|Alaric Kaiser| "El verdadero poder no se trata de controlar a los demás, sino de ser el único capaz de decidir el destino de todos a mi alrededor." Esas palabras eran las favoritas de mi padre. Recuerdo perfectamente cómo me hizo escribirlas una y otra vez en un cuaderno desgastado, su mirada fi
—Estás perdiendo la cabeza. Ten cuidado —me escupe antes de levantarse y salir, dejando la puerta abierta a mi caos interno. Sí, estoy perdiendo la m*****a cabeza. Estoy a un paso de destrozar mi despacho solo por no poder saber dónde está ni con quién. No debí dejarla salir, pero tampoco podía arr
No me queda más remedio que quedarme esperando. No pude ir a trabajar; cancelé reuniones atrasadas, un almuerzo con accionistas importantes y una entrevista pendiente. Todo, solo por ella. *** La noche ha caído y continúo esperando. No cené con Margaret ni abandoné mi despacho hasta que el silenc
|Aisling Renn| Los ojos de Alaric son dos proyectiles, feroces y ávidos, que me desnudan con un hambre y me devora trozo a trozo, cada rincón de mi resistencia. Doy un par de pasos atrás, tambaleante, cuando el ácido de mi estómago decide desbordarse, manchando su camisa impecable. La risa burlo
—¿Duermes con ella? —murmuro desde atrás, para que solo él me escuche. Mi voz sale rasposa, apenas un susurro, pero él me entiende—. Dime, ¿se queda en tu habitación? ¿Duermen juntos?. —¿Y bien, Alaric? —insiste ella, bajando los escalones con pasos lentos. Su tono ahora tiene una clara nota de mol
La frialdad en mi voz parece golpearlo, lo noto en el brillo que desaparece de sus ojos, en la manera en que sus labios se tensan. No soporta no saber. —Aisling —advierte, pero no retrocedo ni un milímetro—. No me estás diciendo toda la verdad, lo sé. Antes de que pueda reaccionar, Alaric se acerc
Pero no, no puedo parar ahora, él me lastimó y yo lo haré sentir el mismo dolor mil veces peor. «Te devolveré el golpe, y haré que cada segundo te arda como fuego en las venas. Te arrastraré hasta el mismo infierno de tu mente, y allí, entenderás el verdadero significado del dolor». *** Pensé q
Dorothea despotrica a mi lado en el auto que nos lleva directo a encontrarnos con Alonso. Yo mantengo los brazos cruzados, observando por la ventanilla, fija en el vacío que se extiende afuera y en el que tengo dentro. No iba a mostrar frente a Thea cuánto me había dolido la actitud de Alaric en la