Ella miraba su cara con una ternura que iba más allá de lo meramente físico, los hermosos ojos azules recorrían una y otra vez las viriles facciones. Parecía que no se cansaba de mirarlo, su mano recorría en ocasiones ese rostro tan querido para ella y que ahora estaba con los ojos cerrados.Ya era el segundo día desde que habían rescatado a Velkan, había tenido fiebres muy altas pero gracias a los cuidados y atenciones de ella y de Zurab estaba recuperándose. Aunque ella sentía que tardaba mucho en despertar.—¿No debería haber despertado ya, Zurab? —su voz tenía un leve acento de angustia.—No te preocupes, prima querida —le dijo con voz tranquila— En cualquier momento despertará, hay que darle tiempo al cuerpo. Estuvo sometido a mucho desgaste y eso tarda en recuperarse, pero lo hará pronto, es un hombre muy fuerte.—Eso quiero, me desespera verlo así sin moverse —su preocupación era evidente y su amor también.Zurab salió un momento por los alrededores, quería ver si había algún i
En eso estaban cuando de pronto se abrió la puerta de la cabaña al entrar Zurab. No se pudieron separar a tiempo para que no los viera, los ojos de Zurab se abrieron como platos. Luego sonrió con complicidad.—¡Caramba! Después de todo el hombre no está muerto —la carcajada que soltó llenó la pequeña cabaña e hizo desaparecer la cara de sorpresa de él y el rubor de ella.Finalmente todos se echaron a reír con ganas hasta que las lágrimas les saltaban de los ojos, la risa, como un suave bálsamo borraba las preocupaciones y los malos recuerdos.Cuando dejaron de reír se sentían mucho mejor. Tatiana recostó de nuevo su cabeza sobre su hombre… «Su hombre» —eso sonaba tan hermoso en su cabeza, y era algo que no se había imaginado nunca sentir y menos, decir.Zurab los miró con ternura en su mirada, al fin y al cabo eran su prima, a quien adoraba y Velkan, que se había ganado primero su confianza y segundo, su cariño.Velkan se incorporó un poco para ver su pierna. El tobillo seguía hinchad
La mañana siguiente todos estaban listos para partir, incluso Velkan estaba ansioso por descender ya de esta montaña, habían sido días duros y quería estar en un lugar civilizado.—¿Cómo te sientes, mi amor? —fué la solícita pregunta de Tatiana.Habían pasado gran parte de la noche conversando y conociéndose más, ahora no como amigos sino como dos personas que se amaban profundamente. Tenían meses compartiendo como amigos sin darse cuenta que cada vez se enamoraban más el uno del otro.—Estoy bien, cariño. Muy animado por salir de aquí —se le veía en el rostro lo que sentía— Aunque siempre voy a recordar este sitio como algo muy especial, porque aquí hemos descubierto nuestro amor.A ésta frase Tatiana respondió con un tierno beso sobre los labios de su amado.—Bien, tórtolos, ¿Estamos listos? —la voz de Zurab los sacó de su embeleso.—Sí —fue la rápida respuesta de Velkan— Estamos listos para partir.—Bien, pongámonos en marcha.Salieron de la cabaña para dirigirse al camino, Velkan
Robert estaba en el escritorio revisando la PC mientras Velkan se sentaba a su lado. Hasta ahora no habían podido ponerse en contacto con alguna de las personas que estuvieron involucradas en el asunto de los papeles del gobierno.—Me frustra que no hayamos podido comunicarnos con alguno de ellos al menos —la frustración se reflejaba en su voz— Alguien tiene que contestarnos.—Yo creo que deberíamos buscar a los "informantes" —era un pensamiento que tenía en mente desde hace unos días— Solo necesito conseguir una línea segura y me comunicaré con algunos de ellos.Robert lo miró con admiración no disimulada, siempre se sorprendía de la rápida y aguda mente de su amigo, ese "viejo" que se creía acabado en ocasiones. Pero eso no era cierto, quizás era una percepción del momento, hija de la frustración, pero eso estaba muy lejos de la realidad.Velkan podría verse un poco más viejo de lo que se veía en Turquía hace un par de años, pero su mente estaba tan aguda como cuando trabajaron junt
Mientras Mary y Robert se entregaban a su amor y pasión, Velkan se había adormecido en el cómodo sillón donde estaba sentado.Se movió un poco incómodo por el tiempo que había estado en la misma posición, se levantó del asiento y se acercó a una persiana vertical que cubría un amplio ventanal, se asomó entre las hojas de la persiana y vió el jardín y el verde prado que quedaba al lado de la mansión.Corrió las láminas de la persiana hasta que abrió un amplio espacio que le permitía ver el paisaje aunque se sentara al lado del escritorio. A él le gustaba mirar el paisaje, respirar el aire puro del campo, y si era en una agradable compañía mucho mejor… Este pensamiento lo sumergió de nuevo en las páginas de su pasado…*******Tatiana reía mientras empujaba una vieja silla de ruedas hacia la salida del pueblo donde iba un alegre aunque frustrado Velkan. Desde esa parte del pueblo se podía mirar una amplia estepa a modo de campiña que se extendía por varios kilómetros.Iban riendo de cua
Zurab se quedó mirando a su amigo sin saber cómo tomar sus últimas palabras, ¿Estaría bromeando?Desde que supo por la agencia de que iba a ser contacto de una figura que era considerada casi una leyenda en el mundo del espionaje, se había sentido muy emocionado. Velkan, alias "La sombra" o "El implacable" tenía una fama especialmente de habilidoso y difícil de eliminar Muchos habían sido los que habían caído al enfrentarse con él. Era un hábil tirador con armas largas y cortas, temible al utilizar el cuchillo o cualquier otra arma blanca. Pero lo más admirable era que parecía tener habilidades especiales para enfrentar casi cualquier situación.Era muy veloz de mente y siempre parecía andar un par de pasos adelante de sus enemigos, con una intuición prodigiosa y una capacidad de resolver situaciones en pocos minutos. Además, era letal con sus manos, en la lucha cuerpo a cuerpo no tenía rival. Dominaba varias artes marciales, incluyendo el novedoso Krav Maga del ejército y servicio s
Velkan abrió la puerta y se devolvió a sentarse en su cama. Tatiana entró en la habitación sin decir nada, solo se acercó a la cama poco a poco.—Lo siento, amor —Velkan no dijo nada, pero la frase lo sorprendió, ella casi nunca, es decir: nunca, se disculpaba, en particular en lo que ella creía que tenía razón— ¿Puedes perdonarme? Solo quiero tu seguridad, sólo quiero que estés bien.Al principio él no levantó la cabeza ni cambió la posición en que estaba sentado, con los brazos apoyados en sus piernas y las manos juntas, la cabeza inclinada y los ojos cerrados.Luego soltó sus manos y levantó la cabeza para mirarla a los ojos. Lo que vió lo dejó más desconcertado aún: los ojos de ella estaban anegados en lágrimas. Si alguien se lo hubiera contado no lo hubiera creído jamás. ¡Tatiana llorando! Eso no parecía posible.Cualquiera pensaría que ella era una mujer demasiado dura y de carácter hosco, o una persona huraña y de mal talante. Pero no era así, ella era una mujer dulce en su tr
Su boca se abalanzó sobre su pezón izquierdo causando una sensación tan fuerte que la ya débil resistencia de Tatiana al clímax se terminó de derrumbar, el orgasmo la alcanzó con una fuerza increíble, su cuerpo se arqueó contra el miembro viril que le causaba tan devastadora sensación, sus flujos íntimos se desbordaron y un gemido de pantera desgarró su garganta mientras los fuertes espasmos sacudían su cuerpo una y otra vez enlazando orgasmo tras orgasmo.Velkan estaba sorprendido por la apasionada respuesta de su amada, pero siguió atacando sus senos como si quisiera devorarlos mientras su amada era invadida por múltiples orgasmos. ¡Un largo: aaaahhhhh! Salió de la boca de ella y luego cayó desmadejada sobre el colchón, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada, sus hermosos labios entreabiertos le ayudaban a respirar un poco mejor.Velkan dejó que se fuera relajando en descanso, dejó de atacar su hermoso senos y se dirigió a su dulce boca dónde depositó beso tras beso has