Christian y Ben intentaron transformarse para acelerar su curación, pero la loba parecía sedienta por sangre y no se los permitió, los destrozó pedazo por pedazo, ocasionándole tanto dolor que ambos se ahogaban con sus gritos y con su propia sangre. Ella no estaba teniendo piedad, al contrario, se d
Las heridas del corazón no fueron fáciles de sanar, pero con el amor incondicional que los Nukak le dieron, Gazania pronto volvió a ser la mujer parlanchina, feliz y atrevida que era antes, incluso mejor. Aluhe es un caso perdido como padre, es todo un desastre y un sobre protector con sus bebés, p
―¿Estás loca? ―Huilén alzó las cejas. ―Hoy trabajarás sí, pero en tu imagen, esta noche tendremos la despedida de solteras. ―Gazania inmediatamente miró a su hombre. ―Así que mucho trabajo… ―Aluhe miró a su hermana con reproche, no quería decirle. ―Será en el club, muñeca, sabes que tu hombre se p
Aluhe se tensó por completo, ¿Cómo se atreve ese mortal a pronunciar el nombre de su muñeca con tanta emoción? Girando lo miró con gesto serio, se había limitado a no partirle la cara por esa mirada de idiot4 que siempre le da a su chica, pero no lo tolerará más. ―Jefe. ―Gazania retuvo a su hombre.
―Esto sí es una despedida de solteros. ―A Kunak se le hizo agua la boca, las mujeres son unas preciosuras. ―Aluhe, quita la mirada de esa mujer. ―El ambiente quedó totalmente tensó. ―¿Es así como se divertirían tranquilos? ―Aluhe pasó saliva y giró lentamente, su mujer está que echa chispas. ―Tú n
―Ser un amargado. ―Las risas de las chicas y los chicos lo fueron todo para Aluhe, realmente es feliz con esa mujer loca que tiene como pareja. La boda fue única, nadie se aburrió y absolutamente todos la disfrutaron. Rieron, lloraron, carcajearon y se emocionaron. La fiesta estaba en todo su apoge
―Oh, lo siento. ―Se disculpó Huilén al chocar con uno de sus compañeros. ―Estoy retrasada y sabes como son mis pequeños. ―El hombre le sonrió. ―No te preocupes, anda antes de que pongan el salón patas arribas. ―Huilén con una sonrisa en sus labios corrió, debe llegar cuanto antes o sus terremotos s
―¿De verdad? ―Por supuesto que sí, cielo. ―Aseguró. ―Lo verás por tus propios ojos. ―Besó su frente. ―Ahora, no te preocupes por cosas que no sabes, tal vez tu loba sea de lo más salvaje y peligrosa. ―Le guiñó. ―Anda, disfruta lo que queda del receso. ―La niña realmente feliz, se marchó para reunir