Llegan a casa. Victor sube las escaleras para ir a descansar a su habitación. Luisa va a la cocina. Se sirve un vaso de agua. Sale de la cocina. Sube las escaleras y va a su habitación. Entra en ella y se sienta a orillas de la cama. Bebe el agua. Deja el vaso sobre la mesa de luz. Hay un portaretrato con la foto de ella y de su madre. Lo agarra y mira la foto. Sonríe levemente. Recuerda con cariño aquel día.
Su madre la tenía cargada en brazos. Eran felices. Víctor también lo era. Y a pesar de todo lo sigue siendo. Deja el portarretratos sobre la mesa de luz. Se acuesta boca arriba en la cama. Mira el techo. Su mente divaga unos momentos. La imagen de Raul se refleja en sus pupilas. Aunque no solo su imagen. El aroma de aquel alfa sigue estando presente en sus fosas nasales. Le gusta. La excita. Tanto que siente la necesidad de tocarse. Pero esa necesidad tiene que ver con su celo.
Lleva su mano derecha a su entrepierna. Desea tener un pene dentro de ella. Si su padre entrara a la habitación deberá responder a su necesidad, piensa mientras se toca la vagina por encima de las bragas. No puede permitir que eso pase. Se levanta rápido de la cama. Corre hasta la puerta. El calor de su cuerpo la incita a querer estar con él. Hace un esfuerzo y cierra con llave la puerta. Va al cajón de la mesa de luz y saca una tableta de supresores. Mete una de las pastillas en su boca. Trata de pasarla sin agua. El calor de su cuerpo es insoportable.
Quiere gritar. Necesita urgente sentir el pene de un Alfa. Su padre es la mejor opción. Quiere llamarlo. Pedirle que entre a la fuerza y tome su cuerpo. Su inocencia. Corre de nuevo hacia la puerta. Desecha la llave. Abre la puerta y sale corriendo hasta la habitación de su padre. Entra a la habitación.
Su padre duerme profundamente en su cama. Ella lo mira y lo habla. El no reacciona. Ella se acerca a él y lo despierta. El abre los ojos y confundido la mira. En eso siente el aroma de las hormonas. Es delicioso. Su hija acaba de entrar en celo. ¿Qué va a hacer?. Victor: Oh, por Dios. Estás en celo. Se produce un silencio. A los pocos segundos se quebranta. Victor: Ven, acércate. No tengas miedo. Papá te va a ayudar con eso- dijo ofreciendo su mano. Es una invitación. ¿La aceptara?
*****
Está cerca. Su cuerpo pide ser atendido, pero su mente le ruega que no lo haga. Su corazón no deja de latir con fuerza. Se da cuenta de que su inocencia corre riesgo en las manos de su padre. De hecho, falta poco. Ya no se puede seguir resistiendo. Es por eso que casi toca la mano de su padre. Un estruendo en su cabeza le dice que no. Retrocede asustada. Mira a su padre con horror.
Le dice que no puede hacer eso. Su padre suspira. Lo entiende. A él tampoco le gusta tener que acostarse con ella. Pero sabe que no hay más alfas que puedan satisfacerla. Ni siquiera Raul está en casa. Solo queda una alternativa, hacerlo él o llamar a Raul. Aun así, es un poco arriesgado. Puede que Raul no llegue a tiempo. Es decir: su hija no va a poder seguir controlando su celo. No queda más opción. Tiene que hacerlo él. Se levanta de la cama. Camina hacia su hija. La acorrala contra una de las puertas del armario. La chica se encoge al tenerlo tan cerca de ella.
Lo mira con expectativa. Con miedo. Con dudas. ¿Qué está haciendo? se pregunta. Víctor la mira a los ojos. Mantiene su postura. La toma suavemente del mentón y luego la besa. Intenta resistirse, pero los besos de su padre son muy ricos. Poco a poco se deja llevar. Su padre la carga en los brazos y la lleva a la cama. La acuesta y se sube encima de ella. La mira. Luego la besa.
Esos besos se vuelven más apasionados y lujuriosos. Poco a poco se quitan la ropa. Ella no puede evitar disfrutar del amor y cariño que le da su padre. Una vez más se deja llevar. Esta vez lo abraza y lo besa apasionadamente. Él acaricia sus piernas y luego su vagina. Con sus dedos siente lo caliente y húmedo que está. Ya no puede más. Tiene que hacerlo. Tiene que entrar en ella.
Le guste o no, tiene que tomar…su virginidad…
*****
Llega a la casa. Toca el timbre. El sonido pone en alerta a Víctor. Se levanta. Acomoda sus pantalones y se asoma por la ventana. Es Raul. No esperaba verlo tan pronto. Sale de la habitación. Baja las escaleras. Abre la puerta. Raul lo saluda. Le pregunta si puede pasar a ver a Luisa. Víctor le dice que no. Trata de convencerlo diciendo que salió y que no sabe a qué hora va a regresar. Raul duda de su respuesta. Puede olerla. Es ella. Está en la casa y por alguna razón Víctor no quiere que la vea. Se pregunta por qué. ¿Qué es lo que esconde? ¿Acaso tiene que ver con la inesperada muerte de Rose. No lo cree. Siente que eso ya está formando parte del pasado.
Aun así, no entiende porque Victor está tan nervioso. ¿De qué o quién se está escondiendo? No logra entenderlo. Mientras tanto el aroma de la joven no tarda en llegar hasta sus fosas nasales. Se da cuenta de que está en celo. Ahora entiende todo. Víctor la quiere para él. Eso a Raul le molesta. No se lo puede permitir. Empuja a Víctor y entra a la casa. Sube corriendo las escaleras y con el olfato sigue el dulce aroma de la joven. Está cerca. El olor de sus feromonas es irresistible y a la vez excitante.
Lo empuja a querer estar con ella. Por fin llega a la habitación. Abre la puerta. La joven está suplicando por un poco de atención. Raul no lo piensa dos veces y corre a ayudarla. Le abre las piernas y le dice: Tranquila. Dentro de poco te sentirás mejor. Sacá su pene del pantalón. Lo ponen en posición. Lo mete poco a poco hasta que da una sola estocada rompe el Himen de la joven. Ella grita. El pene de Raul pronto se tiñe de rojo. Para la joven fue doloroso, pero a la vez resulta ser un alivio.
Sigue sus instintos y le pide que se mueva.
Raul asiente con la cabeza y comienza a mover sus caderas con fuerza y brusquedad, mientras la besa con amor, pasión y lujuria en los labios. Por otro lado, ninguno de los dos se da cuenta, pero Victor se encuentra parado bajo el marco de la puerta observando con atención, la flamante escena que montan ellos dos. Se decepciona al ver lo que está pasando. En especial porque comprende lo que aquello significa. Ahora su hija le pertenece a Raul. Se aleja del marco de la puerta, mientras escucha cómo su hija gime y disfruta del pene de Raul. Baja las escaleras. Va a la sala. Mira a su alrededor. Hace un esfuerzo por controlar sus impulsos. Ganas no le faltan de romper todo lo que está en la sala. Ya sea mueble y otros objetos. Pero, ¿Por qué? ¿Acaso le molesta que Raul haya tomado la virginidad de su hija antes que él?. Sale de la sala y va a la cocina.Abre la heladera. Saca una botella de cerveza. La destapa y bebe un sorbo. Se sienta a la mesa. Bebe otro sorbo. Deja la botella sobre la
Pasan las horas. Raul se despide de la cachorra con un beso en los labios. Le ayuda a conseguir un taxi. Hace que se suba en él. Le cierra la puerta y luego la despide abanicando su mano. Va a su auto. Abre la puerta del lado del conductor. Es hora. Dominique baja de su coche. Se dirige a la cajuela. La abre y saca un palo de madera. Cruza la calle. Ve que Raul sigue dando la espalda y sin pensarlo dos veces golpea su cabeza con fuerza. Raul cae al suelo. Dominique se deshace del palo y carga a Raul en su hombro derecho.Lo lleva a su auto. Lo recuesta en el asiento trasero. Cierra la puerta y se sube del lado del conductor. Pone en marcha el coche y emprende el viaje hacia la mansión de su jefe. Una vez allí, lo traslada a una habitación del segundo piso. Lo recuesta en la cama y sale de la habitación. Se dirige a la sala del trono donde está su jefe. En ese lugar se encuentra condenando de muerte a uno de sus soldados. El soldado grita y suplica para que no lo mate. Pero Victor hace
Dominique regresa a su habitación. Se recuesta en la cama y mira el techo. Se pregunta si debería contarle de esto a Luisa. Una parte de él teme que no le crea. Pero la otra parte incita a que lo haga. Mira el celular que está sobre la mesa de luz. Lo agarra. Mira la hora. Es un poco tarde. Puede que Luisa ya esté descansando. Se pregunta si debería llamarla para contarle eso. No lo piensa mas y marca el numero de ella. Luisa le contesta. Se saludan. Dominique aprovecha que el ambiente está más relajado para comentar que salió a dar una vuelta por el centro y lo vio a Raul entrar a un restaurante con una Omega. No le dice su edad. No lo cree conveniente.Sin embargo, Luisa le tiene una noticia. Si sabe sobre la relación que tiene Raul con la Omega. Dominique se sorprende y pregunta: ¿Lo sabías?. A lo que ella le responde: Si. Raul, me dijo que está saliendo con una Omega. Pero que está por terminar su relación con ella. Lo va a hacer para que él y yo podamos estar juntos, asegura. Domi
Sale del bar. Se sube al auto y emprende el viaje hacia la casa de Lois. Su hermana. Llega. Estaciona el auto. Se baja de él. Toca el timbre de la puerta y espera a ser atendido. Se abre la puerta. Ella le sonríe y lo saluda con un fuerte abrazo. El lo corresponde. Lo deja pasar y le pregunta cómo ha estado a lo que Dominique le responde que ha estado bien. Ella se pone contenta al oír eso. Lo invita a pasar a la sala. Le ofrece una taza de café con galletas recién horneadas.El lo acepta. Mientras toman el café con galletas, Lois le pregunta cómo le estaba yendo en el trabajo esta semana. Dominique le dice que le fue bien. Que a pesar de todo los problemas que pudo haber, le fue bien. Ella le sonríe y le responde: “Que bueno”. Dominique le agradece y mira a su alrededor. Le pregunta dónde está Alex a lo que ella le responde que estaba en el trabajo cubriendo a un compañero que estaba enfermo. Por lo que se encuentra sola en la casa con cachorro. Dominique se alegra al saber que ambos
Entra al laberinto. Mientras lo recorre observa la luna. No le importa ser guiado por ella. Entre tanto, Raul sigue siendo humillado por los soldados. No parece querer defenderse. Así parece, hasta que uno de ellos da la orden para que lo dejen en paz. Lo llevan a la enfermería para ser curado. No pasa mucho tiempo hasta que Luisa es informada sobre el estado de salud de Raul. Pide permiso y entra a verlo en la enfermería.Se acerca a él. Lo habla.Raul escucha su voz y abre los ojos. Sonríe y ella también. Él le pregunta cómo está. Ella le responde que bien, y le pregunta cómo está él. El le dice que podría estar mejor. Ella sonríe levemente y le pide que hablen sobre lo que pasó. Ral le dice que no hay nada de qué hablar.Que todo está bien. Ella no está nada segura de eso y le pregunta, si es verdad que sigue en pareja con la joven y que ella solo fue una diversión para él. Raul, cansado de todo esto, le confiesa que es verdad. A quien ama es a Johan. Y que ella solo fue un pasatie
Termina de cenar y regresa a la mansión. Luisa está ahí. Se acerca. La toma del brazo pero ella lo rechaza. La vuelve a sujetar, pero ella reacciona una vez más y le da una cachetada. No tiene interés en hablar con él. El le dice que es necesario que lo escuche. La vida que le espera junto a ese alfa no es buena. Ella se niega a escuchar y sigue su camino. Dominique la sigue, pero es interrumpida por Víctor. Le pide que lo siga a su despacho.Dentro, ambos toman asiento. Víctor le pregunta por tanta insistencia en hablar con ella. Dominique piensa, lo recuerda, pero no puede seguir ocultando más aquello que sabe. Decide hablar. Es más, le cuenta todo lo que acaba de pasar. También le dice las razones por las que quiere que Luisa se aleje de Raul. Víctor aún no lo entiende. Le pregunta: A ver, ¿Me puedes decir, que es lo que sucede?. Dominique lo piensa una vez más y le responde: Raul no quiere Luisa. Él está en pareja con una cachorra. Y solo está con Luisa por diversión. Víctor: ¿Ere
Está inquieta. Lo que más le preocupa es su madre. Llama a su padre para preguntar cómo está, pero él nunca responde. Se pregunta: ¿Estará todo bien?. Mira por la ventana de su habitación, mientras espera ansiosa a que su padre regrese a casa. Pero nada. No hay rastros de él, por ninguna parte. Los minutos pasan y se convierten en horas. Las horas pasan y se convierten en días. ¿Qué estará pasando? Se pregunta. Sale de la habitación. Camina por el pasillo y se detiene. Mira a su izquierda. En la pared hay colgado un cuadro de una mujer muy bella. Es su madre. Se acerca y acaricia su imagen. De sus ojos salen pequeñas lágrimas.Quiere llorar, pero no puede. Hace un esfuerzo y se contiene. Escucha que alguien abre la puerta. Se apresura. Es su padre. Llega a dónde está él, y lo saluda con un Hola y un beso en la mejilla. Le pregunta si todo está bien. El le dice que su madre sigue en terapia, pero que muestra signos de mejora. Eso a Luisa se alegra, ya que tiene la esperanza de que su ma
La voz y las palabras de su padre la devolvieron a la realidad. Entonces lo recuerda. La iba a llevar al hospital. Le reclama por eso. Según él, dice que la habló varias veces, pero qué ella nunca despertó. Luisa se impresiona al oír eso. Es decir: ¿Por qué no despertó? ¿Acaso tuvo que ver en algo la aparición de su madre en aquel sueño?. Lo piensa y reflexiona. Le dice a su padre que irá al hospital. El le pide que no lo haga. Que es mejor que se quede en casa. Ella no le hace caso y corta la llamada. Se viste, toma el bolso de mano, las llaves y sale de la casa. Pide un taxi en la esquina.Se sube al auto y le pide al chofer que la lleve al Hospital Central. El viaje dura 10 minutos. Llegan.El chofer estaciona el auto en la entrada del Hospital. Ella le paga el viaje, se baja del auto y entra al edificio. Camina hacia la recepción. Pide ver a su madre. En eso llega su padre. Ella lo mira y él le sostiene la mirada. No lo piensa dos veces y corre a sus brazos. Ambos se abrazan. Luego