Hola, lamento estar desaparecida. Tenía dos examenes midterm de mi maestría y mas pasó un huracán, tifon como lo llamen haha. Como siempre espero su apoyo dejando su me gusta, comentando si así lo desean, calificando la historia y compartirla con sus seres queridos o en sus redes sociales. Nos leemos en un par de días, chao!
Toco mi corazón, nunca había escuchado ese término de corazón roto. ¿De verdad tengo otra mitad? Niego y me giro para enfrentarme a mi hogar. Ya puede esperar que lloren por mi para entregarme a Anastasia para un castigo. Suspiro y doy el primer paso, la puerta se abre para encontrar a mi padre con cara aliviada para echarse sobre mi y llorar. —¡Lo lograste! — exclama Peter emocionado para también acercarse a abrazarme, les correspondo el abrazo a ambos. —Claro que lo logró, estaba acompañada con el príncipe vampiro. — contesta Zack, el cual no respondo no tengo ánimos para ellos. —Eres tan valiente. — describe mi madre tomándome del rostro para mirarme con cariño. —Gracias. — agradezco. —Apestas a vampiro. — arruga su nariz la mujer a lo que suspiro mordiendo mi lengua para no alentarla a que vaya donde Anastasia para informar mi llegada. Alejo sus manos de mi rostro y paso por sus lados sin decir na
Es un sábado en la mañana, un día libre de clases y misiones. Un excelente día para dormir y no hacer nada. Pero todo se daña cuando escucho como tocan la puerta con fuerza y llena de emoción. Llevo tres meses sin hacer misiones peligrosas, gracia a Dios. Pero al escuchar las llamadas en la puerta me da indicio de que puede llar una misión que no deseo realizar en mi día libre. Dejo que pasen unos minutos para que mis padres o hermanos atiendan a la persona que está dañando mí mañana, pero nadie lo atiende. Parece que estoy sola en mi hogar. Me levanto con mi santa calma para bajar las escaleras. Abro la puerta y me encuentro con un Max sin camisa, lo miro seria y le cierro la puerta en la cara. —Oh vamos Iris, abre la puerta. — manda el próximo alfa del norte, le contesto con solo un bostezo. —Tengo algo que decirte, es muy interesante. —Primero que nada, son las 7 de la mañana de un sábado, segundo me levantas, tercero vienes medio des
Mi audición y mi olfato se concentran olores que no son de nuestra manada. La mano de Jafet unida a la mía demuestra que no me estoy equivocando que estamos en territorio de alguien más. Los ojos del mitad vampiro analizan el lugar donde nos encontramos y me hace una seña de que me ocupe de Max. Asiento, hago que salga una raíz entre el suelo rocoso para que tome el pie de Max para detener sus pasos. —Pero que... — Max empieza a quejarse, pero al mirarnos se calla. —Híbridos. — notifica Jafet frunciendo su ceño. —Tontos. — comenta el chico de ojos azules relajándose. —No son peligrosos a esta hora. —¿Te refieres a que no nos podamos convertir hasta la tarde, hijo del norte? — escucho como cuestiona una voz gruesa detrás de nosotros. Siento como se me pone la piel de gallina al sentir la presencia del hombre detrás de nosotros. Escucho como las rocas explotan tras el mandato de mi energía para que ataque al hí
—¡Vamos! — gritan todos a la vez. —Dentro de poco. — susurro inhalando, tomando toda la energía de vida que tiene el matorral. Escucho como un rugido potente se acerca con fuerza junto al sonido de las alas de ese ser. —¡Ya! Todos me empujan para entrar. Jafet me toma del brazo y me hala mientras le doy una pequeña ojeada a la cosa que nos quiere matar. Solo puede ver sus garras gigantes parecidas a espadas preparándose para agarrarnos. Observamos como la gran bestia pasa por el lugar fallando en su cacería. Todos respiramos con dificultad por la adrenalina. Mis brazos tiemblan de tanta energía que tengo en mí. Toco mi pecho en el cual late lleno de vida. —Estuvo cerca. — comento riendo en el pecho del mitad vampiro. Jafet me suelta casi quejándose del ardor que le provoco. Creo que al tener más energía es peor para él. Noto que estamos en un tipo de pasillo, lleno de telarañas. Pero en las pared
Al final del camino vemos la luz, el cual Alejandro avanza para llegar. Al salir la luz del atardecer ilumina el lugar, mis pulmones se le hace difícil respirar por la altura en que estamos. Lo que más sorprende es que el lugar está cerrado por un tipo de cristal. Es como si hubiese existido un pueblo aquí, hay estructuras antiguas, iglesias, hogares, entre otras cosas. —Rayos, es más grande de lo que cuentan. — comenta uno de los muchachos de Alejandro fascinado por el paisaje. Vamos a un lugar que tiene un gran símbolo de los puntos cardinales. Estos señalan grandes estructuras maltratadas. Miro con curiosidad donde siento una energía. De la nada escucho risas que provienen de una estructura. —Mierda, brujas. — gruñe Alejandro sacando sus garras en posición de defensa. —Hace tiempo que no teníamos invitados. — se escucha como dice una sin aun salir de la estructura griega. —Y lo mejor es que no son normales. — comenta otra seria saliendo de la estructura sin mostrar su rostro po
La alfa es la loba que menos soporto, la que se cree que va por encima de todos y la que a veces aparece en mis pesadillas. Aprieto mis manos formando puños al verla como si nada, pero debo ignorar lo que siento. Miro el reloj, siento como si hubieran pasado horas y ni siquiera han pasado cinco minutos. —Ya lo veremos el sábado —contesto. Ambas nos miramos desafiantes y sonreímos de lado. Si no estuvieran todos aquí, creo que nos lanzaríamos una sobre la otra. Observo cómo mi prima asoma la cabeza por la ventana. Su pelaje uniforme de color blanco brilla bajo la luz del día. Me mira y sus ojos negros le brillan. —Iris, ve y búscanos algo de beber —manda la muy descarada de mi alfa. —Sí, alfa —contesto, mordiéndome la lengua. No soporto que me mande. Mientras le doy la espalda, escucho cómo gruñe. No nos soportamos. Voy a la cocina, sirvo dos vasos de agua, uno normal y al otro le echo sal. "Espero que se dé cuenta y…" sigo hablando en mi mente mientras llevo el vaso hacia mi tía.
Abro mis ojos desorientada, con náuseas y dolor de cabeza. He aceptado varias cosas en mi vida que unos días atrás no hubiese aceptado ni aunque estuviera loca. Pero solo tengo que cumplir lo que me han encomendado y volveré a casa para prepararme e irme a estudiar a la universidad y tener una vida normal. Me levanto sin equilibrio, haciendo que me sienta rara. Miro lo que son mis manos y me encuentro con unas patas de diferentes tonalidades. Niego varias veces, creyendo que aún estoy durmiendo por lo que mi bisabuela me dio de tomar anoche. —¡No puede ser! — camino hacia el agua para ver mi reflejo. —¡Ah! — grito escondiéndome de mi propio reflejo en el agua cristalina, pero de mi hocico solo sale un chillido agudo. ¡Ya no tengo un rostro plano! Observo que mi rostro está inundado de pelo de diferentes tonalidades. Mis orejas se mueven hacia adelante y hacia atrás al asustarme de mi reflejo, pero a la vez se ve curioso. —Mm, ¿Qué pasa? — escucho cómo los presentes inquieren al esc
Las flores de primavera se hacen visibles en el valle; nunca había visto tantas flores en mi corta vida. La manada de mi familia habla amigablemente; todo está en paz. Es la primera vez que estaré tan cerca de la manada. Observo cómo los cachorros corren en su forma lobuna jugando, mientras los adultos hablan entre ellos en su forma humana.—Iris. — alzo mi mirada hacia la procedencia de la voz que ha dicho mi nombre.No me siento confiada estando tan cerca de lo que se supone sea mi manada. Solo está la familia de mi madre y ellos dan miedo. Me pego más a la persona que está a mi lado y aprieto su mano, entrelazada junto a la mía.—Dime, mami.Por alguna razón, mis padres no permitieron que me acercara mucho a mi manada cuando era más pequeña. No recuerdo por qué, pero siento que hice algo para que ahora quieran que me acerque a ella, o más bien, que saque al lobo que tengo dentro.—Obsérvalos con detenimiento; tal vez así aprendas a sacar a tu lobo interior.Otra vez lo mismo, giro m