—Su cumpleaños… —susurró Maray, más hablando para sí misma. —Alfa… No me diga que… ¿Lo olvidó? —le preguntó ese Beta con una expresión de preocupación. —Habrá una cena especial para ellos. Yo estaré presente —le dijo esa Alfa que soltando su mano del agarre de Beta Aeron, se retiró. Él veía esa hermosa silueta desbordante de femineidad alejarse. Su corazón latiendo aceleradamente. Una mezcla de preocupación por la sed de venganza que la dominaba, admiración por lo fuerte que se había vuelto y… Deseo, invadían el ser de ese hombre lobo. •••••••••• Mientras el cielo se pintaba de hermosos tonos rosas y naranjas, esa tarde de primavera; en ese espacioso jardín, la pequeña niña de unos hermosos y grandes ojos celestes heredados de su madre, cortaba unos pequeños frutos rojos de un arbusto en su insaciable curiosidad. Connie, la pequeña cachorra melliza, acercó el pequeño fruto a su nariz, bastó oler un poco para arrugas su carita. Tenía un fuerte aroma extraña y con solo
"Me pregunto… ¿Cómo llegó Hugo aquí y… Porqué Alfa Reina parece tan tranquila?" Pensó curioso ese Beta. —¿Alfa Maray, podría ser que tú…? Los hermosos ojos celestes de esa Reina Alfa se posaron en su Beta y ella mostrando una pequeña sonrisa, asintió. « No olvidaría el cumpleaños de mis Cachorros. Son míos… » , le dijo por su enlace mental a ese Beta. •••••••••• Hace un mes atrás: •••••••••• En una salida por "expedición" que Maray hizo a solas. Aprovechó para seguir las pistas de la ubicación de Alfa Hugo, mismas que su abuela hechicera y vidente, le compartió. Cruzando esa tarde un gran pantano en bote, ella bajó tocando tierra. Entre las hierbas y los árboles, una cabaña oculta. Una que tenía una barrera que la hacía invisible a simple vista de cualquiera. Pero esa Loba híbrida, no era cualquiera. Usando uno de los hechizos aprendidos por su abuela, Maray cruzó la barrera. ¡Un destello verde fluorescente se extendió por todo el sector! El sonido de su barrer
✧✧✧ Horas atrás: ✧✧✧El campo de entrenamiento en "Luna Plateada" se sostenía por sus altos pilares, que se alzaban imponentes, con las graderías rodeando en forma circular y, en su exterior, los frondosos árboles de la zona meciéndose al compás de la refrescante brisa de la tarde. El sol iluminando ese campo de entrenamiento destechado, en el cual algunos hombres lobos estaban en sus graderíos expectantes. En medio de la plaza, Beta Aiden se quitaba su camisa de mangas cortas, mientras veía frente a él a su oponente.—Luces bastante despreocupado, Alfa~ ¿no me estarás subestimando? —sonrió emocionado, viendo a su medio hermano mayor.Alfa Rezef esbozó una sonrisa altiva e hizo un gesto con su mano.—Adelante, mi Beta~ ¿qué tanto has mejorado? Muéstrame~En cuestión de minutos, la rapidez y agilidad de Beta sorprendió a los espectadores. Sobre todo a su Mate, la joven Liza de 19 años. Con la que Beta contrajo matrimonio, como prueba de sus votos, la alianza en su dedo anular. —¡T
El agua de la ducha caía suavemente sobre su escultural cuerpo, delineando cada músculo, mientras su afilada mirada gris se posaba en la distancia, inmerso en sus pensamientos. Alfa Rezef recordaba las palabras de su prometida, Tabitha, tras concluir su entrenamiento matutino. Con un giro suave, cerró el grifo y abandonó el baño, envolviéndose en una toalla blanca que rodeó su cintura con discreción; fue en ese momento, cuando uno de sus lobos le llamó con súplica, por su enlace mental. « ¡¡¡ALFA!!! » Escuchó la voz de ese hombre lobo, Conrad, el cual andaba en una misión. « ¿Qué pasó? » , le preguntó Rezef de inmediato. « ¡Alfa, intento acercarme los más posible a nuestro territorio para poder contactarme con usted!. Escuche con atención, Alfa. Estoy herido y no sé si pueda llegar vivo a la manada. Pero cumplí mi misión. » Tras la explicación de Conrad, Alfa Rezef se sorprendió en gran manera. Podía sentir en las palabras de ese hombre lobo que realmente estaba grave
Esa misma madrugada. En el territorio de la manada "Cielo Esmeralda". Imponente frente a la entrada de tal ciudad, Alfa Rezef ingresó junto a Tabitha y Beta Aiden. ¡De inmediato captaron la atención de los miembros de la manada y visitantes! Ese Alfa ni siquiera intentó ocultar su presencia. ¿Con qué motivo?, se decía que "Cielo Esmeralda" era una manada libre y neutral, y él quería comprobarlo. En caso de problemas. Estaba seguro que lograría salir con vida. Mientras avanzaban descaradamente por las calles, algo confundió a ese Alfa… ¡NO ERA LA AROMA DE SUS ENEMIGOS! Rezef conocía perfectamente el olor de esos lobos pelirrojos que fueron sus enemigos por años. Esos hombres lobos, no tenían la pelicular aroma de los miembros de la manada "Noche Carmesí". ¿Cómo podían ser ellos? ¿Conrad mintió? Esas preguntas cruzaron por la mente de ese confundido Alfa. —¡Soy Alfa Rezef, Rey de Luna Plateada! Exijo ver a tu Reina, vengo a negociar con ella —dijo a los guardias
La mirada de ese Alfa siguió a la Reina hasta que ella tomó asiento. "Es hermosa, pero… ¡Ella no es Maray!" Pensó ese Alfa suspirando con decepción. « ¿No puedes sentirla tampoco, cierto, Ray? » , le preguntó Rezef a su lobo. « Ella no es nuestra Mate. Esto es una pérdida de tiempo, Rezef » , gruñó ese lobo internamente. « Lo sé. No se parece físicamente, no percibo su aroma, su esencia, nada… Absolutamente… Nada » , comentó a su lobo, Rezef molesto. « Sin embargo. ¿No nos pasó lo mismo la primera vez que la conocimos?, creíamos que era humana. » , preguntó el lobo. « Cierto. Pero creímos que era humana, esa Reina, huele a loba, pero es extraño. No es un aroma conocida… ¿Qué está pasando? » La confusión de Rezef iba en aumento mientras esa Reina Alfa, se presentaba usando un nombre falso. ……. Minutos más tarde. —Luna Plateada, es una manada con la que definitivamente nos gustaría tener una relación amistosa y de tratados, dar y recibir~ —comentó Maray sonriendo
¡Connie comenzó a bajar las escaleras a toda prisa! La presencia de ese imponente hombre lobo no le causaba temor alguno. Alfa Rezef detuvo sus pasos, él en compañía de su Beta y prometida, volvieron a ver en dirección a esa niña que se acercaba casi corriendo. "¿Ese señor… Es familia…?" Pensó Connie confundida. El aroma de ese Alfa le daba un cálido sentimiento familiar y no le asustaba en lo absoluto. Como si su corazón le dijera que él era su hogar. La fría mirada de Rezef, veía a la niña sin ni una pizca de emoción, antes de que Connie se acerque, Tabitha se puso delante. —¡Aléjate niña! ¡No te atrevas a acercarte más a mi Rey Alfa! —le advirtió esa mujer, amenazante. —¡Princesa, no debe acercarse así a los visitantes! —exclamó un guardián que se acercó a Connie y la retuvo del brazo. —Lamentamos la molestia. Pueden continuar su camino —dijo otro de los hombres lobos de Cielo Esmeralda. "¿Princesa?" Pensó ese Alfa de Luna Plateada dándose cuenta que esa niña
Esa calurosa mañana en la entrada del castillo de "Cielo Esmeralda". Maray de pie junto a su Beta y otros de sus hombres lobos, veían llegar al Alfa Dalton, Rey lobo de la manada "Garra Dorada". Ella, utilizando el mismo hechizo logró camuflar su apariencia física, así mismo su Beta. En cuanto a los lobos de su manada, una poción que ingerían 1 vez a la semana, ayudaba a ocultar sus esencias, y cambiar el tono de color de su cabellera. Algo que tenía confundidos a los visitantes que llegaban creyendo que era la manada "Noche Carmesí", que misteriosamente desapareció, luego de la caída de Alfa Ginne. No podía revelarles a posibles enemigos su verdadera identidad. Como Alfa y madre soltera, Maray debía proteger a los suyos. ……. Un hombre lobo bastante alto, de cabellera semi larga rubia, un rubio como el oro, que brillaba flamante resaltando con la luz del sol. Sus ojos afiliados de un dorado miel hermoso, una piel semi bronceada. Vistiendo un traje en tonos claros. Ese