*Sofía*Tyler me había partido el corazón, y era obvio que él está enamorado de esa chica tan misteriosa de la que no sé nada, había tenido muchos novios, pero ninguno me había hecho sentir así, como lo ha hecho Tyler. Quizás no le conozca tanto, pero quiero hacerlo, no me importa si tiene novia o no, pero a su lado me siento bien, puedo ser yo misma. Sé que él también está sintiendo cosas por mi así que no voy a perder esta oportunidad de conquistarlo.Había recibido varios mensajes y llamadas por su parte, en los mensajes decían que se marchaba otra vez a Nueva York, pero no quería hablar con él y no después de lo de anoche. Estoy a punto de hacer una locura y espero no arrepentirme de ello. Mi padre me mando a llamar a su despacho, desde anoche no le había visto y seguro que anda bien encabronado.— ¿Querías verme, Pa? —entré al despacho.— Sí mija pásale —dijo extraño mirando unos papeles.— ¿Qué pasó? —me senté. Él alzó la mirada y me miró con pena.— Ay… hija —su
*Luan* Ha sido uno de los mejores días que he tenido en mucho tiempo, he estado con Mijail dando un pequeño paseo por la ciudad discretamente, a su lado me siento una mujer nueva, me rejuvenece y me hace sentir especial. Solo debo escucharme, hablo y pienso como si fuera una adolescente ¿ridícula verdad? En fin, no hay ni un solo momento que desee acostarme con él. Ahora que le tengo en la palma de mi mano puedo hacer de las mías, tengo la intención de sorprenderle con una noche especial; el vino, las velas, los pétalos de rosa, todo tiene que ser perfecto para que caiga a mis pies.Fabrizio lleva mucho tiempo ausente planeando emboscadas para ese par de hermanos inútiles, no veo el día en que pueda ver muerta a esa zorra y quedarme con su hija. Me habla poco de sus planes, pero lo poco que sé es muy valioso, me gustaría ver como se le quedará la cara de tonta al ver que la ex mujer de su hermano será asesinada.— Querida ¿Estás preparada? —Fabrizio entra a mi cuarto sin tocar co
*James*Tamara se había levantado temprano, poco habitual en ella, su ausencia en la cama fue lo que me hizo levantarme y cómo anoche salió con las chicas supuse que se iba a quedar mucho más tiempo en la cama. Cuando llegué a la sala ella ya estaba desayunando, es preciosa hasta cuando se mancha la boca con la mermelada.— Te has levantado muy pronto ¿No? —digo sorprendiéndola.— No tenía mucho sueño —sonríe de oreja a oreja, me gusta verla así, feliz.— Llegaste tarde anoche, ¿Lo pasasteis bien?— Es que Eva se animó a ultima hora y claro una cosa llevó a la otra…— ¿Ligaste mucho?— Mm… solo un poco —ser ríe—. Aunque parece que Eva arrasó con los demás.— Se ha soltado la melena.— Eso parece —termina de comerse la tostada—. Oye… —dice misteriosa—. He estado pensando… la otra vez en los Hamptons Emma no estaba muy bien y… creo que debería de ayudarla.— Sí…, pero ¿A qué te refieres con ayudarla?— Pues verás, ya no aguanto más está situación,
Había sido una pesadilla, James no estaba pasando por el mejor momento de su vida, la culpabilidad, el resentimiento y la ira le estaba consumiendo. Los niños que apenas tenían siete y ocho años, empezaban a preguntar dónde se habían llevado a su mamá y yo lo único que podía contestar es que estaba en un lugar dónde la estaban cuidando, se me partía el corazón. Max y yo nos quedamos con los niños en la suite del hotel mientras James se estaba encargando de todo, llamar a los familiares de Chiara, dónde se hará el funeral y demás. Aún no le había preguntado a Max lo que había sucedido en el muelle con la mercancía, pero solo mirar los golpes y la herida de su brazo me hacía pensar que no había salido como esperaban. Los niños se habían quedado dormidos en la gran cama de sábanas blancas, todo estaba tranquilo; salí de la habitación y cogí una botella de agua de la pequeña nevera de la sala. Me senté en el sofá, llevaba veinticuatro horas sin dormir, me sentía exhausta y sentía que en a
*Tyler*Llevaba días sin hablar con Emma, ni siquiera quiere verme o hablar conmigo, estoy algo desesperado por no poder tener contacto con ella, pero no puedo dejar de pensar en lo mal que ella también lo debe de estar pasando. Ahora la familia no estaba pasando por un buen momento y cabe decir que mi presencia con Sofía no facilitaba las cosas. Hoy había quedado con Sofía, estaba como loca por querer hablar conmigo, admito que he estado algo distante con ella, pero tengo que aclarar mis sentimientos.— Hola —dice al entrar por la puerta—. Pensaba que no querías volver a verme.— No digas bobadas —dije echándome el pelo hacía atrás—. He estado… un poco liado la verdad.— ¿Qué es lo que te ha tenido tan ocupado? —pregunta cruzándose de brazos.— Es…— Complicado ¿no? —dice algo decepcionada—. Si quieres me marcho.— No, enserio, quédate.— Está bien.— ¿Qué tal te está yendo por aquí? —quise saber qué es lo que hacía.— Bueno… he estado mirando algu
Ahora que no tenía a los dos cerca de mí, seguí disfrutando de la noche, aunque no de la mejor manera, estaba algo agobiada y Loren me había dejado de lado para hablar con ese hombre misterioso, así que me acerqué a ellos para poder hablar con ella. Creo que ya era hora de irme a casa.— Perdonad por interrumpir —dije al acercarme.— Oh, no, soy yo quién me tendría de disculpar —dice el apuesto hombre—. Creo que te he quitado a tu acompañante.— No, para nada —miré a Loren que le seguía mirando embobada—. Loren, ¿podemos hablar un momento?— Claro —me mira sonriente—. Enseguida vuelvo.Nos apartamos y fuimos hasta la barra.— Bueno… Cuéntame —le digo intrigada—. ¿De qué conoces a ese hombre tan guapo? —se sonroja.— Lo siento, no sabía que había venido a la fiesta. Sé que te prometí no dejarte sola.— No, no, sé te ve muy contenta de haber venido —alce una ceja—. ¿Piensas contarme?— Bueno, está bien —suspira—. Es mi ex novio de la adolescencia, en la f
Se estaba acercando la hora de la fiesta, todos los trabajadores iban de un lado a otro, los guardias de Max vigilaban cada rincón de la mansión, por seguridad. Unas cuantas doncellas se encargarían de los niños durante la noche y los demás nos íbamos preparando. Fui con las chicas hasta el vestidor de Vivian que ya nos estaba esperando dentro, los vestidos que habíamos elegido estaban colgados junto con sus respectivos zapatos, todas estaban muy emocionadas, y era normal porque nunca antes habían pasado una navidad en tal mansión como esta.— Veo que ya estáis peinadas —dice Vivian—. Estáis preciosas, pero con los vestidos aún más.— Es belleza natural —dice orgullosa Tamy.— Por supuesto —decimos todas.— Ay… —Vivian suspira.— ¿Pasa algo? —le pregunto.— Nada, solo suspiro de tranquilidad —sonríe.— ¿Por qué?— Porque no tendremos que aguantar a esa irritante de mujer —se quita la blusa que llevaba puesta—. Maxwell me ha dicho que no va a asistir a la
*Tamara*James se había marchado a ver a Emma, me había quedado con los niños en casa y mientras ellos jugaban en su cuarto, yo tenía que aprovechar mi momento, tenía que entrar en ese cuarto que me es prohibido entrar. Entré al despacho de James rebuscando por todas partes esas malditas llaves, por un momento pensé no las tenía aquí, pero me dio por mirar detrás de nuestra foto de boda en el estante, y claro, ahí estaban o creía que esas eran. Salí mirando por los pasillos para asegurarme de que ninguno de los guardias ni chicas me estuviese viendo y me acerqué a esa puerta cerrada. Ante ella, se me pasaban mil cosas por la mente, no sabía que es lo que se me estaba ocultando tras esa puerta y estaba decidida de una vez por todas averiguarlo. Encajé la llave y cuando está se abrió me quedé sorprendida, James no sabe guardar muy bien las llaves. Abrí la puerta y me llevé una sorpresa, no sabía que tras esa puerta había una habitación de bebé, me acerqué a la cuna lentamente, no sé por