|Dorothea Weber| Hoy me caso. ¿Quién lo diría? Yo, Dorothea Weber, casándome a estas alturas de mi vida. Nunca lo imaginé, ni en mis más remotos pensamientos. Ahora mismo soy un manojo de nervios. Los estilistas que Artem contrató trabajan en los últimos detalles de mi atuendo, y secretamente des
Mi padre me mira con el ceño fruncido, pero tras unos segundos su expresión se suaviza. Suspira profundamente antes de rodearme con un abrazo. Es su forma de aceptar mi decisión, aunque ambos sabemos que no fue del todo mía. Sin embargo, aquí estoy. —¿Y Tito? —pregunto en un susurro, con un deje de
El espacio está diseñado con una elegancia de inspiración gótica, donde el blanco y el negro se entrelazan en perfecta armonía. Los arcos altos y las columnas lucen detalles tallados con la delicadeza de filigranas, mientras el techo, coronado por enormes candelabros de cristal, brilla con una luz c
Nos giramos hacia el padre, quien ya está listo para iniciar la ceremonia. La solemnidad del momento nos envuelve, pero siento el calor de Artem junto a mí, como un recordatorio constante de que este hombre, con todo su caos y pasión, es ahora mío. Y lo será siempre. —Hoy nos reunimos para presenc
|Aisling Renn| —¡Kevin! —la voz de Lilith resuena a lo lejos, llamando al pequeño que corre hacia mí—. ¡Detente ahí, bribón! El niño, con las mejillas encendidas y la frente perlada de sudor, ignora su llamado. Sus cortas piernas avanzan con rapidez hasta alcanzarme, abrazándose con entusiasmo a
El celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón, y al sacarlo, sonrío al ver un mensaje de Thea. Al fin puedo responderle, ya que antes no podía conectarme mucho debido a lo remoto del lugar donde estábamos. Me compré un nuevo celular con mejor cobertura, solo para poder estar en contacto con
Ya lista, bajo rápidamente los escalones. Hoy tengo planes de ir a la panadería a ayudar en lo que pueda, o, como plan B, salir a pasear con Kevin. Al llegar a la cocina, me congelo al ver a Robert junto a Lilith. Se están besando, y mi cara se pone roja al instante. No es un beso, están prácticame
—En realidad no... —se rasca la nuca, visiblemente incómodo—. Esta mañana... solo la besé por impulso, no pude contenerme. Ella me correspondió y luego... tú llegaste. No quedamos en nada después porque Kevin despertó. Me porté como un animal, ¿verdad?. Sonrío, divertida por lo tímido que se pone c