Capítulo 04: La Mate del cruel Alfa.

Ginne desapareciendo de la faz del mundo, fue sentida por todos los lobos de su manada, escuchándose los aullidos de dolor en todo el territorio de Noche Carmesí.

Las lágrimas caían por las mejillas de esa joven pelirroja, que temblorosa veía a su madre hasta que el impacto de cientos de recuerdos de Alfa Ginne, sacudieron su mente.

—¡¡AAAH!!

Maray agarró su cabeza con dolor y en ese instante, sin nada más que aprisione a su loba…

Quedó expuesta ante ese enorme lobo enemigo, cuando su loba nuevamente emergió.

Ese lobo Alfa de "Luna Plateada", sintió una impactante conexión al ver a esa loba de pelaje rojizo que la ligaba a la manada "Noche Carmesí".

El aroma de esa hembra, a quien había creído humana minutos atrás, era malditamente embriagador para ese lobo, inundando todos los sentidos de ese Alfa, y despertando un voraz instinto ancestral que sacudió su ser.

En ese instante, supo que ella era su destinada.

Su Mate.

Fue en ese momento cuando esa loba pelirroja se abalanzó sobre él.

Furiosa dejó escapar un aullido desgarrador, cegada por el dolor, intentó atacar a ese enorme lobo Alfa, pero…

Antes de causar un mínimo daño, la loba de Maray volvió a su forma humana, quedando inconsciente sobre ese gran lobo de palaje oscuro azulado.

"¿Pero qué carajos pasó…?"

Pensó ese Alfa, confundido.

En un parpadeo el Alfa de "Luna Plateada" tomó su forma humana, su cabellera caía en suaves ondas oscuras enmarcando su rostro, y su semblante mostraba una aura intrépida e imponente.

Sus cautivadores ojos finos de un tono gris claro, transmitían una fortaleza inquebrantable forjada con la experiencia en batallas y desafíos que había afrontado a lo largo de su vida.

Con su mirada fría, Alfa Rezef veía a la mujer pelirroja que cargaba en sus grandes y musculosos brazos.

—¡ALFA! —exclamó su Beta en forma humana a distancia, el cual salió de entre la penumbra del bosque con las prendas de su Alfa en brazos.

Ese Beta que era el medio hermano de Alfa Rezef, se acercó con una capa cubriendo a su líder y a la vez, hermano mayor.

—Así que por fin está muerta la m*****a Ginne… Se lo merece —susurró Beta Aiden, viendo a distancia el cuerpo sin vida de esa mujer de "Noche Carmesí".

Una maliciosa sonrisa curvó las comisuras de los labios de ese cruel Alfa de "Luna Planteada".

—¿No es eso grandioso?, es un estorbo menos en mí camino~ —expresó con total frialdad ese Alfa a su Beta.

—Sí, mi Alfa. Es una clara victoria para "Luna Plateada"~ —mostró Beta Aiden una expresión llena de triunfalismo.

—¿Qué pasó con los demás de la manada de esa asquerosa perra? —preguntó el Alfa, hablando de Ginne.

—Murieron en su mayoría. Pero una buena parte de ellos logró escapar, quizá Ginne se los pidió en sus últimos momentos por su enlace mental. Por cierto Alfa, ¿quién es la mujer que carga en sus brazos? —le preguntó lleno de curiosidad, Beta Aiden, posando su mirada oscura en ese Alfa.

—¿Esta cosa?~ —habló Alfa Rezef, como si de una mala broma se tratara, mientras clavaba su mirada en esa jovencita, cuya seductora aroma le enfurecía recordándole que estaba ligado por el destino a alguien que consideraba indigna— Parece que no tiene un buen control de su loba, hay rastros de hechicería en ella, incluso podría ser una patética híbrida. Lo que es peor, se supone "es mi Mate" y miembro de "Noche Carmesí". Tal vez diosa me la envió como una burla más a nuestra línea de sangre —sonrió Alfa Rezef sintiéndose desgraciado en la vida.

—¿Ah? —Beta Aiden mostró una clara expresión de sorpresa— ¿Realmente tomará a una enemiga como su Mate? ¿Qué hay de Tabitha, Alfa?, ella es su prometida. Tiene que respetarla, Tabitha es la futura Luna, es de nuestra manada, nuestra sangre… ¿Hará a esa extraña, la Luna de-

—¿Mi Luna? Pfff~ absurdo —se burló Alfa Rezef interrumpiendo a su Beta—. El plan seguirá su curso —dijo fríamente—. Una híbrida tan débil y ajena a nosotros, NUNCA será Luna.

—¡Lo apoyo, Alfa! —exclamó animado, Beta Aiden, posando su mano en el hombro de su medio hermano— ¿Qué hará con esta enemiga?

Rezef cubrió con la capa a Maray, dándosela a cargar a Beta Aiden.

Seguidamente ese Alfa se comenzó a vestir, mientras el cielo gris oscuro retumbaba por los relámpagos y se escuchaban a distancia en la espesura del bosque, los lobos de Luna Plateada, acercándose.

—Ella tiene que morir. Yo me ocuparé de eso.

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