CAPÍTULO 5

Pasan las horas. Raul se despide de la cachorra con un beso en los labios. Le ayuda a conseguir un taxi. Hace que se suba en él. Le cierra la puerta y luego la despide abanicando su mano. Va a su auto. Abre la puerta del lado del conductor. Es hora. Dominique baja de su coche. Se dirige a la cajuela. La abre y saca un palo de madera. Cruza la calle. Ve que Raul sigue dando la espalda y sin pensarlo dos veces golpea su cabeza con fuerza. Raul cae al suelo. Dominique se deshace del palo y carga a Raul en su hombro derecho.

Lo lleva a su auto. Lo recuesta en el asiento trasero. Cierra la puerta y se sube del lado del conductor. Pone en marcha el coche y emprende el viaje hacia la mansión de su jefe. Una vez allí, lo traslada a una habitación del segundo piso. Lo recuesta en la cama y sale de la habitación. Se dirige a la sala del trono donde está su jefe. En ese lugar se encuentra condenando de muerte a uno de sus soldados. El soldado grita y suplica para que no lo mate. Pero Victor hace caso omiso a las súplicas.

Lo único que quiere es verlo muerto.

Finalmente se lo llevan. En eso Dominique ingresa a la sala del trono. Se arrodilla ante el Rey, quien le pregunta: ¿Y bien? ¿Has cumplido con lo que te pedi?. A lo que Dominique responde: Si, mi señor. He capturado a Raul. Y en estos momentos se encuentra descansando en una de las habitaciones del segundo piso. Victor: Bien. Cuando despierte, dile que quiero en mi despacho. Pero eso sí, vigila que nadie nos moleste. El joven alfa acata la orden: “Muy bien, señor”. 

Victor:“Ya te puedes retirar”.

Dominique se endereza. Hace una última reverencia y sale de la sala del trono. Se reúne con unos colegas en el pasillos. Ellos le preguntan para qué lo quería ver el Rey. A lo que Dominique les responde: “Nada. Solo quería que me encargue de un asunto personal. Pero ya está resuelto. Ahora si me disculpan me quiero ir a descansar. Con permiso”.

El alfa se abre paso entre sus compañeros de trabajo, sin siquiera despedirse de ellos. Llega a su cuarto. Se tira en la cama. Se queda mirando el techo unos momentos, mientras piensa en lo que acaba de suceder entre la cachorra de 15 años de edad y Raul. Una parte de él, quiere llamar a Luisa y contarle lo que vio.

Pero teme que no le crea. ¿Entonces? ¿Qué puede hacer para que Luisa se de cuenta de la clase de alfa que es Raul?

*****

Pasan tres horas y Raúl se despierta. Se sorprende al ver que se encuentra en una habitación que no es la suya. Rápidamente se levanta de la cama. Corre hacia la puerta y la abre. Sale de la habitación. Todo está en silencio. No se ve a nadie por el pasillo. Se pregunta si estará solo. No le da importancia y comienza a caminar por el pasillo. Sigue caminando, hasta que escucha un par de voces que provienen del interior del despacho del Rey. Le da curiosidad y se pone a escuchar la conversación. Según lo que oye, es que ambas personas están buscando la mejor forma de eliminarlo. A decir verdad, Raúl no recuerda haber hecho nada para merecer algo como eso. Mucho menos si tiene que ver con la mafia. O como actualmente muchos la conocen, con el nombre de la manada de plata.

Temeroso se aparta de la puerta, cuando escucha que alguien está por abrir. En vez de esconderse permanece de pie frente a la puerta. Es descubierto por Jeremy. Quién está sorprendido de verlo. Porque jamás se imaginó que alguien como él, se atrevería a llegar tan lejos. Y más cuando se trata del despecho de su jefe. Su jefe se percata de la presencia del Alfa y lo invita a pasar. Luego le dice a Jeremy que ya se puede retirar. Jeremy no quiere irse. Pero sabe que es mejor hacerlo; ya que no quiere que su jefe se moleste más de lo que está. Por eso se retira.

Por su parte, Raul entra al despacho. Mira al Rey. Este le hace señas y le dice que tome asiento. Raul sigue sin poder creer lo que está viendo. El Alfa que hasta hace poco lucía como un civil, lleva atuendos que solo se usan dentro de la realeza. Son atuendos de pieles y muy caros. A simple vista se puede ver que está hecho de seda o de un material de muy buena calidad.

A estas alturas, ya no sabe cómo reaccionar. Como tampoco sabe qué hacer en un momento así. No sabe si saludarlo normalmente o arrodillarse ante él. ¿Y si mejor toma asiento? ¿En su mundo? ¿Eso es considerado como una falta de respeto?. Sigue analizando la situación, aunque ya está más cerca del escritorio y de la silla, que lo separa a él del Rey. Victor deja que tome asiento en la silla. Parece no importarle lo más mínimo si lo saluda con normalidad o hace una reverencia. 

Eso al parecer le da igual; ya que comprende que esto es una sorpresa para él. Por lo que es lógico que no sepa cómo reaccionar.

Y más ante el, que es el Rey… 

*****

Victor le pregunta si está sorprendido. Raul asiente con la cabeza y le responde que sí. Por su parte Victor sonríe y dice que no es el primero, ni el último en sorprenderse. Que hubo mucho antes que él. Pero no es del cargo de lo que quiere hablar con el. Sino de Luisa. Le comenta que le llegó información importante de que estuvo con una Omega de quince años de edad, luego de haberse acostado con su hija. por lo que le pregunta, si está jugando a dos puntas o le va a decir que esa Omega no significa nada para él. A su vez le pide que lo piense bien antes de responder; ya que no vaya a ser cosa de que mañana amanezca muerto en su cama. O bien desmembrado en algún bar de mala muerte.

Donde se juntan los borrachos y los que creen tener poder sobre tierras que no son fértiles. Raul le dice que no hace falta amenazar, porque no va a negar que se estuvo besando con la cachorra. Pero que hay una razón de porqué lo hizo.

Victor se muestra interesado y presta atención a lo que el alfa le está por decir. Raul confiesa que estuvo saliendo con ella, pero que ya se cansó de esa relación y estaba rompiendo con ella para poder estar con Luisa. Según él esa es la verdad. Y lo del beso, solo fue un beso de despedida. Victor le dice que eso suena interesante. Pero a la vez raro. Y más si viene de un alfa, porque por lo general a ellos no les importa estar con un Omega y Beta a la vez. Mientras sexo tenga con todos ellos, es mucho mejor para la especie. Es por eso, que también casi le parece creíble lo que dice Raul. Pero claramente no lo es; ya que no está tratando con un simple alfa.

Está tratando con el Rey de la manda de plata. Lo que significa, que puede hacer con él lo que se le venga en gana.

Raul se mantiene en una postura firme y le dice que puede hacer lo que se le dé la gana. Le deja en claro que no tiene miedo. Es más, está tranquilo, porque sabe que está diciendo la “verdad”. Pero que aun así, Victor no le cree, él no puede hacer nada para que cambie de opinión. 

O mejor dicho para que le crea. Víctor responde con hipocresía, que el no creer en sus palabras sería una estupidez. Por lo que decide darle un voto de confianza. Siempre y cuando le haga un favor. Y ese favor tiene que ver con Luisa. La futura Reina de un mundo que parece estar gobernando por la oscuridad. Y ese favor es que Raul se convierta en el alfa de ella y forme una familia. Bajo esas circunstancias Victor no lo ve tan difícil, considerando que ya se acostó con ella y le dejó su marca en el cuello. Raul no sabe qué decir. Aun así Victor le pregunta que decide si acepta o no la propuesta que le está haciendo, a no ser que quiera morir ahí mismo.

Raul le dice que acepta, mientras que él jure que no hará nada contra él. Victor le deja en claro que no lo hará, a no ser que cumpla con su palabra. De esta forma ambos cierran el trato. Victor le hace señas para indicarle que ya se puede retirar.

Raul se levanta de la silla y sale del despacho. De camino a su habitación, se encuentra con Dominique en el pasillo. Curioso le pregunta por la conversación que tuvo con el Rey. Raul solo le dice que quiere que sea la pareja oficial de Luisa. Dominique se sorprende, pero a su vez frunce el ceño y aprieta con fuerza los puños de las manos. Si hay algo que le molesta es ver que otro alfa se quede con Luisa. Podría golpearlo ahí mismo y reclamar lo que considera que es suyo.

Pero sabiendo que esto puede traer graves consecuencias, tanto para él como para su trabajo dice le dice que si el Rey lo decidió así, será mejor que obedezca. Porque…si hay algo que podría afectar a Luisa es…el haberlo perdido a él. A Raul no parece importarle eso. Después de todo, ya no puede seguir ocultando lo que de verdad siente por ella. Y sin darse cuenta le termina confesando a Dominique que le mintió al Rey. Que en realidad no ama a Luisa.

La omega con la que estuvo en el restaurante es el verdadero amor de su vida. Que es verdad que tuvieron una pelea. Y pensó que todo había terminado entre ellos, pero al final se dio cuenta de que realmente a quien ama es a Katrina.    Dominique se enfurece aún más y replica la frase: “Así que…le mentiste al Rey”. Aprieta los puños de sus manos con más fuerza. Tanto que siente como las uñas se clavan en la carne y comienza a sangrar. A su vez, Dominique le recuerda que un acto de traición como ese. Y más si es hacia el Rey, significa la muerte.

Raul sabe eso, pero le pide a Dominique que no le diga nada de esto al Rey. Porque si lo matan él nunca podrá formar una familia con Katrina. A pesar de su odio hacia él, Dominique acepta guardar el secreto a cambio de que si el llega a dejar embarazada a Luisa, que le diga al Rey que ese cachorro es de él (o sea…de Raul). Es allí donde Raul se da cuenta de que Dominique siente algo por Luisa. Pero no le pregunta nada de eso y cierra el trato con él. 

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