—Esa pregunta es simple y te la voy a responder —dijo con dureza— Necesito una información de ti, con tu nivel lo debes saber y si no tendrás que averigüarlo para mí, ¿Entiendes?—Entiendo, te aseguro que si lo sé te lo diré de inmediato, ¡lo juro! —dijo con el temor reflejado en su cara, grandes gotas de sudor caían de su rostro hasta la cama, también toda su espalda estaba perlada de sudor, y no era para menos, estar en presencia de la más temible de los espías rusos y encima en un estado total de indefensión era terrible. Kostya Morozov estaba real y literalmente aterrado.—Bien, pero estoy un poco incómoda en ésta posición con mi cuchillo en tu garganta, ¿me prometes que no vas a gritar? —le dijo afincando un poco el cuchillo en su cuello— Te recuerdo que soy muy buena lanzando el cuchillo a más de veinte metros, así que considera mejor como si lo tuviera apoyado en tu cuello, para que no vayas a tener malas ideas.—Te prometo que no haré ruido ni llamaré a los guardias —se apresu
Tatiana soltó el flácido y arrugado miembro de Morozov con un gesto de repugnancia, pero ella era del grupo de los que hacen lo que debían hacer sin importar lo que sea para alcanzar sus objetivos.Se levantó del piso y puso el cuchillo de nuevo en la garganta de Morozov quien dió un respingo al sentir de nuevo el frío y filoso cuchillo afincado en la piel de su garganta.—¡No me mates, Dama Negra! —salió el grito incontrolable de su garganta, de inmediato la escena cambió y los acontecimientos se precipitaron un poco. La puerta se abrió de golpe rompiendo en pedazos la cerradura y por ella entraron los dos hombres que estaban en la salita. Primero entró el que tenía un aspecto de gorila, ése fue el primero en caer, Tatiana con una precisión increíble lanzó el negro cuchillo que se clavó hasta la empuñadura en su pecho, el hombre cayó hecho un ovillo en el suelo de la habitación.Acto seguido entró al segundo sujeto el que tenía cara de sádico, este ya venía con un cuchillo en la man
—Te lo juro, no hay ninguna trampa —dijo con rapidez, y luego una idea le pasó por la mente— Y si dudas de mi puedes soltarme y yo mismo le abriré, para que veas que no hay trampa, igual no soy rival para luchar contigo, si mataste a Rostov y a Igor el gigante sin dificultad alguna, yo menos tengo posibilidades.—Está bien —dijo ella, sin embargo, se fijó con cuidado en los dispositivos de apertura para ver si tenían algo fuera de lo normal— Dime la combinación.—Es: 11, 35, 67, 12, 21, comenzando por la derecha —la voz segura de Morozov al pronunciar la combinación le dió confianza a Tatiana.Tatiana se aplicó a abrir la caja, cuando puso el último número, se escuchó un leve chasquido y la caja se abrió dejando ver su interior.—Y bien, Morozov —interrogó al político— ¿Qué tenemos aquí de interesante?—Allí hay una agenda negra, ¿La ves? —Sí, aquí está —dijo Tatiana abriéndola y pasando las hojas con cuidado, allí habían varias listas de nombres, hombre y mujeres, algunos conocidos
Se acercó a Morozov, que no pudo dejar de ponerse un poco rígido al sentirla tan cerca, era una sensación parecida a la que puede sentir alguien mientras nada en el mar y ve que se le acerca un tiburón. Pero Tatiana se limitó a soltar la mano derecha del tipo y luego colocó las llaves al alcance de su mano si hacía un esfuerzo extraordinario para alcanzarlas, eso le daría tiempo para descender con seguridad, en caso de que Morozov quisiera traicionarla, aunque no lo creía, porque ella podría regresar de inmediato y cumplir su amenaza de matarlo o de castrarlo.Ya ella había colocado la agenda negra, el dinero y las horas en su bolsa, pero de allí sacó el arma y se la colocó en la cinta que rodeaba su estrecha cintura. Tomó su bolso y mirando a Morozov se despidió lanzándole un beso con la mano, este hizo una especie de mueca pero al final terminó sonriendo, no en balde era uno de los pocos, que siendo enemigo de la "Dama Negra" terminaba con vida y sin ninguna lesión. Se prometió a sí
Tatiana se levantó de la cama con las primeras luces del alba, arregló su cama y se dispuso a vestirse, después arregló sus cosas para salir, llevaba una cartera y una mochila de regular tamaño donde iban todas sus posiciones incluyendo el dinero y las joyas que le había quitado a Morozov.Revisó todas las cosas y finalmente salió de la vivienda, antes de marchar dejó la llave dónde la había conseguido hacía varios días ya y dejó también una nota con algo de dinero envuelto en una bolsita plástica, enterrando la en el mismo macetero de la llave.Después de asegurarse de que nadie la hubiera visto se volvió hacia la calle y marchó a la estación del metro y tomó uno que hacía enlace casi hasta las afueras de la capital rusa. De allí caminó varias cuadras hasta que llegó a una terminal de buses, Tatiana compró un boleto hacia el sur del país y cuando subió al bus volteó su mirada hacia la ciudad que dejaba atrás, esperaba no tener que regresar.Después de varias horas llegó casi a la fro
—Yo acababa de verlo llorar al relatar tu muerte —continuó— y ahora lo veía derramar lágrimas silenciosas, pero su rostro era terrible, cuando me sintió volteó su arma hacia mi pero me reconoció de inmediato. Cerró los ojos de la chica y lanzó un juramento que me erizó la piel. Cuando salió yo fui detrás de él, y en el callejón detrás del hotel estaban tres tipos más que al verlo salieron corriendo, pero eso no les valió de nada, con absoluta calma levantó su cuarenta y cuatro y los abatió como si le disparara a botellas, como si estuviera practicando tiro al blanco, pero sin fallar un solo tiro, allí quedaron tendidos como prueba de su infalible puntería.—Allí se volvió hacia mí y con esa terrible mirada me dijo que todos lo iban a pagar, que así le tomara veinte años los iba a buscar y los haría pagar bien caro.—"Te lo juro, Bogo, me las van a pagar todas juntas, mi Tatiana y la doctora Tamar, serán vengadas, ¡te lo juro!"—Sus ojos ya no lloraban pero su dolor era más terrible po
Tatiana escuchaba atentamente todo lo que su amigo, Narek Bogosian, le contaba. No iba a ser fácil seguir la pista de Velkan después de tanto tiempo, sin embargo ella seguiría cualquier indicio que pudiera conseguir y lo mejor que podría hacer ahora era buscar allí en la ciudad donde se había perdido el último rastro conocido de Velkan.Aunque ella esperaba que Morozov hiciera su parte de la tarea y averiguara con Gasanov si habían podido seguirle el rastro más allá de la ciudad de Gyumri.Bogosian hablaba de las cosas que Velkan le hacía dicho y mencionó un nombre que Tatiana guardaría para verificar más adelante, ese nombre sonaba familiar de alguna manera y no sabía con seguridad si lo había escuchado antes o no. El nombre era Robert, obviamente no era un nombre eslavo sino centro Europeo, así que lo guardaría para después indagar. Recordó que Velkan le había dicho que el servicio secreto británico lo había estado ayudando antes de conseguir los papeles, así que era bastante probab
«Robert, ese nombre de nuevo, eso confirma la primera información que me dieron» —pensó Tatiana— «Eso quiere decir que la pista es buena, tendré que agradecer al viejo panzón" —una sonrisa divertida cruzó su rostro.—"Excelente trabajo, pichoncito, parece que valió la pena dejarte con aliento, nuestro pacto sigue vigente, tendrás noticias mías si es necesario, mis oídos están abiertos también"Con ese mensaje le daba a entender a Morozov que ella estaba dispuesta a ayudarlo si era necesario, guardó su móvil porque de seguro Morozov no respondería de nuevo. Era hora de salir de este país, así que haría una escala en Italia y después volaría hacia la Gran Bretaña, a Inglaterra más precisamente. Allí estaba el hombre que amaba y que ignoraba que ella estaba viva, una especie de regocijo recorrió su espina dorsal, el amor que sentía por Velkan estaba intacto aún.Tatiana recogió todas sus pertenencias y sin dudarlo ni un segundo se dirigió al aeropuerto de la ciudad de Gyumri. Ella había