Aluhe se tensó por completo, ¿Cómo se atreve ese mortal a pronunciar el nombre de su muñeca con tanta emoción? Girando lo miró con gesto serio, se había limitado a no partirle la cara por esa mirada de idiot4 que siempre le da a su chica, pero no lo tolerará más. ―Jefe. ―Gazania retuvo a su hombre.
―Esto sí es una despedida de solteros. ―A Kunak se le hizo agua la boca, las mujeres son unas preciosuras. ―Aluhe, quita la mirada de esa mujer. ―El ambiente quedó totalmente tensó. ―¿Es así como se divertirían tranquilos? ―Aluhe pasó saliva y giró lentamente, su mujer está que echa chispas. ―Tú n
―Ser un amargado. ―Las risas de las chicas y los chicos lo fueron todo para Aluhe, realmente es feliz con esa mujer loca que tiene como pareja. La boda fue única, nadie se aburrió y absolutamente todos la disfrutaron. Rieron, lloraron, carcajearon y se emocionaron. La fiesta estaba en todo su apoge
―Oh, lo siento. ―Se disculpó Huilén al chocar con uno de sus compañeros. ―Estoy retrasada y sabes como son mis pequeños. ―El hombre le sonrió. ―No te preocupes, anda antes de que pongan el salón patas arribas. ―Huilén con una sonrisa en sus labios corrió, debe llegar cuanto antes o sus terremotos s
―¿De verdad? ―Por supuesto que sí, cielo. ―Aseguró. ―Lo verás por tus propios ojos. ―Besó su frente. ―Ahora, no te preocupes por cosas que no sabes, tal vez tu loba sea de lo más salvaje y peligrosa. ―Le guiñó. ―Anda, disfruta lo que queda del receso. ―La niña realmente feliz, se marchó para reunir
―Bienvenidos al Norte. ―Kunak los recibió con su eterna sonrisa. ―Ven aquí, tía. ―Tiró de ella y la abrazó con fuerza. ―Bienvenida a casa. ―Huilén recibió gustosa el abrazo. ―Gracias. ―Susurró apartándose de él. ―Niños, colegas, este es mi sobrino, el alfa del Norte, uno de los mejores que existen.
―No te importa nada de lo que haga con mi vida. ―Se soltó de ese fuerte y posesivo agarre. ―Tú y yo solo somos dos lobos que no encuentran la manera de rechazarse uno al otro. ―Ladeó su sonrisa. ―Pero tranquilo, quizás yo la encuentre antes que tú. ―Amenaza, a eso sonó y Nahil lo supo, ¿Cómo va a co
―Suéltame, Nahil. ―Intentó separarse, su corazón va a explotar donde siga latiendo de esa manera. ―Nahil, ¡He dicho que me sueltes! ―Gritó al sentirse por los aires. ―¿Qué vas a hacer? ―Se alarmó al verse dentro de su cabaña. ―Nahil… ―El beso la calló, es un beso furioso. ―Cállate esa boquita. ―Gru