Al cabo de un par de días las cosas ya habían retomado su curso natural. Las clases transcurrieron y el tiempo también. A inicios de noviembre, contabilizaba yo, Will había adquirido la rutina de salir por las noches cada martes, jueves y sábado. Llegaba tarde, desordenado, pero sobrio y contento. Yo por mi parte había tenido que cubrirlo un par de veces más… y un par de veces más él había tenido que suplicarme perdón de rodillas.
Valerie cada vez se volvía menos santa de la devoción de Johanna… y debo admitir que a mis ojos tampoco era la Madre Teresa de Calcuta. Tenía ciertas actitudes con las que yo no congeniaba. Yo no estaba seguro de si eran las miradas condescendientes o los comentarios sutilmente malvados sobre la gente, pero cada vez se me hacía más complicado fingir cortesía genuina.
Sin embargo, todo andaba bien. Era soportable
A la mañana siguiente Will estaba tan callado que de inmediato comencé a presentir que algo no andaba bien. El problema era que no tenía idea de qué podía estar mal, si hasta el día anterior todo iba de la manera más normal del mundo.¿Habría tenido que ver con la noche anterior?No podía recordarla muy bien. Es decir, sí, un poco, pero no tan claramente como lo haría en cualquier otro caso. Todo era confuso… aunque yo no recordaba haber hecho nada para molestarlo.—Will… ¿estás bien? —le dije, antes de salir de la habitación.Había tenido que reunir toda mi fuerza de voluntad para preguntarlo. Tal vez no quería conocer la razón de su actitud.—Yo… bien —masculló, dándome una leve sonrisa—. Un poco cansado.No parecía cansado. Más bien dubi
Desperté con el pie izquierdo una mañana de esas. Me levanté tarde, tarde como casi nunca, lo cual era inexplicable, porque a la noche anterior había dormido como un bebé… que yo recordara.Me di una ducha de dos minutos, desperté a Will y ambos llegamos corriendo al comedor tan solo para oír cómo el timbre sonaba para indicar el fin del desayuno. Con los estómagos vacíos ambos fuimos a nuestra primera clase del día.Me moría de maldito sueño. Me sentía como un zombie flotante, como si no hubiera dormido en toda la noche. Era extraño, si incluso había dormido más de lo que debería. Quizás era por el hecho de no haber desayunado. Me faltaban nutrientes y energía. Apenas fui consciente de cómo transcurrió el día, de las clases, los recesos, las tareas, y los trabajos.Por primera vez en muc
Cuando Will volvió a la habitación casi cuatro horas más tarde yo seguía despierto, pero fingía dormir. Estaba cubierto hasta el cuello con las sábanas, de cara a la pared y sin poder pegar un ojo cuando oí la puerta abriéndose, y lentos pasos discretos tratando de pasar desapercibidos.Bien, se preocupaba por no despertarme. Esa era una buena señal… ¿no?Oí el crujido de su cama, el desorden en sus sábanas, y finalmente su profunda respiración. Pero la suya no era fingida como la mía… supongo.¿Hasta cuándo iba a estar enojado conmigo? Por mi parte yo había pasado por una fase de personalidad múltiple desde el momento en el que él había salido de la habitación. Había pasado de la furia histérica al llanto desconsolado, de ahí a la reflexión jadeante, y luego a la silenciosa p
No me considero una persona asustadiza, a pesar de tener mil y un miedos y ser muy frágil y sensible. Pero lo que vino en la mañana en realidad logró hacerme dudar de esto.—¡Ethan, Will, he encontrado una…!En un pequeño momento pasaron muchas cosas. Pero a pesar de que aún seguía medio dormido, no fui capaz de olvidarlas. Sobre todo porque mi corazón se detuvo por un par de minutos en lo que cada una ocurría.Primero: Will y yo despertamos como recorridos por una descarga eléctrica, alertados por esa voz. Luego, mi corazón se detuvo al contemplar la posición en la que me encontraba: mirando hacia mi propia cama, de espaldas a Will, mi espalda pegada a su pecho y su brazo todavía aferrándome con fuerza. En tercer lugar, cada uno reaccionó a su manera, pero al mismo tiempo: Will apartó su brazo de mí de golpe, y yo, al tratar de inco
No hubo más insinuaciones del tema en más de una semana. Gracias a Dios, la relación entre Will y yo había vuelto a la feliz normalidad, pero lo único que no podía cambiar aunque quisiese, era el hecho de que mi rubio amigo llegaba todos los días sin falta de madrugada, ebrio y cansado.Sí, la ebriedad se había vuelto un factor definitivo.Yo para entonces había sido precavido y me había abastecido de una razonable ración de pastillas para tratar de ayudarlo por las mañanas.Oh, cuánta lástima me daba. Verlo tan sonriente pero adormilado, medio durmiéndose en las clases, habiendo perdido el brillo de la mirada por culpa de las ojeras.No entendía por qué de repente había adquirido ese horroroso hábito de embriagarse tan seguido. Tampoco entendía cómo Valerie lo permitía. Ella no era para
Uno de mis más grandes sueños desde que era pequeño era, algún día, poder poseer una máquina del tiempo. De pequeño debo admitir que me interesaba más el futuro que el pasado. Lo que quería era tener el poder de acelerar mi proceso de crecimiento para poder experimentar la adrenalínica sensación de ser mayor.Sin embargo, en ese preciso momento sabía muy bien que, si una máquina del tiempo cayera en mis manos, lo único que haría sería retroceder el tiempo a la noche anterior para besar de nuevo a Will Robinson. No importaba lo bizarro, lo extraño, casi retorcido que hubiera sido ese beso con sabor a alcohol, ebriedad y confusión.Ese maldito beso había sido lo mejor que me había podido pasar en la vida.El piso estaba frío. Podía compararlo con la temperatura de mi piel, pero apostaba a que no tendría se
—Lo recuerdo —dijo.Me volví hacia él. Estaba a mi lado, lo suficientemente cerca como para comprobar que todo lo que acababa de decirme lo decía de corazón, y lo suficientemente lejos como para no volverme loco de nervios.—¿Qué cosa? —pregunté en un tímido murmullo.—Nuestro primer beso.Mi cuerpo se hizo de piedra.—Volví tarde del bar. Había estado con Valerie… ella me había presentado unos amigos a los que francamente ya no recuerdo. Las cosas se subían de tono… así que puse de excusa que ya estaba lo bastante ebrio para volver. Vine aquí bastante mareado… pero no tan ebrio como para no recordar. Hice una escena, lo recuerdo, era como si no tuviera control sobre mí mismo. Perdí la conciencia por un rato. Cuando desperté tú le estabas hablando a Anderson, así
Llegamos a nuestra habitación luego de clases para un merecido descanso. Will lanzó su mochila a un lado y yo, ligado al hábito, coloqué la mía prolijamente sobre la mesa de noche.—¿Cómo te fue? —me preguntó, acercándose para darle un beso a mi cabello.—Bien —sonreí—. Lo normal.—¿Mucho trabajo?—Supongo… —dije, restándole importancia.Me senté sobre mi cama de cara a la ventana, saqué un cuaderno para comprobar mis deberes y empecé a leerlo, tratando de que el cansancio no me distrajera.No fue eso lo que me distrajo. Sentí las fuertes y cálidas manos del rubio sobre mis hombros. Empezó a masajearlos suavemente, provocando en mis agotados músculos un relajo estimulante.—Estás tenso, Ethan —me dijo suavemente.Sin saber p