ELENA
Ese besó significó mucho para ambos, era notorio el deseo que nos rodeó cuando nos sentimos el uno al otro, mi cuerpo vibró enloquecido de su fragancia masculina, quería perderme en sus brazos, sujetarme de ellos para profundizar ese beso que me dejo deseosa de continuar toda la noche hasta satisfacerme.
El picor de su barba en mi piel aún seguía presente en mis mejillas, su fragancia se apodero de mi cuerpo, era tan exquisito que no pude evitar cerrar mis ojos y disfrutarla antes de que se disipe al amanecer.
Pero cuando pensé que el caería en mis encantos y que pasaría una noche de locura que desde hace mucho no disfruto, el tenia que arruinarlo todo, nunca espere que lo hiciera que se detuviera porque nadie se resiste, pero el lo hizo y eso me sorprendió.
Comencé a creer que era gay porque, ¿Qué hombre se resiste a una mujer como yo?, todos desean tenerme pero como valoran su vida mantienen la distancia haciendo de mi vida algo aburrida.
¿Qué demonios estoy haciendo? No, esto no debe estar pasándome, no es parte de mi plan involucrar sentimientos por un hombre y menos por un escolta estúpido que cree que parezco la hija de Aleksei.
Al principio fue divertido, lo admito, pero fue cuando creí que Aleksei era un hombre diferente a los que es en la realidad, jamás pensé que fuera un mafioso y que arruinaría toda mi vida.
Todo fue un cambio drástico que ni siquiera me di cuenta que estaba casada con el, se aprovechó de mi estado inestable de emociones cuando perdí a toda mi familia volviendo a quedar sola en este mundo y nuevamente lo había perdido todo por culpa de esta belleza que jamás pedí.
Ahora estaba casada y debo respetar el acuerdo que hay entre nosotros, pero, aun yendo en contra de mis planes disfruté un beso, un beso que le robe a mi escolta.
Fue tan excitante, placentero que me hizo vibrar como nunca antes lo sentí. Fue una total locura mientras duro, al salir afuera me puse una bata que ciñera cada parte de mi cuerpo para que supiera que la decisión que tomo no fue la mejor ni para el y tampoco para mi ya que me moría de las ganas de volver a sentir su cuerpo frotando el mío.
—¡Maldito Sergey!.. —musito cabreada por haberme puesto otro guardaespaldas.
Ya me había encargado personalmente de los otros escoltas que había puesto a mi cuidado, no fue difícil deshacerme de ellos, ni siquiera pudieron conservar su trabajo por un mes ya que siempre los hacía odiarme hasta el punto de querer matarme o sobrepasarse conmigo.
Pero ahora había un problema, este escolta es distinto, Arthur tiene algo que me atrae, no podría explicar que es ya que ni yo misma se que es, porque no fue el quien me beso si no que yo tomé la decisión de besarlo cuando pude tomar otras opciones.
Obviamente no estaba ebria, solo fingí estarlo para causarle problemas con Aleksei o el idiota de Sergey, pensé que tomaría una reacción frustrante pero no lo hizo. Siempre se mantuvo sereno.
Me di cuenta de inmediato que no podría sacarlo de aquí así de fácil por eso le dije la mentira de que me sentía agradecida por haberme defendido del idiota de Sergey, siguiendo mi papel me lancé para besarlo, mi única intención era provocarlo para que se alejara en cambio me correspondió al profundizar el beso y lo peor es que me ha dejado fascinada.
Sin evitarlo una risita se escapa de mi al recordar esos labios apetitosos que me llevaron a las llamas del infierno, no me molesto por haberme correspondido, me molesta que se haya alejado deteniendo el beso, y por si no fuera poco es que después del beso me sentí confundida, extrañamente aturdida.
—¿Qué carajos me pasa? —musito frustrada. —Olvídate de eso Elena, recuerda tu objetivo.
Me motivo a mi misma para seguir con mis planes, estaba harta de que me crean una inútil que depende de dos hombres machistas al pensar que solo soy una joyería de su colección.
Pero yo les demostraré que puedo ser más peligrosa como ellos, no, le demostraré que puedo ser peor que ellos, pero debo sacar de mi camino a este estúpido escolta que puede darme muchos problemas, el problema ahora es ¿Como lo hago? Ese es un problema que aun no puedo resolver.
Lo trate con amabilidad incluso me le ofrecí para que cayera en mi trampa, pero este imbécil no cayó en ninguno de mis engaños, en cambio el cobarde salió de mi habitación dejándome con las palabras en la boca.
Debía buscar la manera de hacerlo caer, inhalando profundo tomé un bata seductora para disculparme esperando que volvería a mí sin que yo lo busque, pensé que estaría mejor pero al contrario se encuentra sentado en el primer escalón.
—Arthur... —lo llamo, pero ni siquiera se inmuta en verme.
—¿Necesita algo?. —preguntó tajante.
—Solo quiero disculparme por lo que pasó hace unas horas, supongo que la soledad y el alcohol me impulsaron a hacerlo. —mentí.
Ni siquiera se mueve después de que me disculpo, solo me observa en silencio y eso me hace pensar que fue desagradable para el lo que paso entre nosotros, comienzo a molestarme por creerse la gran cosa al verme de esa forma.
—Que no se vuelva a repetir Elena, —parece que fui yo quien lo ofendió —Eres casada y no voy a echar a la borda mi trabajo por una chica inestable emocionalmente, que puede arruinar mi vida. puede que a ti te perdonen la vida, pero conmigo...
—Lo se perfectamente Arthur.
—No. —su forma de hablar fue demasiado brusca que me hizo sobresaltarme, fruncí el ceño porque me molesto que me haya interrumpido. —Tal parece que no entiende nada.
¿¡Pero quién diablos se cree para tratarme de esta forma!?, Acaso no se da cuenta que solo es un maldito escolta, cabreada empuñó mis manos desviando mi vista de la suya al mismo tiempo que le doy la espalda.
—No te preocupes, no volverá a suceder, ya que una chica como yo, jamás se fijaría en un muerto de hambre como tú, —suelto una risita corta para que me escuche. —Merezco más que un simple escolta.
—¿Un simple escolta? —escucho que se ríe sarcásticamente y eso me molesto aún más porque no es ningún chiste. —Eso no es lo que pensabas hace un par de horas. —me tomo del brazo para que lo viera los ojos.
—¡Aush, oye suéltame que me lastimas!
—Escúchame bien —me hace guardar silencio —No estoy para tus malditos juegos así que has que todo mi compañía y mi trabajo sea agradable porque si no...
Me suelto de su agarre después de cruzar miradas de ira con él. Pero se que tanto como yo, sintió el roce como su toque en mi piel nos quema ambos, fue satisfactorio y no lo negare.
Arthur se da cuenta de inmediato de la cercanía de nuestros rostros, se aleja de golpe dándome la espalda.
—Buenas noches Elena.
Reincorporándome le doy la espalda también, suelto una risita sarcástica. —Buenas noches Arthur. —solté tajante para después caminar hacia mi habitación y cerrar con seguro.
Riéndome por mi victoria me dejo caer sobre mi cama, Arthur es un pez muy delicioso que adoraré conquistar hasta tenerlo a mis pies, me tomara un poco de tiempo, pero estoy segura que en menos de un mes lo tendré comiendo de mi mano.
Solo debo asegurarme de que no me descubra porque si lo hace estaré perdida y puede arruinar mis planes que me tomó dos años construir a base de mentiras y sumisión hacia las órdenes de mi marido y el machismo y ego del estúpido de Sergey, ellos creen que me interesa como hombres pero no saben que solo están alimentando mi odio y mis ganas de destruirlos.
—Buenos días Arthur. —sonrió siguiendo mi papel de la chica dulce.
—Buenos días Elena. —mi sonrisa se borra por la forma tan fría y cortante en la que me responde.
—¿Por qué me tratas así de tajante? —me acerco un poco a él. —Estoy siendo amable contigo, pero parece que, a ti, te da igual.
—Mantenga la distancia. —dijo alejándome de él. —No quiero que haya malos entendidos entre nosotros.
Bufando molesta por su rechazo, bajé las escaleras para entrar al comedor y desayunar, mientras desayuno lo observo intentando descifrar a este hombre que se cree superior, su comportamiento no era el de un guardaespaldas, tenía un aire a soberbio, es como si fuera un tirano como Aleksei, algo muy extraño en un escolta, ninguno de los que conozco son como Arthur, en verdad es un tipo muy poco común de encontrar en el camino.
—¿Quiere desayunar Arthur?. —le pregunta una de las empleadas más jóvenes mientras sin descaro le coqueteaba en mis narices.
—Ya desayuné. —le informa sin verla.
—Si necesita algo...
—Matilda. —llamo su atención.
—Si señora Elena. —responde de inmediato
—¿No tienes otra cosa que hacer que andar de lagartona con mi escolta?
La chica baja su cabeza avergonzada por mis palabras crueles llenas de coraje.
—Lo siento señorita, permiso Arthur.
La sigo con la vista hasta que desapareció, al entrar a la cocina, volteo a ver a Arthur y este solo me devuelve la mirada extraña y confusa por mi forma de tratar a Matilda. Ignorando esa mirada que solo me causa risa carraspeo mi garganta para aclarar mi voz.
—Arthur. Desayuna conmigo.
—Me rehúso. —dijo de inmediato.
—No te lo estoy pidiendo, es una orden.
—No puede obligarme a …—Oh, claro que puedo obligarte y lo sabes tan bien como yo que si se me da la gana puedo echarte de aquí o mejor aún, puedo matarte. —intento intimidarlo, pero parece que no le afecta. —Ahora trabajas para mí y no para el imbécil del Sergey y mucho menos para Aleksei así que obedece mi orden.—Ahora si trabajo para usted entonces. —su tono irónico me molesta. —No me diga.Espero una reacción de su parte por mi actitud, pero no, simplemente obedeció y tomó asiento a cuatro sillas lejos de mí, hoy no tenía ánimos de discutir con nadie así que lo dejo pasar por esta ocasión, llamé nuevamente a Matilda y está apareció enseguida.Cuando su desayuno es servido, lo observa como si tuviera veneno, no puedo evitar burlarme porque tal parece que desconfía de todo el mundo incluyéndome, toma el tenedor comenzando a desayunar, si, por primera vez decidí dejar que me cuidarán, algo que no estaba en mis planes pero tengo mis razones para permitir qu
Con mis ojos cerrados no dejo de pensar en ese recuerdo hasta que se desvanece cuando comienzo a llegar a la nota que me volvía loca porque nunca pude perfeccionarla, pero cuando era el momento de comenzar con ella, aquel ardiente beso que nos dimos Arthur yo me hizo sentir como mi cuerpo cobra vida al mismo tiempo que continuo la hermosa melodía.Al abrir mis ojos mi expresión es agria ante la confusión de los sentimientos que estoy sintiendo al terminar la nota, fruncí el ceño confundido aturdida ya que era la primera vez que esto me pasa.—¡Lo hiciste fantástico querida! —mi profesor me felicita emocionado. —Me alegra saber que estuviste practicando como te lo pedí.Ni siquiera había practicado, es más lo había olvidado por completo, no pensé que necesitara hacerlo porque no planeaba volver a tocar esa canción, pero esta vez simplemente me dejé llevar por la melodía acompañada del recuerdo de esa noche que me hizo arder en los brazos de mi guardaespaldas.
ALEXANDERHabía salido por una hora para respirar aire puro, saco un cigarrillo y lo consumo hasta sacar otro de mi bolsillo. Cuando estoy frustrado tengo esta costumbre de fumar para relajar mi cuerpo, siento que me ayuda mucho, pero esta vez fue diferente, no me ayuda en lo absoluto y eso me molesta.Ya casi tenia un mes en este lugar y aún seguía igual que desde el principio cuando llegue como un escolta, es desalentador viniendo de mí, pero aún había tiempo, además, nadie dijo que sería fácil.Recorrí cada rincón de la propiedad, memorizando todo de este sitio para llegado el momento indicado en que se llevará a cabo la redada. Todos los hombres al cuidado de la propiedad tenían en su poder armas de alto calibre y entre ellas la Barret calibre 50. Un arma capaz de perforar autos blindados y derribar helicópteros, eso puede ser un gran problema.Es
Es algo que jamás imagine que vería con mis ojos, es confuso y excitante al mismo tiempo, verla en esa posición mientras la observo como un espectador, provoco en mi una ansiedad al punto dejar mi garganta seca por la deliciosa vista que tenia de ella. Memorizo cada gesto suyo, es como si fuera una obra de arte cada expresión suya, el sonido tan placentero que sale de su boca mientras disfruta de su propio placer, me provoca sed de probar su néctar. La excitación me invade en un segundo cuando ella dice mi nombre todo se detuvo a mi alrededor, ella estaba pensando en mí mientras se penetra con dos de sus dedos, cada vez que dice mi nombre mientras su espalda se encorva dándome una mejor vista de sus senos me hizo tener una erección letal ya que sentía que mi falo dolía por no ser liberado. sonriendo con perversidad muerdo mi labio inferior al saber que desea ser mía, que me desea en su cama, que la haga gozar del sexo. Sin comprenderlo mis pies me lle
—¡Elena!... Me lancé sin darme tiempo de quitarme las armas o el chaleco, solo pensé en que debía salvarla. Al principio pensé que era una de sus bromas porque no estaba muy lejos de la orilla, pero cuando me arrojé al agua pude ver que sus pies estaban enredados con algas. Nadando a lo profundo para liberar sus pies, ella dejo de moverse, al verla que se sumerge me apresuro a liberar sus pies antes de que me pusiera en problemas si alguien se llegase a enterar de esto. Cuando logre liberarla, de inmediato el saque del agua. —¡Elena!.. Golpeo con sutileza su rostro para que despierte, pero no lo hace y eso hace que me comience a preocupar, estaría en problemas, muchos problemas si ella muere así que comencé a darle primeros auxilios. —Vamos… Tres comprensiones al pecho y respiración boca a boca. Repetí lo mismo esperando que responda, pero no parece funcionar hasta que me detuve cuando sentí que su lengua toco mis labios. —Mald
Cuando caí en la realidad de lo que estaba sucediendo pude apreciar con dolor como sacaban a mi familia de la casa, los tres estaban calcinados y yo era la única sobreviviente, pero después de recibir los informes de la autopsia descubrí que ellos habían sido asesinados, ellos ya estaban muertos cuando el incendio comenzó.El culpable quiso eliminar cualquier evidencia de su crimen mas no pudo porque mis padres refugiaron a mi hermano en un lugar seguro, pero lastimosamente fue alcanzado por las balas.A los siete años ellos me hicieron parte de su familia mas ahora me arrepiento de que lo hicieran porque solo les traje desgracias años después de que me adoptaran. En ese momento todos me dieron la espalda menos Aleksei.El me brindo el apoyo y la compañía que otros no me dieron, me dio un hombro en donde llorar las muertes de mis padres y de mi hermano mayor. Pero algo que jamás
SERGEYDesde que llegue comencé como un simple gatillero, con el paso de los años me gane la confianza de Ivanov, pero por mas que el me convirtió en su delta nunca me vieron como tal, siempre me decían que siempre seria un gatillero cuando me esforcé y me ensucie las manos para llegar a ser quien soy.Para todos, Aleksei es el rey que nunca será derrocado, pero no saben de lo equivocados que están porque nunca ha existido un rey que no haya sido destronado y eliminado y Aleksei no será la excepción de eso me encargare yo porque solo sin su existencia Elena podrá ser solo mía.Desde que Ivanov la trajo a este lugar, me quede hechizado con su belleza, ella es perfecta la mujer ideal, pensé que Aleksei la tomaría como una concubina para poder criar a una descendencia, lo hubiera preferido así ya que, si hubiera sido de esa forma, después del parto la hub
—Elena, baja eso. —El muy desgraciado se burla de mi por creer que no sé cómo usar un arma, pero no sabe la sorpresa que se va llevar—Te puedes lastimar... —¿Así? —Ladeo una sonrisa porque nunca dejara de ser un imbécil. Tomé la Thompson y le quite el seguro para luego dispararle a los pies. —¿Ahora crees que me voy a lastimar? La expresión en su cara fue única y épica, el susto que le di lo hizo retroceder. Ahora soy yo quien se burla sin contenerme porque se dio cuenta de lo que puedo ser capaz cuando me provocan, se que hacer esto es una locura porque todos comenzaran a creer que tengo algo con Arthur. Si tengo algo con el pero obviamente tengo los argumentos perfectos para defenderlo de esta forma y estoy segura que si Aleksei me escucha lo perdonara. —Eres peor que un perro rabioso. —murmuro apuntándole en el cien de su frente. —Sabes tan bien como yo que el solo lo hizo para salvarme la vida. pero claro. —sujeto con firmeza el arma. —Como es un