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CAPITULO 1 –Fuera de control

—Me llamó señor...

Volteo a ver a la Agente Spinster. —¿Tienes el informe?

—Si, lo traigo conmigo. —afirma.

—Cierra la puerta.

—Si mi señor. —cierra la puerta después se acerca y me entrega la carpeta.

Ladeó una sonrisa al ver que al fin van a comenzar a reclutar escoltas, después de días esperando la oportunidad, al fin comenzaría mi trabajo.

—¿Irás?

—Es mi trabajo, por eso fui enviado aquí, ¿lo olvidas?

—No. —suspira decepcionada de mi respuesta —¿Algo más en que lo pueda ayudar?

—Retírate.

Molesta por mi frialdad, me da la espalda caminando hacia la puerta, al abrirla sin que me sintiera llegar, ya me encontraba a sus espaldas, escucho una risita traviesa de su parte complacida, jadeando llena de deseo sus manos se aferran a mi brazo al sentir mi aliento en su nuca.

—Ansiaba que me llamara de nuevo. —musita sin descaro.  

—Para ser una mujer casada, pareces no sentirte culpable al engañar a tu esposo. —la hago verme a la cara. —¿Lo disfrutas verdad? —mi vista observa cada parte de su cuerpo esbelto.

—Él no me hace sentir como solo tú lo haces. —sus manos se cuelan por debajo de mi traje. —Por eso no me arrepiento de ser tuya.

—¿Así? —dije egocéntrico. —¿Y que es eso que yo te hago sentir? —mis manos desabrochan cada botón de su blusa. Un susurro que la hizo estremecerse entre mis brazos.

—Placer, eso y mucho más es lo que usted provoca en mi.

Desde el primer día en que llegué a las instalaciones rusas, la teniente demostró sin descaro alguno, la atracción y el deseo que sentía por mí, en poco tiempo me convertí en su amante, yo necesitaba un pasatiempo mientras terminaba mi trabajo aquí y ella sería una diversión placentera por el momento.

Hace un mes, me enviaron aquí, a las instalaciones especiales rusas Kross donde solo los mejores agentes y son solicitados para trabajos de clase “S”. Desde entonces, me he estado preparando para infiltrarme dentro de la organización Wolff, dirigida por la familia mafiosa Ivanov, siempre he hecho mi trabajo impecable y jamás he fallado en ninguno y está vez, no será la excepción.

Hoy era mi último día como Alexander Calloway, mañana sería Arthur Robert, uno de los escoltas del mafioso más buscado internacionalmente, Aleksei Ivanov.

Mi propósito era capturarlo y llevarlo a prisión, pero como lo he hecho hasta ahora, simplemente acabo con la peste cortándoles la cabeza y para el gobierno será un favor el que yo les haría al desaparecer al hombre que más problemas les ha causado.

La mirada de Carolina me dice lo que desea, sonriendo con maldad la complazco con deseo, de rodillas comienza a desabrochar mi cinturón y el broche de mi pantalón, con una sonrisa traviesa demuestra lo que desea.

Tomo su mentón haciéndola verme a los ojos. —¿Te gusta lo que ves?.

Sonríe con hambre. —Me encanta. —toma el elástico del bóxer, sonríe como siempre cuando ve en ese punto en específico. —Y lo mejor es que es solo mío.

Disfrutando, inclino mi cabeza por un instante, vuelvo a verla mientras con mi mano derecha admiro el atisbo que hay en su mirar, es una completa tonta que cree que con todo esto se ganara algo que no hay dentro de mí, Amor.

Sonriendo se coloca de pie, me toma de la cintura mientras retrocede hasta mi escritorio, acomodándose sobre el, su mirada me dice que quiere una despedida ya que una vez me haya ido ya no volvería por una larga temporada. Ella llegó a mi sin siquiera mover un dedo, era la mujer más Reservada y trabajadora y tenía a todos a sus pies, pero cuando está conmigo soy yo quien la tengo a mis pies.

—Házmelo, —súplica ansiosa —Quiero disfrutarte antes de que te vayas.

No puedo evitar burlarme, porque todos creen que es una mujer excelente incluso dicen que es la mujer perfecta, el ejemplo de como debe ser una mujer de hogar y una excelente esposa que ama a su marido, lo que nadie sabe es que soy yo el dueño de su cuerpo y de su mente.

—Todos dicen que eres el ejemplo a seguir de una buena esposa. —la hago girar y la tomo del cuello con brusquedad. —Lo que no saben es que eres todo lo contrario y que en ves de desear a tu marido y buscarlo para complacerte; me buscas a mi.

—Si.. y no me importa admitirlo..

Cuando estábamos por comenzar la despedida escuche la voz de alguien que me causa irritación.

—¡Calloway!

—¡Maldición!...

Escucho la voz del coronel, la agente Spinster se viste apresuradamente antes de que llegara, cuando se estaba acomodando su cabello el superior entra a mi oficina. ¿Pero que rayos me pasa?, Olvide poner el seguro a la puerta.

—Con su permiso Superior.

El la observa con una mirada autoritaria, la sigue con la vista hasta que se pierde al cerrar la puerta.

—Ya ha recibido su informe. —me pregunta viéndome con la misma mirada autoritaria e intimidante.

—Si, ya el recibí hace unos segundos. —respondí tajante.

—Esperamos y cumplas con tu trabajo.

—Si, si, entregar a Aleksei Ivanov. —dije cansado de oírlo.

—Estos son tus nuevos documentos. Esperamos reportes dentro de tres meses.

—Y lo tendrán. —sentencie seguro de mis palabras. —Ahora, si me permite, tengo que prepararme.

Odiaba a este tipo, me veía como si yo no fuera capaz para este trabajo, pero veremos qué dice cuando le entregue su regalo. Se me han asignado muchos trabajos de infiltración y todos lo he logrado con éxito, pero para el, parecía que yo era un novato.

—Mucha suerte mi señor. —mi vista se queda fija en Carolina. —Esperamos tenerlo de regreso pronto.

—Y así será.  

Continuo mi camino a hacia mi nuevo destino, sería un enorme desafío, pero estaba seguro de lograrlo, y para comenzar debía cambiar mis estilo de cabello y su color, se me había dado un plazo para completar la misión y estoy seguro que me tomara menos del tiempo asignado por mis superiores.

Debía hacer algunas compras así que me dirijo al supermercado, al encontrar todo lo que necesitaba pague y salí hacia el estacionamiento para irme a casa.

—¡Quítate del camino!

Confundido busco a la dueña de esa voz que acaba de darme una orden pero más grande fue mi sorpresa al ver que una chica de al menos veinte años conducía un auto fuera de control. Al ver que el auto se aproxima demasiado rápido me lanzo a un costado para salvar mi pellejo de esta loca fuera de control.                   

Un estruendo fue lo que escuché después, al buscar a esa chica que por poco me atropella encuentro el auto estrellado contra las paredes del supermercado. Molesto me levanto del suelo para reclamarle.

—¡Pero que demonios te pasa! —le reclamo a la chica castaña que solo se queja sosteniendo su cabeza. —¡¿Hey?!..

Cuando ella me mira, guardo la compostura al verme cautivado por un par de ojos esmeralda. Se veía tan linda y frágil que por unos instantes sentí el impulso de cargarla y ayudarla. Esos ojos me recordaron a alguien de mi pasado pero no recuerdo con exactitud a ¿Quién?.

—¡Acaso no te das cuentas que acabo de estrellarme idiota! —me grita furiosa intentando salir del auto, pero las bolsas de aire se lo impiden. —¡Además, ¡quién diablos eres!

Y el encanto se esfumó, todo desaparece al escuchar lo impertinente e irritante que suena su voz, pensé que sería una chica dulce y gentil, pero estaba más que equivocado. Es una mujer que es me mantener lejos, tal vez sean de esas locas toxicas que solo traen problemas.

—Pero que mujer más loca eres.

—¡Y eso a ti que te importa!

Ella sale del auto y se va corriendo sin siquiera importarle su auto, no podía creer que hubiera adolescentes tan irresponsables, sin evitarlo me río al imaginar la cara de sus padres cuando vean su auto en las noticias.

Restándole importancia a esto, me fui hacia mi departamento, al Amanecer ya me encontraba listo, la alarma había sonado a las tres de la madrugada, debía estar presente a las cuatro, mi cambio era notorio y los lentes de contacto color azules ayudan más en mi apariencia.

Me sentía emocionado al sentir la adrenalina invadir mi cuerpo, hace un año que no sentía este sentimiento tan fuerte que se mezcla con la ansiedad a la perfección, conduje un auto deportivo entregado por mis superiores para realizar la prueba para llegar hacia mi destino, lo que no me esperé fue que llegaría a un pueblo fantasma, detengo el auto confundido para asegurarme de que era la dirección correcta.

—No te muevas o te disparo. —levanto mi vista hacía al frente, al ver de reojo, noto que por sus vestimentas formales son hombres de Aleksei Ivanov. —Sal del auto. —me ordena apuntándome con su arma.

Levantando mis manos y siguiendo su orden salí del auto, comienza a revisarme, al encontrar mi cartera noto que observa a su compañero, el otro baja su arma para después subirse a mi auto y llevárselo.

—Date la vuelta. —vuelve apuntarme con su ak, sabía que esto era parte del protocolo para llevarme a la casa de los Ivanov. —Muy bien, ahora vendrás con nosotros.

Mi rostro es cubierto por una capucha sin aberturas, siento que amarran mis manos para después empujarme hacia el frente.

—Sube.

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