El comandante de la base se quedó mudo después que el general saliera de su oficina indicándole que él se iría a su base y que le avisará del progreso que tuvieran.De inmediato se levantó de sus escritorio y se dirigió a la salida donde llamó a un subalterno y le indicó que buscara de inmediato al teniente Meskhi y lo trajera a la oficina. Luego regresó y se sentó en su escritorio para revisar de nuevo los mapas, sabía que los prófugos les llevaban bastante ventaja y que era necesario que hicieran marchas forzadas para alcanzarlos en alguna de las montañas.También antes de salir el general Karaeva le había instruido que consiguiera un francotirador, el mejor que tuvieran para tratar de emboscar a Velkan y a la doctora, pero que tuviera sumo cuidado de no matarlo a él porque lo quería y necesitaba vivo para sacarle una información muy importante. Sus cabezas correrían peligro si fallaban en cumplir esa orden.Al poco rato entró el teniente Meskhi para ponerse a las órdenes de su sup
El pelotón se despertó a las cinco de la mañana y rápidamente recogieron el campamento para ponerse en marcha. El teniente llamó a la base para confirmar lo del helicóptero, y el comandante le ratificó que éste estaría en el aire ese mismo día, y que le enviaría el código de comunicación para que se pudiera comunicar directamente con la aeronave.El pelotón se puso en movimiento incluso antes de que el sol despuntara en el amanecer, y al igual que el día anterior la marcha fue rápida y constante. Los hombres desayunaron antes de salir porque sabían que ya no habría paradas hasta que se detuvieran para comer un frugal almuerzo para retomar la marcha después.Después del incidente con el helicóptero, Velkan andaba con más cuidado y pendiente de cualquier ruido que pudiera escuchar en particular de ese sonido de aleteo que producían las aspas del helicóptero, aunque si éste estaba en una zona de viento y más bajo que ellos no las oirían sino que primero escucharían el potente motor de la
Velkan esperó buenos momentos hasta que Tamar le alcanzara, porque le había sacado algunos metros de ventaja, el pensamiento de que algo le pasara a ella lo había conmocionado un poco. Así que cuando ella llegó a su altura él ya había soltado su equipaje y apenas la tuvo al lado la abrazó con fuerza y levantándole la cara le dio un apasionado beso en los labios.Ella se sorprendió un poco pero luego reaccionó al beso con todo el entusiasmo del que era capaz, el sentimiento que abrigaba en su pecho por éste hombre abarcaba toda su vida, su presente y su futuro. No se arrepentía de haberle ayudado, de haber escapado con él y tampoco sé arrepentía de lo que estaba sintiendo por él, ni mucho menos de que se le hubiera entregado con todo el corazón.Su amor por éste hombre, porque era amor, ya no le cabían dudas, le hacía ser más valiente y arrojada en lo que hacía. Y ahora su vida tenía un objetivo claro, quería estar con Velkan, quería compartir el resto de su vida con él y de ser posibl
Velkan seguía castigando el hermoso cuello de Tamar mientras ésta se retorcía de placer, la hábil boca del hombre succionaba suavemente para luego hacer un recorrido hasta por debajo de las orejas y regresar al costado del cuello, se deslizaba hasta el centro del mismo, y seguía su recorrido hasta el otro lado del cuello repitiendo los pequeños mordisquitos, la lengua recorriendo la piel para luego los labios cerrarse para seguidamente succionar nuevamente.Tamar se encontraba al borde de la desesperación, su cuerpo se curvaba hacia un lado y luego hacia el otro, la mano de Velkan era dueña de su monte divino y amenazaba con seguir su camino hacia su intimidad. Finalmente él abandonó su torturado cuello para ir posando suaves besos por todo el derredor de la base del cuello femenino, ya ella comenzaba a respirar más suave y sus espasmos habían disminuido cuando él abandonó la suave tortura.La mano se aferró a la cadera mientras la boca seguía dando suaves besos por la piel de su pech
Hábilmente Velkan movió sus dedos en la intimidad de Tamar, primero jugó con el exterior, rozaba sus labios mayores con la punta de sus dedos índice y medio, los pellizcaba suavemente, luego los recorría en toda su extensión, luego volvía a pellizcarlos de nuevo, y la expectativa de ella de ser tocada aumentaba por momentos, entonces su dedo medio recorrió el centro de su cavidad, desde el límite inferior hasta el nacimiento de su clítoris.Sus piernas no aguantaron por mucho tiempo por lo que Velkan tuvo que sostenerla, la ayudó a que se recostara de nuevo, allí siguió estimulando sus pezones con una mano y su boca mientras su mano derecha volvía a deslizarse a su íntima cavidad. Ésta vez el ataque comenzó casi como la primera vez, pero con más intensidad porque ahora ella estaba con las piernas abiertas de par en par, y su mano tenía acceso completo a su tesoro íntimo.Los dedos seguían recorriendo sus labios vaginales haciendo que las sensaciones se intensificaran en su cuerpo, el
Después de asearse y arreglarse un poco se sirvieron una frugal cena, y se prepararon para dormir, en la mañana continuaba la dura jornada y necesitarían de toda la energía de que fueran capaces. Al poco rato estaban durmiendo profundamente, aunque Velkan nunca estaba completamente rendido, su cerebro estaba entrenado para despertarse al menor ruido sospechoso que rompiera el silencio de la noche.Esa mañana, el pelotón había marchado a grandes pasos, al mediodía se encontraban en la cima del primer paso, el teniente Meskhi ordenó a una columna de hombres que revisara el terreno circundante en busca de cualquier indicio que les dijera si los fugitivos habían pasado por allí.Los demás soldados se dispusieron a organizar todo para comer y descansar un poco antes de continuar con la persecución. El teniente se comunicó con la base para reportar su progreso y para saber si había habido alguna novedad que los orientara con respecto al rumbo a seguir. Sería muy triste que ellos marcharán e
La mañana llegó con un clima que se enfriaba por momentos, parecía como si el invierno estuviera llegando, pero aún no llegaban a mediados del otoño, sin embargo la temperatura se estaba poniendo cada vez más fría.Velkan se levantó antes de que saliera el sol y dejó que Tamar durmiera un poco más. Se habían acostado temprano, literalmente después de su increíble encuentro amoroso, sin embargo, en medio de las emociones vividas juntos en ese par de días. Y entre una cosa y otra se habían quedado hablando casi hasta las once de la noche. Velkan se vistió con su chaqueta y añadió otra franela debajo de su camisa para compensar un poco la temperatura ambiental. Salió de la tienda y se sentó afuera para esperar el amanecer mientras pensaba un poco.Cualquiera pensaría que él era un hombre sin sentimientos porque había dado cabida al amor de la doctora Tamar Savadze sin ponerle algún impedimento, sin embargo él no se había sentido muy cómodo con la idea de volver a dejar que sus sentimien
Por eso cuando pudieron escapar Tamar decidió abrir su corazón con él, ella sabía que le habían matado a la mujer que amaba con locura, sin embargo lo único que ella quería era hacerlo feliz y no decirle nada no mejoraba la situación de él. Ella pensaba que podría amarlo por siempre así él no la quisiera, sin embargo, ella no le era indiferente a él tampoco.Velkan estaba pensando en estas cosas en la puerta de su tienda, recordando también las cosas que le había contado la doctora. Decidió que se daría una oportunidad de ser feliz, sabía que no la amaba como a Tatiana. Pero al menos podría compartir con ella su compañía, sabía que su amor romántico estaba aún apegado a la imagen de Tatiana, sin embargo, también sabía que sentía un claro afecto por Tamar, eso no podía ocultarselo a nadie, y mucho menos a sí mismo.Se levantó para entrar en la tienda para despertar a Tamar y así poder continuar el viaje. Pero ella ya estaba despierta y al verlo entrar le dedicó una dulce sonrisa y exte