Tal cual como ocurría antes, en la universidad, me había vuelto de nuevo adicto a su cuerpo, era mi punto débil con ella, y lo sabía, y esa mala mujer se aprovechaba de eso y me manejaba a su antojo como un títere, sabía que debía hacer algo al respecto, pero no me daba la gana, mientras ella me diera lo que deseaba, la complacía absolutamente en todo.Que bruto e idiota fui.Continúe trabajando en los nuevos socios en Tokio y cuando no estaba en ello, me encontraba en la cama teniendo sexo con Scarlet; mi buen amigo Nicholas me insultó de todas las maneras posibles por caer en las garras de aquella rubia otra vez, él no comprendía mi necesidad de ella y yo, mucho menos.Estuvo molesto conmigo un mes entero, Silvia, mi asistente era nuestro enlace, a través de ella realizábamos cualquier informe de la empresa en Alemania.Algunas veces me enteraba de las victorias de mi querida piloto, de sus grandes triunfos.Aquella tarde la recuerdo como si fuera hoy. La última competencia sería en
El móvil vibró en uno de los bolsillos de mi chaqueta limpia, la anterior que fue manchada de chocolate, la dejé a un lado de la cama. La empresa no se encontraba lejos, eran unos quince minutos de distancia en auto. Respondí al ver el número en pantalla.—Nicholas —atendí sin ganas.—¡Theodore Bourke! Finalmente te dignas a responder, hombre. Si tu otro padre, —de esa manera le decía a Ernest, porque según él me cuidaba mucho más que un padre primerizo —, no me informa de tu viaje a América, sinceramente habría llamado a toda la policía alemana para ir en tu búsqueda —resopló molesto. Vaya.—No creo que él, te haya dado ninguna información al respecto —dije neutro.—Ok, ya lo sé, ni que le arranquen las uñas él estaría por allí hablando de tu paradero así como así, pero como me conoce, no le quedó otra opción que decírmelo. Dime... ¿Ocurrió algo? Te fuiste de m
Cerré los ojos y me dejé caer de nuevo al colchón, en ese instante, en ese pequeño momento sentí un poco de envidia, de Tom, Troy, Nick. Los tres actuaban de la misma manera, algo cambió en ellos dentro de sus almas y corazones, por supuesto no era un cambio drástico, era como si ellas, sus mujeres, les hubiesen transmitido una especie de energía o tal vez magia, algo los tocó y transformó por ellas y estaba seguro que ellas estarían en la misma situación que ellos.Bajé la guardia.—No lo sé Tom... ahora no tengo cabeza para pensar en nada, tal vez si duerma un poco aclare las ideas... la noticia, el viaje, la falta de sueño. Todo ha sido como un huracán desde hace dos días.. me siento terriblemente porque de sopetón gané una cuñada que era mi novia y para añadirle "alegría" a la noticia, ella espera gemelos —Tom, abrió los ojos con asombro.—Espera. ¿Qué locura dices?—Fue lo que me dijo Jenny. "Dos miembros más en la familia" —las sorpresivas carcajadas de mi hermano mayor no me cau
Antes de que incendiara el hotel en el que me hospedaba o en el peor de los casos, asesinara a alguno de sus empleados, decidí salir a tomar unos tragos, a despejar la mente, a sacar tanta porquería que estaba maquinando en aquellos momentos. Sentía que iba a explotar en cualquier instante y eso, eso sería grave.En aquel entonces me encontraba de nuevo sin rumbo, perdido, dentro de un laberinto interminable.Tom, insistía en que pasara algunos días con él y su familia, pero no era buena idea, que va; en el estado en el que me encontraba no era buena compañía para nadie y menos para mi familia. Le pedí que manejara la situación de la pelea con Troy ante nuestros padres, no negaba que me avergonzaba que ellos se enteraran de lo sucedido entre nosotros, pues a esas alturas estarían mas que informados porque la oficina de Troy quedó inservible. Sin duda alguna la pelea fue la comidilla de los empleados, y a la secretaria de Troy casi le daba un soponcio cuando ingresó al lugar
—¿Qué demonios haces en Boston?—Lindo recibimiento.—Te estoy hablando en serio, Scarlet, maldición.—Estoy en la habitación del hotel en el que te hospedas, aquí te espero. Debemos hablar. Es urgente.El golpe que le propiné al tablero del coche fue sonoro, mas no para mi protector, quien continuaba con la mirada fija en la carretera. Ni se inmutó.—Scarlet, siempre tras sus pasos, señor —dijo secamente. Cerré los ojos. ¿Con que clase de monstruo me había acostado?—Tuvo el atrevimiento de ingresar a mi habitación, alguna treta se inventó para que le dieran acceso —coloqué las manos en mi cabeza, mi vida era un caos en progreso y no imaginaba lo que faltaba por venir.—Una sola llamada bastará para que la saquen del país —amenazó decidido mi acompañante. Necesitaba alejar a Scarlet de mi entorno y para siempre, tal vez mi protector tenia razón, con una sola llamada bastaría, pero no era la salida ideal porque ella seguiría persiguiéndome a todos lados. Por eso decidí encararla,
Mi alma se encontraba agrietada, y esta era una pequeña grieta que iba en aumento en aquella represa que era mi corazón oscuro y que estaba seguro de que cuando llegara el momento preciso de romperse totalmente,sería mi fin.¿Como fui capaz?¿Cómo fui tan cruel?Las preguntas golpeaban mi mente una y otra vez. Si intentaba cerrar los ojos las imágenes en el apartamento de mi hermano llegaban como filosas y macabras agujas a mi cuerpo para hacerme revivir ese día.Me costaba respirar, me ahogaba, era un ser despreciable, necesitaba cambiar con premura esa situación con Troy, Victoria, con la familia entera, pero me sentía indigno de ellos, no sería capaz de enfrentarlos, de mirarlos siquiera a los ojos. El hueco oscuro ante mi cada vez era más hondo, profundo y había comenzado a caer hasta que escuché su voz al otro lado del teléfono esa noche, y para ser sincero una parte de mi esperaba encontrar luz, porque pese a que estaba convencido que no merecía el perdón de nadie, al menos luc
Me levanté muy temprano, eran las seis de la mañana. Sentado a su lado en la cama la observaba, la mantuve envuelta en mis brazos durante toda la noche, no se movió, al parecer dormía muy quieta. La estudié a detalle sonriendo, dormía bonito, sus pestañas eran muy largas, su nariz fina y sus labios, no tan gruesos. Su cabello marrón oscuro brillaba esparcido en la almohada. Acaricié una de sus tibias mejillas, ella sonrió mientras que la mía se borraba.¿Qué estaba haciendo? Besé su frente y dolorosamente salí de la cama. No era digno de ella, era demasiado buena para estar con un hombre tan malo y egoísta como yo.Me vestí apresurado, no me bañé porque deseaba mantener el olor de su cuerpo otro rato mas en el mío, su dulce olor purificador.Debía dejarla ir en contra de mi voluntad, porque por dentro quería continuar con ella, verla despertar a mi lado con esos ojos hermosos, chispeantes y alegres.Por su propio bien, debía alejarme lo antes posible.Con una aflicción tormento
—¿Qué?Fingí demencia, siempre hacía eso cuando sabía perfectamente que sucedía frente a mis ojos. Nicholas, no era ningún tonto, jamás lo fue, y yo, era demasiado transparente ante mi buen amigo. Sus ojos azules idénticos a los míos, salvo un tono más claro, me examinaban con sumo cuidado, él sabía lo que ocurría dentro de mi ser, yo aun no lograba ver "eso".Nick, negó sonriendo, se puso de pie con desgarbo y tomó el teléfono de la habitación. Pidió comida para los dos, en ese momento miré la hora en mi reloj de mano, faltaban cinco minutos para las ocho de la noche. Nicholas, colgó el auricular en su sitio. Volvió a sentarse frente a mí y habló como si nada.—Vuelvo a preguntarte lo mismo, Theo, ¿quién es Fiorella?Obviamente su pregunta no pasó desapercibida, imposible en él. Solté un suspiro sonoro mientras que Nick, disfrutaba con mi repentino desorden mental.—A ver. Fiorella... es una chica que conocí el día que llegué a Boston —me llevé las manos detrás de la nuca, desviando l