Me senté en el mueble en el que me encontraba viendo el partido de fútbol que aún seguía siendo transmitido. Tomé el control y lo apagué dubitativo. ¿Que hacia Scarlet en aquel hotel de lujo? Con impulso me levanté decidido.—Voy de inmediato para allá. Puedes irte a descansar.El guardaespaldas se plantó frente a mí con resolución, su actitud me tomó por sorpresa.—Lo siento señor, pero yo lo acompaño.Tuve un mal presentimiento.—No es necesario, por Dios, es mi novia, puedo ir por ella y aclarar la situación.Ernest, no dudó ni un segundo con su mirada clavada en mí, estaba totalmente seguro que sería imposible ir solo a ese hotel.—Le repito, iré con usted. Lo espero en el auto.Salió con paso decidido y yo me apresuré a cambiarme de ropa.El exclusivo hotel se encontraba en el centro de Berlín, por supuesto lo conocía, la mayoría de las veces nos hospedamos allí en las innumerables visitas a ese país, era como nuestro segundo hogar por lo que había decidido comprar algunas accione
—Y eso, no es todo hermano. Tu padre ingresó a la competencia a uno de nuestros pilotos alemanes. ¿Coincidencia o casualidad? —preguntó lleno de dudas.—Ninguna. Mi padre cada año hace lo mismo, aunque debo reconocer que siempre escoge algún piloto americano, al parecer este año cambió de estrategia pero dudo mucho que ganemos si Victoria participa en ese campeonato, te juro que ella es insuperable —Nick, asintió con una enorme sonrisa.—Tampoco lo dudo, estuve viendo sus prácticas y esa mujer es de temer, su forma de conducir tiene una mezcla de perfección con temor, yo no podría competir contra ella, me resulta intimidante... —dijo perdiéndose en sus pensamientos.—Iré a Francia —solté como si nada. Nicholas, se sorprendió.—Pensé que no querías viajar por ahora —me levanté sopesando la idea de ir hasta Francia para sorprender a Tori y apoyarla durante la primera carrera y para mi buena suerte, durante el mes de mayo la tendría en Alemania, al parecer el destino nos quería juntar nue
—¡Tori! Vaya, estas...hermosísima —me observó, algo me decía que iba a caerme a golpes, en su mirada hubo duda —¿Qué? Di algo mujer.—Apareciste. Después de tanto tiempo, vuelvo a verte la cara, Theo. Por lo visto fui como una especie de peste para ti, tanto que pensé que huías cuando te marchaste de manera apresurada del país —allí estaba mi chica, la que extrañaba como un loco. La chica altanera que no se callaba ante nadie lo que pensaba. Me crucé de brazos con una sonrisa ladeada, lo hice con la mayor intensión porque cuando fuimos novios no se cansaba de decirme cuanto le gustaba mi manera de sonreír. Sus ojos me taladraron serios. —Vaya saludo, Tori. Lo tengo bien merecido. Y no eras ninguna peste, simplemente la universidad a la que iba a estudiar en Alemania había comenzadoun curso antes de clases y yo iba retrasado. Dime, ¿ acaso tenía despededirme de nuevo de ti? Quedamos como amigos después que me terminaras, aunque yo perdí todo contacto contigo. Fuiste tú la que dejo de
Corrí a la ducha para poder acompañar a Victoria en su primea carrera antes de partir a Tokio, el móvil sonó de nuevo. Nick. —¡Esa mujer es fantástica! —gritó como loco. —¿Qué? —no entendía a que se refería. —Tori, menso. Acaba de ganar...espera... ¡¿No estás en el autódromo?! Enfoqué la vista en la hora. Joder. Golpee un extremo de la pared con resolución. —Sí, soy un menso total, me he perdido la carrera como un idiota. M*****a sea —me quejé resoplando. —¡Eres increíble, Theo! ¿Por qué rayos te perdiste ese espectáculo de mujer corriendo como una fiera por la autopista? —Me quedé dormido. —Insisto, eres un menso. —Sí, lo acepto. —Ni modo, al menos tienes el consuelo de ver la repetición en tv. —Al menos, oye Nick, debo viajar a Tokio, tal vez sea hoy mismo. —¿A Tokio? Tu hermano Troy.... ¿No es el encargado de toda esa fusión en aquel lugar? —Sí. Justo ahora se encuentra en Boston resolviendo un inconveniente, siento pedirte que sean más días de trabajo arduo para ti.
Meses después. Tokio, no era tan aburrida después de todo, su moderna arquitectura y excepcional paisajismo hacen de la ciudad una extensa metrópolis. Estar allí me mantenía alerta y además deseaba dejar en alto mi trabajo con esa gente. Al final resultó que mi estadía de una temporada se había vuelto en idas y venidas de Berlín a Tokio, no me sentía asfixiado de tanta carga de trabajo pero era necesario que ayudara a Troy, después de todo era mi hermano y si él aun requería tiempo sobre lo que lo tuviera retenido en Boston, yo lo apoyaría. Troy siempre fue el más centrado de los tres cuando más jóvenes, además era él quien siempre velaba por nuestro bienestar, así que era hora de retribuirle mi apoyo, no tenía la menor idea sobre que le sucedía, no quería someterlo a ningún tipo de interrogación forzada, si él quería contarme que pasaba en su vida, ya lo haría. Por ese motivo mi estadía se había alargado más de la cuenta.Ya solo me quedaban horas en aquel país hasta que llegara mi
Allí estaba, parada frente a mí.No era la misma, que va, esa mujer era otra. Había cambiado de forma radical, se le veía mas mujer, su cabello lo tenía más largo, tan rubio como siempre y perfectamente peinado. Vestía de manera elegante y sexy, estaba más hermosa que nunca. Mis ojos no daban crédito a la m*****a bruja parada allí, con rostro de asombro, tal vez era una pesadilla. Detrás de ella, dos hombres vestidos de traje, con caras de guaruras prepotentes y cuando se dirigió a ellos me lo confirmó.—Pueden esperar en el coche.El par de hombres asintieron de forma respetuosa, casi de idolatría.—Creo que te he dejado sin habla.Me levanté rabioso, controlando el loco impulso de ahorcarla. En mi mente hicieron eco sus malditas palabras de despedida...*No niego que me gustaste desde un principio y mira que suplicar por un poco de tu cariño me costó, eras el señuelo perfecto a mi caza de hombres con poder y dinero, tenía grandes planes para ambos pero eres muy débil y vulnerable, Th
Tal cual como ocurría antes, en la universidad, me había vuelto de nuevo adicto a su cuerpo, era mi punto débil con ella, y lo sabía, y esa mala mujer se aprovechaba de eso y me manejaba a su antojo como un títere, sabía que debía hacer algo al respecto, pero no me daba la gana, mientras ella me diera lo que deseaba, la complacía absolutamente en todo.Que bruto e idiota fui.Continúe trabajando en los nuevos socios en Tokio y cuando no estaba en ello, me encontraba en la cama teniendo sexo con Scarlet; mi buen amigo Nicholas me insultó de todas las maneras posibles por caer en las garras de aquella rubia otra vez, él no comprendía mi necesidad de ella y yo, mucho menos.Estuvo molesto conmigo un mes entero, Silvia, mi asistente era nuestro enlace, a través de ella realizábamos cualquier informe de la empresa en Alemania.Algunas veces me enteraba de las victorias de mi querida piloto, de sus grandes triunfos.Aquella tarde la recuerdo como si fuera hoy. La última competencia sería en
El móvil vibró en uno de los bolsillos de mi chaqueta limpia, la anterior que fue manchada de chocolate, la dejé a un lado de la cama. La empresa no se encontraba lejos, eran unos quince minutos de distancia en auto. Respondí al ver el número en pantalla.—Nicholas —atendí sin ganas.—¡Theodore Bourke! Finalmente te dignas a responder, hombre. Si tu otro padre, —de esa manera le decía a Ernest, porque según él me cuidaba mucho más que un padre primerizo —, no me informa de tu viaje a América, sinceramente habría llamado a toda la policía alemana para ir en tu búsqueda —resopló molesto. Vaya.—No creo que él, te haya dado ninguna información al respecto —dije neutro.—Ok, ya lo sé, ni que le arranquen las uñas él estaría por allí hablando de tu paradero así como así, pero como me conoce, no le quedó otra opción que decírmelo. Dime... ¿Ocurrió algo? Te fuiste de m