Durante el confinamiento por la pandemia del covid-19 un joven llamado Erick descubrirá un libro misterioso que lo vinculará a una experiencia extraordinaria llena de misterios y enigmas que cambiarán su vida.
Leer másCapítulo 7 Palabras del vientoEsbirrosConexión, desconexión, un zigzag del equilibrio emocional,Generación, degeneración, evolución, involución.Somos un residuo existencial de influencias previas,Voluntades aprobatorias de lo preestablecido,El combustible que mueve al sistema,Esclavos.EstéticaLa belleza sigue ahí notable o imperceptible,Podemos ser protagonistas de la mejor historia real,Pero preferimos ser espectadores de la ficción.versosEl futuro se compone del presente, no del pasado.Si vivimos el presente aferrados al pasado no tendremos futuro.<
Los días habían pasado y aquella sensación extraordinaria que sacó a Erick de su rutina comenzaba a tornarse monótona, cocinar juntos, ver películas, hacer el amor, bañarse juntos y hacer el amor, desvelarse haciendo el amor, llega un punto en el que por más que intentes sostenerlo te cansas y ansías respirar otro aire, no está mal, es natural, a veces es fundamental dejar que las cosas sean necesarias para reavivar el anhelo, además por parte de Erick estaba aquel intento de libro que recién comenzó a escribir, las palomas que Don Américo le encomendó y la responsabilidad con su tío de mantener cuidada la propiedad. Pero había algo que Erick debía agradecer a Fabiana y ella lo sabía porque en ocasiones sonreía para sí mientras lo miraba en algún quehacer, luego corría y lo abrazaba, Erick había superado su trauma. Es
Los días transcurrieron, sencillos, serenos, soleados. Erick alimentaba a las palomas, Fabiana preparaba el desayuno, días de películas, extensas conversas en la terraza como parte del ritual de iniciación en el culto de “Algo más que amigos" los dos estaban vulnerables al éxtasis que genera ese entusiasmo previo, un poco más de atención al cuidado personal, ensayos ante el espejo y la selección de un repertorio de signos alusivos a la verdad central, aunque ésta vez ya esa verdad se sabía uno suele dedicarle tiempo y estilo a los procesos. El enamoramiento es un arte, para el que lo hace de verdad, el participante va construyendo una trampa, una telaraña digamos donde quedan prisioneros los sentidos de la víctima, sí; hay algo frío en el amor y es esa cautela reptiliana, el impulso instintivo del placer, moral, existencial, sentimental y sexual, Erick no volvió a tocar el tema de su trauma y Fabiana no preguntó, de hecho hacia lo posible porque no lo recordara, calculando cui
Un vaso de agua para ahogar la pesadilla, Eran las 3 de la mañana Erick estaba en la cocina acabando de tomar agua, la causa de su insomnio volvió a atormentarlo esta vez disfrazada de recuerdo, él estaba en la ducha de su habitación y su prima estaba desnuda delante de él, luego una imagen de ella tomándolo por el cuello y susurrándole cosas al oído, parece que lo que había logrado de manera consciente lo destruyó su inconsciente al dormir formulando pesadillas desde su trauma que lo obligaron a despertar y estar ahí a esa hora.El vaso de agua no fue suficiente, intentó lavarse la cara, luego fue a la habitación, Fabiana aún dormía enrollada como un espiral, cuando el reloj marcó las 6 de la mañana, ella despertó y se estiró, luego se sentó en la cama y observó por la ventana, las nubes grises presagiando lluvia. Ella tomó el misterioso libro, ojeó las páginas en blanco hasta encontrar cerca del final 3 líneas escritas. Memoria 7Hay so
— Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve — Decía un tipo raro y afeminado que leía el tarot en televisión.— Basura mediática — dijo Erick exasperado. Era el tercer intento sin éxito de Erick, estaba girando el lápiz entre sus dedos, la hoja seguía en blanco sobre el libro que reposaba en una de sus piernas, no tenía aún la suficiente inspiración para comenzar su obra. Se levantó un poco molesto consigo mismo y abrió la ventana para tomar aire, allí estaba Américo alimentando a las palomas en el estacionamiento.— Imagino que tiene suficiente maíz para estos días — dijo Erick minutos después estando en el estacionamiento.Américo le dirigió una mirada obstinada y le dijo — Buenos días.Erick se sintió atravesado por una flecha de hielo. Un poco avergonzado le dice — ¿Qué tal está hoy?— Mejor — contesta Américo observando el cielo — Va a llover ¿cómo lo tomas? — Erick al no tener claro
El amanecer de un lunes ocupó la mañana de aquel sábado, había algo diferente en el aire, en la luz, en el frío. Escarchas de polvo nadando en la luz dibujaban un velo entre Erick y la ventana, él solo era un espectador con una taza de café que escuchaba en la radio una canción atípica, desconocida y anónima; algo de eso que suelen llamar música en estos días tan disparatados. Un sonido repentino sorprendió a Erick y decidió dar un vistazo desde la ventana, se trataba de un anciano esparciendo una llovizna de maíz amarillo en el estacionamiento, alimentando a las palomas que ya acostumbradas, visitaban todas las mañanas el lugar por su ración matutina.— Bájele el volumen a la radio, ahuyenta las palomas — dijo el anciano — ¿Curioso que las ahuyente no? Ellas son el símbolo de la paz — comentó enseguida.Erick no entendió sus palabras pero amablemente atendió a regular el volumen de la radio y cambiar de dial, la señal aterrizó en un rock and roll nacional, una de esas n
PrólogoLa mañana de ese viernes 13 de marzo del año 2020 Erick estaba en la universidad con su equipaje, ese día se mudaría a la rotunda, una urbanización a 66 km de la ciudad capital, luego de unos no tan buenos primeros meses de universidad viviendo en casa de su tío. Faltando 20 minutos para concluir clase, Sharly (un compañero) dio la noticia de los primeros dos casos de covid detectados en el país. La noticia ya era tendencia en las RRSS.— ¿Detengo la clase? — preguntó el profesor Con tono odioso.— ¡No, continúe! — respondió Sharly con el mismo tono odioso, como solía ser. Jamás inclinaba su cabeza ante nadie.Erick solo observaba imperceptible desde uno de los últimos asiento al final del hemiciclo catedrático, incluso su compañero Barraza tuvo que tocarle el hombro para que aterrizara y recibiera la hoja de la lista para apuntar su nombre, lo hizo de forma automática casi sin razonarlo, pasó la hoja de la lista a Fabiana sentada a su derecha, quizá de
Dedicatoria“A la memoria de Delirio mi perro, tenía la facultad de saludar con una afectuosa sonrisa mientras meneaba la cola, sus últimas sonrisas no tenían dientes, ya se había hecho viejo. Luego se perdió entre los arbustos sin retorno”Nota preliminarCreo en la inmortalidad de Kundera, la paranoia de McCarthy, en el espejo de Borjas y en Lucy ferviente amiga por las noches de insomnio y delirio, esas en las que saltan desde lo más ricondito de la conciencia luminosas pretenciones de proezas haciéndonos bailar al son del azar festejando las glorias futuras en el presente, allí donde me eclipsa el resplandor de su mirada.