El espacio está diseñado con una elegancia de inspiración gótica, donde el blanco y el negro se entrelazan en perfecta armonía. Los arcos altos y las columnas lucen detalles tallados con la delicadeza de filigranas, mientras el techo, coronado por enormes candelabros de cristal, brilla con una luz c
Nos giramos hacia el padre, quien ya está listo para iniciar la ceremonia. La solemnidad del momento nos envuelve, pero siento el calor de Artem junto a mí, como un recordatorio constante de que este hombre, con todo su caos y pasión, es ahora mío. Y lo será siempre. —Hoy nos reunimos para presenc
|Aisling Renn| —¡Kevin! —la voz de Lilith resuena a lo lejos, llamando al pequeño que corre hacia mí—. ¡Detente ahí, bribón! El niño, con las mejillas encendidas y la frente perlada de sudor, ignora su llamado. Sus cortas piernas avanzan con rapidez hasta alcanzarme, abrazándose con entusiasmo a
El celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón, y al sacarlo, sonrío al ver un mensaje de Thea. Al fin puedo responderle, ya que antes no podía conectarme mucho debido a lo remoto del lugar donde estábamos. Me compré un nuevo celular con mejor cobertura, solo para poder estar en contacto con
Ya lista, bajo rápidamente los escalones. Hoy tengo planes de ir a la panadería a ayudar en lo que pueda, o, como plan B, salir a pasear con Kevin. Al llegar a la cocina, me congelo al ver a Robert junto a Lilith. Se están besando, y mi cara se pone roja al instante. No es un beso, están prácticame
—En realidad no... —se rasca la nuca, visiblemente incómodo—. Esta mañana... solo la besé por impulso, no pude contenerme. Ella me correspondió y luego... tú llegaste. No quedamos en nada después porque Kevin despertó. Me porté como un animal, ¿verdad?. Sonrío, divertida por lo tímido que se pone c
|Alaric Kaiser| Cuánto deseé este momento. Cuánto mi corazón lo anhelaba, desgarrándose en silencio. No sé de dónde saqué la fuerza para soportarlo tanto tiempo. Tres meses infernales me consumieron, cada día una tortura en la que quería morir si no podía tenerla de nuevo conmigo. Por primera vez
—No —me niego, con el corazón latiendo como un tambor—. Necesitamos hablar. Solo unos minutos, ¿sí?. —Ya hemos hablado muchas veces —contesta, sin mirarme aún—. Yo… te dije que… —Tenía que hacerlo —la interrumpo desesperado—. No podía seguir con esta agonía, Aisling. Yo… no puedo vivir sin ti. Lo