Dejo que me arrastre fuera de la mansión. Si no sintiera el aire fresco de la mañana golpeándonos al salir, pensaría que todo había sido solo una actuación. Pero no, vamos a salir, juntas, y eso me reconforta más de lo que esperaba. Cuando llegamos a las imponentes rejas de salida de la mansión, lo
—Conociendo lo posesivo que es, seguramente... se volvería loco, pero temo por Marcus, Thea. No quiero que salga perjudicado. —Tengo un plan para eso —le digo con seriedad—. Lo más importante para Alaric es su reputación. Es un magnate bastante conocido, así que no se permitiría ningún escándalo. P
|Alaric Kaiser| "El verdadero poder no se trata de controlar a los demás, sino de ser el único capaz de decidir el destino de todos a mi alrededor." Esas palabras eran las favoritas de mi padre. Recuerdo perfectamente cómo me hizo escribirlas una y otra vez en un cuaderno desgastado, su mirada fi
—Estás perdiendo la cabeza. Ten cuidado —me escupe antes de levantarse y salir, dejando la puerta abierta a mi caos interno. Sí, estoy perdiendo la m*****a cabeza. Estoy a un paso de destrozar mi despacho solo por no poder saber dónde está ni con quién. No debí dejarla salir, pero tampoco podía arr
No me queda más remedio que quedarme esperando. No pude ir a trabajar; cancelé reuniones atrasadas, un almuerzo con accionistas importantes y una entrevista pendiente. Todo, solo por ella. *** La noche ha caído y continúo esperando. No cené con Margaret ni abandoné mi despacho hasta que el silenc
|Aisling Renn| Los ojos de Alaric son dos proyectiles, feroces y ávidos, que me desnudan con un hambre y me devora trozo a trozo, cada rincón de mi resistencia. Doy un par de pasos atrás, tambaleante, cuando el ácido de mi estómago decide desbordarse, manchando su camisa impecable. La risa burlo
—¿Duermes con ella? —murmuro desde atrás, para que solo él me escuche. Mi voz sale rasposa, apenas un susurro, pero él me entiende—. Dime, ¿se queda en tu habitación? ¿Duermen juntos?. —¿Y bien, Alaric? —insiste ella, bajando los escalones con pasos lentos. Su tono ahora tiene una clara nota de mol
La frialdad en mi voz parece golpearlo, lo noto en el brillo que desaparece de sus ojos, en la manera en que sus labios se tensan. No soporta no saber. —Aisling —advierte, pero no retrocedo ni un milímetro—. No me estás diciendo toda la verdad, lo sé. Antes de que pueda reaccionar, Alaric se acerc