PREFACIO
—¡FIORE! NO!Grité aterrado, al ver el cuerpo de mi amor, tendido en el suelo, pálido y sin vida.Me acerqué a ella apresurado lleno de pánico, constaté que aun respirara y gracias al cielo, lo hacía, comencé a llorar de rabia, dolor e impotencia, verla a ella de esa manera, no era nada más que mi puta culpa. Busqué con manos temblorosas el teléfono móvil dentro del bolsillo del pantalón para pedir una ambulancia, al cerrar la llamada, la cargué en brazos y corrí con ella hasta la ducha. Me importó un carajo meterme con la ropa, quería que mi mujer abriera esos ojos que son mi luz a la vida, con una mano abrí el agua fría y me sumergí con ella debajo del chorro, le suplicaba que despertara, se lo imploraba con llanto desgarrador, sentía que me estaba muriendo en ese instante.—¡Por favor, niña hermosa, vamos despierta! ¡No me hagas esto, te necesito! ¡por favor, te lo suplico, te amo, no me dejes!Coloqué su rostro, justo debajo de la cascada, cuando finalmente ella comenzó a toser fuerte hasta vomitar, limpié su boca delicadamente, su rostro igual, llorando de dolor por mi amor, cuando ella abrió los ojos y me vio, bajo la mirada y comenzó a llorar también.—Lo... siento...—No, no mi amor, no tienes la culpa de nada ¿Sí? ¿Escuchaste?, tú no tienes la culpa de absolutamente nada. Tu no debes pedirme perdón, niña hermosa, el único responsable de toda esta m*****a pesadilla soy yo, es por mi causa, soy el culpable, no tu, yo te arrastré a la porquería en la que vivía, la vida no me alcanzará para seguir pidiéndote perdón.***Boston, 2012La fiesta era una locura, no solo nos encontrábamos todos los chicos que nos habíamos graduado, no que va, porque nunca podían faltar los colados de m****a. Mi madre se esmeró en organizar a la perfección el evento, así era ella. Giré a un lado observando a la chica más hermosa, Victoria, tomé una de sus manos llevándola a mis labios, ella siempre prefirió que la llamaran, Tori. Recuerdo claramente esa vez que la conocí, dos años atrás, exactamente el tiempo que teníamos de estar juntos, me atrapó su belleza, su manera tan altanera de ser, de no quedarse callada y mucho menos sentirse intimidada por nadie, aun me costaba creer que me aceptara como novio, no fue una tarea fácil sin embargo me propuse conquistarla a como diera lugar hasta que finalmente lo conseguí. Nos hemos divertido, peleado, tenido diferencias de opiniones, y fue así sido durante el tiempo que habíamos compartido juntos, pero pude notar que la relación se volvió fría, no pasamos de los besos, incluso su cuerpo aun no me pertenecía, decidí respetar su espacio muriéndome en silencio con enormes ganas de saborear cada centímetro de su piel, de igual manera, Victoria me pidió tiempo y lo respeté porque podía ser un hijo de puta algunas veces pero siempre era un caballero, agradezco eso a mi madre.La observé un rato, no la amaba a decir verdad, aunque me inquietó su cambio drástico desde hacía un año, ella no era la misma, la sentía extraña, lejana, preferí ignorar eso porque con ella los días eran relajados y divertidos, tenía cada ocurrencia y ni hablar de su pasión por los autos de carrera, algo me decía que llegaría muy lejos, era muy tenaz.La celebración siguió en casa, había bebido de más sin embargo aun no me encontraba borracho, miré a Tori y me entraron unas ganas enorme de besarla y lo hice. Su reacción me descolocó, me empujó de manera brutal, al punto que perdí el equilibrio, su mirada estaba cargada de ¿rabia? Tal vez era el alcohol que me hacía ver cosas que no eran, la perdí de vista entre la multitud bailando en la pista.—¡Baila conmigo, Theito, anda dime que sí!Gritó en mi cara Sharon con una mezcla de alcohol y perfume caro en su cuerpo, la detallé de pies a cabeza. Ella, era una chica insistente, no perdía el tiempo de abordarme cada vez que Tori no se encontraba a mi lado, y esa noche no sería la excepción. Con un vestido rojo insinuante me haló de la corbata hacia ella y mis ojos quedaron frente a sus enormes pechos, y que me llevara el infierno mismo, porque mi hombría salió a relucir y quería pasar la noche junto a esa lindura. Sonreí perversamente y la seguí hasta la pista para complacerla en su pedido, pedido que solo demoró un minuto porque la muy descarada se puso de espaldas pegando su cuerpo en mi virilidad, ella quería jugar y yo quería aventurarme, ya que ser novio de Tori era sinónimo de castidad, y ya estaba harto de que no me diera más que unos simples besos.Arrastré a Sharon conmigo hacia uno de los cuartos de huéspedes en la planta alta, apenas pude cerrar la puerta cuando ella se abalanzó sobre mí, era una m*****a fiera y comenzamos a besarnos sin control a la vez que nos deshacíamos de nuestras prendas con desespero, cuando por fin estuvimos desnudos la tiré a la cama, no fui muy caballeroso en realidad, y a ella al parecer no le disgustaba mi salvajismo, al tenerla en a mis anchas mi lengua fue directo a su centro, estaba sediento, la lujuriosa mujer tembló, levanté la vista y vi como ella se mordía los labios mientras se masajeaba sus pechos, eso me excitó mucho mas, con rápidos movimientos saboreándola conseguí su primer orgasmo, me levanté apresurado para localizar un condón cuando ella con voz extasiada me informó que se cuidaba con la píldora, esas palabras fueron un canto de pájaros, sonreí perversamente a la preciosa y voluptuosa mujer, le esperaba la noche más rica de su alocada y jodida vida.Eran las nueve de la mañana. Una llamada de Tori me levantó de un sueño profundo, quería verme urgentemente y me citó en uno de los restaurantes de la calle Newbury Street. Faltaba hora y media para verla, me preocupé de que se hubiese enterado de mi nochecita ardiente con Sharon, por fortuna esta entendió que solo fue sexo, las ganas de ambos, así que se fue tranquila y campante antes de que amaneciera. Me digné a buscar a mi querida novia la noche anterior pese a su mal genio para llevarla de regreso a su casa luego del primer round con Sharon pero no la encontré por ningún lado, asumí que se había marchado molesta y ni sabía el porqué, le marqué a su celular en varias oportunidades y tampoco obtuve respuesta alguna, regresé de nuevo con el monumento de mujer que me esperaba desnuda y dispuesta en una de las habitaciones de huéspedes esa noche.—Theo.Troy me saludó con media sonrisa algo tensa en su rostro mientras se sentaba cercano a mí en las sillas de la terraza en donde solíamos tomar el desayuno. Mi hermano parecía un viejo, tan solo era cinco años mayor que yo, y a veces se comportara demasiado serio para mi gusto; sin embargo lo quería mucho, desde que tenía uso de memoria había estado al pendiente de nuestro hermano Tom y de mi, parecía un segundo padre pese a que no era el mayor de los tres.—Hola, viejo verde. ¿Que tal Tokio? —le correspondí el saludo. La mañana se encontraba serena.—Excelente. Trabajando arduamente en la esperada fusión con los inversionistas en esa ciudad, no sabes lo que me ha costado —dijo eso observando su celular que comenzó a sonar con la alerta de un mensaje. Lo leyó y arrugó su frente de manera nerviosa, levantó sus ojos chocolate hacia mí, dudoso. Raro.—¿Ocurre algo? —pregunté curioso.—No —respondió a secas.—¿Sabes? Necesitas buen sexo y una mujer en tu vida hermano, te hablo en serio —él soltó una carcajada bastante extraña y ridícula. Ese era Troy, desde que había tomado las riendas de la compañía en Tokio. Serio y aburrido.—¿Tú crees? —expresó neutro.—Sip —respondí a mi adorado hermano —lo creo, y mejor voy a cambiarme, veré a Tori, se ha comportado un tanto extraña últimamente. Mujeres —suspiré —Troy, se ahogó con el sorbo de jugo que se había tomado. Le di unas palmadas en la espalda.—Estás de asilo, viejo verde —le bromeé. Rió de la manera como lo hacía siempre, una risa cálida. —Espero verte antes que partas a Tokio.—Cuenta con ello.Tori, observaba la calle frente a nosotros a través del vidrio impecable. No quiso pedir nada, salvo un late de vainilla. Por mi lado yo engullía unos camarones al ajillo. La gente definitivamente se estaba comportando extraña ese día. Bebí un trago de vino.—Cuando lo desees, puedes decirme porque me citaste acá, nena —ella clavó sus ojos marrones en los míos.—Come tranquilo, Theo. No hay apuro.—Si eso prefieres.Continúe comiendo, eso era lo que me encantaba de nuestra relación, siempre éramos sinceros sin importar lo demás. Veinte minutos después había terminado la deliciosa comida e iba por mi tercera copa de vino.—Theo… antes que diga lo que debo decirte, quiero que sepas que eres un hombre grandioso y que suceda lo que suceda siempre te voy a querer —se encontraba tensa, algo en sus ojos había cambiado, podía ver una mezcla de alegría y miedo.—Me estás asustando, encanto.—¿Tu realmente me amas? Quiero que seas sincero por primera vez conmigo.Mierda. Me va a terminar ¿Se ha
Llegamos a la universidad al caer la tarde, era una de las más antiguas en Alemania, pero si hablamos de escuelas modelos, esta era la excelencia.—Señor, espero por usted mientras hace el recorrido —dijo Ernest, deteniendo el coche. Me bajé sin esperar a que el me abriera la puerta, lo veía ridículo. Quería dar un rápido vistazo al lugar en el que viviría prácticamente durante tres años. La arquitectura era impresionante. Las aulas, laboratorios, auditorios, aéreas verdes, todo era perfecto. Me agradó de inmediato ese lugar.—¿Nuevo?Alguien habló detrás de mí, mientras observaba la estatua de Wilhelm Von Humboldt, fundador de dicha universidad. Giré y encontré el rostro amable y sonriente de un tipo, mi gemelo y clon, ja. El tipo tenía bastante parecido a mí, ojos azules claro, cabello castaño y piel crema, tal vez mis padres lo habían dado en adopción, me reí como idiota de mis tontas ocurrencias. Se acercó y me tendió la mano.—Soy Nick Fischer, en realidad Nicholas, pero prefiero
Sonreí ante esa información. Troy, no era ningún amargado, aunque últimamente se veía algo retraído, serio, lejano, no compartíamos como generalmente lo hacíamos, en fin, esperaba verlo en navidad y poder platicar con él tal como antes. —Saludas a ese par de idiotas de mi parte. —Con gusto...Theo, tus padres acaban de llegar. —Gracias Amanda, por favor comunícame con mi madre. Conversé con mamá alrededor de media hora, preguntó el mínimo detalle de mi nuevo hogar, universidad, compañeros, parecía detective. Con papá fue más práctica la conversación. Cuatro semanas transcurrieron, sentía que el tiempo pasaba volando en ese país. Mantenía comunicación con la familia, todo marchaba tranquilo, algunas veces Victoria llegaba sin pedir permiso a mi mente, la extrañaba un poco, sin embargo decidí darle espacio desde la ruptura, algo me decía que ella se encontraba feliz y con alguien porque no había recibido correo o mensaje alguno de su parte. Me dividía entre la universidad, las fie
Estuve a punto de hacer un baile tonto pero me contuve, hombre que se respetaba no bailaba como nena delante de su chica. Scarlet, tomó de inmediato uno de los vasos que estaban sobre la mesa cerca a nosotros, sin pensarlo se lo llevó a sus labios y bebió de un solo trago el vodka.—¿Puedes servirme otro?—Calma, quiero hacerte el amor en tus cinco sentidos para que no olvides todo lo que haré contigo esta noche.Ella se estremeció, apretó sus labios nerviosamente y, demonios, esa era mi señal. La tomé por el cuello para besarla, fue un beso que comenzó lento, con sus respectivas pausas para desviarme a sus mejillas calientes, su cuello tenso y sus hombros temblorosos. Noté como su respiración comenzó a ser agitada.—Theo... —sollozó.—Silencio —la acallé besando de nuevo su boca —vas a ser una chica buena esta noche.Besé con desespero cada centímetro del cuerpo cremoso de Scarlet, cada una de esas acciones dejaron marcas en su anatomía, lo que intenté que fuera tierno se fue por
Antes de las diez de la mañana llamé a mi guardaespaldas cancelando el viaje, quise gritar, patear o golpear algo. Caminaba al estacionamiento para abordar el coche que usaba cuando Ernest no se encontraba a mi disposición en vista de que el aun estaba en el hangar, preferí manejar yo mismo y no perder más tiempo esperándolo. El móvil comenzó a sonar.—Arlet. ¿Todo bien? —sentí pánico en ese instante.—Tori, sigue igual Theo, en coma. Te hablo para informarte que mañana la trasladan a Boston, sus padres desean regresar cuanto antes a casa —eso me dejaba en desventaja, al menos en Italia, la tenía cerca. —Escucha Ari, intenté por todos los medios ir a Italia pero tengo exámenes importantes pendientes, irme ahora no es conveniente y si Tori será trasladada a Boston, me será imposible que pueda viajar a América justo ahora —hablé frustrado.—Oye, todo estará bien, se que si...ella es luchadora, es muy fuerte y más le vale que salga de esta porque no se lo perdonaría —sollozó Arlet, de
El sonido chillón de un micrófono al ser encendido nos hizo levantar la cabeza a la mayoría de los presentes, como era costumbre estábamos inmersos en nuestros celulares. —Buenas tardes alumnado —habló el rector —lamento hacerlos venir en su día de descanso pero este asunto no podía esperar. A tempranas horas de esta mañana en el baño de señoritas, el personal de limpieza encontró aparentemente inconsciente a una estudiante de esta casa de estudios. No vimos cuan grave era dicha situación hasta que se le practicaron algunos exámenes a la chica en el hospital donde fue recluida. Los resultados llegaron hace una hora y con lamentables noticias —la tensión reinó de inmediato en el auditorio, Nick me lanzó una mirada de desconcierto —la chica presentó una sobredosis de estupefacientes, una dosis letal la cual le causó...la muerte —el rector hizo una pausa, todos quedamos en silencio —lo grave de esta situación es que ella presentó indicios de golpes en su cuerpo, lo que se suponía era un
—Por favor...no me preguntes nada, no ahora, ¿sí? además, no puedes venir conmigo, hoy es tu noche, créeme nada me habría encantado más que estar contigo —sus ojos brillaron.—Puedes hacerlo, tan solo una hora Scarlet, me acompañas a la gala una hora y luego puedes partir, el jet de la familia está disponible, el piloto te llevará a donde le digas —negó con impotencia.—No puedo, debo partir de inmediato...un taxi viene por mí en cinco minutos, apenas podré tomar mi pasaporte —resoplé molesto.—¡Ok, lárgate! Estoy cansado de tus malditos secretos con respecto a tu familia, no sé porque carajos no confías en mí... —su mirada era de reproche y rabia.—¡Respeta mi silencio! Te estoy diciendo que no puedo ni debo decirte por ahora que ocurre, pero te prometo que lo haré en cuanto regrese —sus ojos se tornaron rojos a causa de las lagrimas que retenía. Asentí abatido, no quería herirla.—Bien, será como lo prefieras, ve con tu familia...al menos avísame cuando estés con ellos.Sus labios ap
Me senté en el mueble en el que me encontraba viendo el partido de fútbol que aún seguía siendo transmitido. Tomé el control y lo apagué dubitativo. ¿Que hacia Scarlet en aquel hotel de lujo? Con impulso me levanté decidido.—Voy de inmediato para allá. Puedes irte a descansar.El guardaespaldas se plantó frente a mí con resolución, su actitud me tomó por sorpresa.—Lo siento señor, pero yo lo acompaño.Tuve un mal presentimiento.—No es necesario, por Dios, es mi novia, puedo ir por ella y aclarar la situación.Ernest, no dudó ni un segundo con su mirada clavada en mí, estaba totalmente seguro que sería imposible ir solo a ese hotel.—Le repito, iré con usted. Lo espero en el auto.Salió con paso decidido y yo me apresuré a cambiarme de ropa.El exclusivo hotel se encontraba en el centro de Berlín, por supuesto lo conocía, la mayoría de las veces nos hospedamos allí en las innumerables visitas a ese país, era como nuestro segundo hogar por lo que había decidido comprar algunas accione