormentaba.Oliver estaba entretenido preparando la cena, y él se sentía incapaz de realizar algo tan sencillo como cocinar, sus pensamientos lo tenían totalmente absorbido.—Creo que mi hermano nunca salió de México.Cassy volvió su mirada hacia Oliver, y siguió cortando las verduras.—No es tan idiota como para entrar a los Estados Unidos después de lo ocurrido —dejó salir el aire contenido y siguió dándole la vuelta a la carne que tenía sobre la plancha. —Dudo que se atreva a venir a buscarte, no es tan tonto.—Entonces, iré yo a por él...Oliver clavó sus ojos en ella, y negó.—¿Quieres volver a México
CassyTengo a dos maravillosos hombres a mi lado, los cuales han marcado mi vida para siempre. Porque tengo claro que no importa el tiempo que pase, a ellos siempre los tendré presentes.Finalmente me siento feliz, feliz de sentirme querida, consentida, y me gusta demasiado tener la atención de ambos.—No quiero volver a dormir en esa habitación, sentí que Bomer me violaba con la mirada...Es perfecto.—Que más quisieras tú que amanecer en los brazos de ese hombre.Bueno... casi perfecto. No importa que Adam y Oliver se pasen el día discutiendo por tonterías, ni por quién parece más idiota. Me empiezo a enamorar de sus discusiones, aunque a veces me sacan de quicio.En cuanto Adam se incorpora, no contengo mis ganas de lanzarme sobre él. Para mí es un juego, para él debo mejorar.—Ponte en posición.A él le gusta tener el control, dar órdenes y mostrarse algo serio. Supongo que perder a su hermano y a Mel, lo hiz
Me siento muy perdida en la vida, pero puedo asegurar que lo que siento por Adam, implica sentimientos, más allá del deseo carnal. Lo noté en el instante en que se me sentí rescatada por él, por sus abrazos, aquellos que me dan fortaleza y seguridad. Adam es como el sol de cada mañana, algo necesario e imprescindible en mi vida, no se puede comprar con la atracción física que hay entre Oliver y yo. Aunque lo que le falta a Adam lo aporta Oliver, a pesar de ser un idiota, lo adoro. Ambos me complementan, pero tres es multitud.En el gran silencio incómodo que se ha formado, el timbre salva el momento.—Ya voy yo —le digo a Oliver cuando hace intención de querer ir a abrir.Abro la puerta y mis ojos chocaron de lleno contra los de ella, luego centro mi mirada en sus labios, los cuales lucen suaves, carnosos, hermosos y nada desagradables.Rechel, la chica de los labios secos, la del mal aliento, la que no se callaba ni debajo del agua.—¿Cassy
Narrador: Después de leer una y otra vez la notificación del juzgado, finalmente tomó asiento en la cama. Respiró hondo. Alejandro estaba entre rejas, sin embargo seguía vivo y era algo que la seguía atormentado y perturbando su paz mental.Apartó la carta una vez que Adam asomó su cabeza por la puerta.—¿Estás bien?Asintió. Aunque no lo estaba del todo, pero no quería preocuparlos más de la cuenta, él también estaba afectado.Tomó asiento junto a ella y extendió sus brazos invitándola a refugiarse en ellos.Era extraño, porque en seguida dejó de tener miedo, y solo quería seguir pegada a él.—No quiero que tengas miedo a nada, porque jamás volverá a hacerte daño.Levantó su mirada con la intención de encontrar al muchacho que vio por primera vez, pero Adam ya ni siquiera escuchaba su música romántica ni sonreía como antes. Aun así con él el miedo dejaba de existir.—Prométeme que nunca me dejarás sola.S
Lo que sucedió ese día fue el comienzo y el fin de una relación, mi comienzo con Adam y el final de mi amistad con Oliver.Salí reluciente del baño, sonriendo por lo que acababa de pasar, y feliz de saber que Adam estaba dispuesto a quedarse conmigo. Me aferraba a él como si los hombres se hubieran extinguido del todo. No tenía explicación a ese hecho, tal vez fueron sus confesiones o simplemente me gustó la primera vez que lo vi, igual que yo a él.—Oliver se ha ido.Mi burbuja de felicidad reventó al escuchar las palabras de Adam.—Debió escucharnos, y tal vez pensó que sobraba y se largó.—¿Cómo sabes que se ha ido?Adam levantó una pequeña nota: "que seas muy felices."Ni siquiera un «adiós». Oliver se había esfumado. Me había abandonado. Aunque esta vez dolió menos que la primera.—Debe odiarme. Llevaba el año entero diciendo lo enamorado que estaba de ti...A Adam lo consumía la culpa, y yo siendo todo lo egoísta q