La mañana siguiente todos estaban listos para partir, incluso Velkan estaba ansioso por descender ya de esta montaña, habían sido días duros y quería estar en un lugar civilizado.—¿Cómo te sientes, mi amor? —fué la solícita pregunta de Tatiana.Habían pasado gran parte de la noche conversando y conociéndose más, ahora no como amigos sino como dos personas que se amaban profundamente. Tenían meses compartiendo como amigos sin darse cuenta que cada vez se enamoraban más el uno del otro.—Estoy bien, cariño. Muy animado por salir de aquí —se le veía en el rostro lo que sentía— Aunque siempre voy a recordar este sitio como algo muy especial, porque aquí hemos descubierto nuestro amor.A ésta frase Tatiana respondió con un tierno beso sobre los labios de su amado.—Bien, tórtolos, ¿Estamos listos? —la voz de Zurab los sacó de su embeleso.—Sí —fue la rápida respuesta de Velkan— Estamos listos para partir.—Bien, pongámonos en marcha.Salieron de la cabaña para dirigirse al camino, Velkan
Robert estaba en el escritorio revisando la PC mientras Velkan se sentaba a su lado. Hasta ahora no habían podido ponerse en contacto con alguna de las personas que estuvieron involucradas en el asunto de los papeles del gobierno.—Me frustra que no hayamos podido comunicarnos con alguno de ellos al menos —la frustración se reflejaba en su voz— Alguien tiene que contestarnos.—Yo creo que deberíamos buscar a los "informantes" —era un pensamiento que tenía en mente desde hace unos días— Solo necesito conseguir una línea segura y me comunicaré con algunos de ellos.Robert lo miró con admiración no disimulada, siempre se sorprendía de la rápida y aguda mente de su amigo, ese "viejo" que se creía acabado en ocasiones. Pero eso no era cierto, quizás era una percepción del momento, hija de la frustración, pero eso estaba muy lejos de la realidad.Velkan podría verse un poco más viejo de lo que se veía en Turquía hace un par de años, pero su mente estaba tan aguda como cuando trabajaron junt
Mientras Mary y Robert se entregaban a su amor y pasión, Velkan se había adormecido en el cómodo sillón donde estaba sentado.Se movió un poco incómodo por el tiempo que había estado en la misma posición, se levantó del asiento y se acercó a una persiana vertical que cubría un amplio ventanal, se asomó entre las hojas de la persiana y vió el jardín y el verde prado que quedaba al lado de la mansión.Corrió las láminas de la persiana hasta que abrió un amplio espacio que le permitía ver el paisaje aunque se sentara al lado del escritorio. A él le gustaba mirar el paisaje, respirar el aire puro del campo, y si era en una agradable compañía mucho mejor… Este pensamiento lo sumergió de nuevo en las páginas de su pasado…*******Tatiana reía mientras empujaba una vieja silla de ruedas hacia la salida del pueblo donde iba un alegre aunque frustrado Velkan. Desde esa parte del pueblo se podía mirar una amplia estepa a modo de campiña que se extendía por varios kilómetros.Iban riendo de cua
Zurab se quedó mirando a su amigo sin saber cómo tomar sus últimas palabras, ¿Estaría bromeando?Desde que supo por la agencia de que iba a ser contacto de una figura que era considerada casi una leyenda en el mundo del espionaje, se había sentido muy emocionado. Velkan, alias "La sombra" o "El implacable" tenía una fama especialmente de habilidoso y difícil de eliminar Muchos habían sido los que habían caído al enfrentarse con él. Era un hábil tirador con armas largas y cortas, temible al utilizar el cuchillo o cualquier otra arma blanca. Pero lo más admirable era que parecía tener habilidades especiales para enfrentar casi cualquier situación.Era muy veloz de mente y siempre parecía andar un par de pasos adelante de sus enemigos, con una intuición prodigiosa y una capacidad de resolver situaciones en pocos minutos. Además, era letal con sus manos, en la lucha cuerpo a cuerpo no tenía rival. Dominaba varias artes marciales, incluyendo el novedoso Krav Maga del ejército y servicio s
Velkan abrió la puerta y se devolvió a sentarse en su cama. Tatiana entró en la habitación sin decir nada, solo se acercó a la cama poco a poco.—Lo siento, amor —Velkan no dijo nada, pero la frase lo sorprendió, ella casi nunca, es decir: nunca, se disculpaba, en particular en lo que ella creía que tenía razón— ¿Puedes perdonarme? Solo quiero tu seguridad, sólo quiero que estés bien.Al principio él no levantó la cabeza ni cambió la posición en que estaba sentado, con los brazos apoyados en sus piernas y las manos juntas, la cabeza inclinada y los ojos cerrados.Luego soltó sus manos y levantó la cabeza para mirarla a los ojos. Lo que vió lo dejó más desconcertado aún: los ojos de ella estaban anegados en lágrimas. Si alguien se lo hubiera contado no lo hubiera creído jamás. ¡Tatiana llorando! Eso no parecía posible.Cualquiera pensaría que ella era una mujer demasiado dura y de carácter hosco, o una persona huraña y de mal talante. Pero no era así, ella era una mujer dulce en su tr
Su boca se abalanzó sobre su pezón izquierdo causando una sensación tan fuerte que la ya débil resistencia de Tatiana al clímax se terminó de derrumbar, el orgasmo la alcanzó con una fuerza increíble, su cuerpo se arqueó contra el miembro viril que le causaba tan devastadora sensación, sus flujos íntimos se desbordaron y un gemido de pantera desgarró su garganta mientras los fuertes espasmos sacudían su cuerpo una y otra vez enlazando orgasmo tras orgasmo.Velkan estaba sorprendido por la apasionada respuesta de su amada, pero siguió atacando sus senos como si quisiera devorarlos mientras su amada era invadida por múltiples orgasmos. ¡Un largo: aaaahhhhh! Salió de la boca de ella y luego cayó desmadejada sobre el colchón, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada, sus hermosos labios entreabiertos le ayudaban a respirar un poco mejor.Velkan dejó que se fuera relajando en descanso, dejó de atacar su hermoso senos y se dirigió a su dulce boca dónde depositó beso tras beso has
Tatiana seguía moviéndose lentamente sobre el miembro de Velkan, a veces aumentaba la presión a veces la reducía, era un juego enloquecedor para ambos. Velkan se aferraba a las caderas femeninas como el náufrago a una tabla de salvación y procuraba levantarse para aumentar el roce que lo estaba enloqueciendo.Pero ella no cejaba en su esfuerzo por atormentarlo, cuando sentía que él se levantaba ella hacía lo mismo y no sólo se levantaba sino que se alejaba más de manera que no había el más mínimo contacto entre ambos; esto sucedió varias veces hasta que él entendió su rol en el juego. A partir de allí ella lo controlaba absolutamente, era su dueña y señora.Tatiana continuaba con sus eróticos movimientos y ahora sus manos se subieron hasta el suéter que tenía puesto para terminar de quitarlo. La visión que se desplegó ante Velkan fue sublime, ella tenía un cuerpo tan armonioso como la mítica Afrodita. Sus hermosos senos destacaban en su pecho, y su vientre plano y ligeramente musculos
Zurab miraba a su contacto, y ahora amigo, con admiración. Esperaba que la siguiente información igualmente le pareciera normal.—Eso no es todo —dijo con cuidado.—¿No? Pues sorpréndeme.— El tercer espía ya tiene varios meses por ésta región.—Bueno, eso sí es una sorpresa —su voz no denotaba tal preocupación— ¿Algo más?—En realidad sí —fue la respuesta— Según la agencia se trata de una mujer.Inexplicablemente Velkan sintió un extraño frío en sus entrañas, no sabía por qué pero no le gustó esa noticia, no sería la primera vez que se enfrentaría a una mujer en medio de su trabajo, y si tenía que deshacerse de ella tampoco sería la primera a la que hubiera tenido que matar. No era nada de eso pero el desasosiego no lo abandonaba, se sentía extrañamente incómodo, como si estuviera usando ropa que no fuera de él y que no le ajustara bien. Zurab miraba la cara de su amigo, pero el severo rostro de Velkan no reflejaba nada en particular y sus fríos ojos, menos. Solo el extraño silenci