Me levanté muy temprano, eran las seis de la mañana. Sentado a su lado en la cama la observaba, la mantuve envuelta en mis brazos durante toda la noche, no se movió, al parecer dormía muy quieta. La estudié a detalle sonriendo, dormía bonito, sus pestañas eran muy largas, su nariz fina y sus labios, no tan gruesos. Su cabello marrón oscuro brillaba esparcido en la almohada. Acaricié una de sus tibias mejillas, ella sonrió mientras que la mía se borraba.¿Qué estaba haciendo? Besé su frente y dolorosamente salí de la cama. No era digno de ella, era demasiado buena para estar con un hombre tan malo y egoísta como yo.Me vestí apresurado, no me bañé porque deseaba mantener el olor de su cuerpo otro rato mas en el mío, su dulce olor purificador.Debía dejarla ir en contra de mi voluntad, porque por dentro quería continuar con ella, verla despertar a mi lado con esos ojos hermosos, chispeantes y alegres.Por su propio bien, debía alejarme lo antes posible.Con una aflicción tormento
—¿Qué?Fingí demencia, siempre hacía eso cuando sabía perfectamente que sucedía frente a mis ojos. Nicholas, no era ningún tonto, jamás lo fue, y yo, era demasiado transparente ante mi buen amigo. Sus ojos azules idénticos a los míos, salvo un tono más claro, me examinaban con sumo cuidado, él sabía lo que ocurría dentro de mi ser, yo aun no lograba ver "eso".Nick, negó sonriendo, se puso de pie con desgarbo y tomó el teléfono de la habitación. Pidió comida para los dos, en ese momento miré la hora en mi reloj de mano, faltaban cinco minutos para las ocho de la noche. Nicholas, colgó el auricular en su sitio. Volvió a sentarse frente a mí y habló como si nada.—Vuelvo a preguntarte lo mismo, Theo, ¿quién es Fiorella?Obviamente su pregunta no pasó desapercibida, imposible en él. Solté un suspiro sonoro mientras que Nick, disfrutaba con mi repentino desorden mental.—A ver. Fiorella... es una chica que conocí el día que llegué a Boston —me llevé las manos detrás de la nuca, desviando l
Si, lo descubrí aquel día. Me había enamorado de esa mujer, solo un mes bastó para enamorarme del ángel travieso.—Cuando te conocí sentí tanta paz. Será imposible dejar de pensarte a diario —susurré casi rozando sus labios, su aliento era frío, olía a chocolate. Ella se acurrucó en mi pecho abrazándome con fuerza.—Puedo preguntar, ¿por qué te vas? —balbuceó a causa del llanto contenido. Miré al techo de la habitación, me sentía en una encrucijada, me dividía entre reparar el daño que hice con Troy y Victoria o seguir mi vida con Fiorella como si nada y no, con ella la primera opción era la indicada, con ella hacer lo correcto se había vuelto prioridad.—Es necesario —fueron las dos únicas palabras que podía decirle.—Está bien.Mentía, el tono de su voz la delataba, su postura, los pequeños espasmos por tratar de frenar el llanto acumulado en su interior. Tomé su mentón con posesividad y la besé, un beso tierno, inocente, puro. Estuve a punto de decirle lo que sentía, callé, porque e
—¿Almorzamos hoy? ¿Theo? ¿Bro? ¡THEODORE!Me estremecí involuntariamente por el repentino grito de Nicholas, lo observé exasperado, este hombre a la hora de bromear no tenía remedio. Quería arruinar mi buen humor del día.—Deja de gritarme que no estoy sordo, hombre.—No, se perfectamente que no lo estás, pero de repente desde hace eh digamos umm unos cinco días para ser exactos estás en Fiorellandia. Por cierto, hablando de Fiorella, debo contarte algo curioso.Nick y sus tontas ocurrencias, aunque para ser sincero no se encontraba muy lejos de la realidad.Sí, era ella. No dejaba de pensarla en todo el santo día.Sencillamente Fiorella era quien mantenía mi mente inundada de sus hermosos recuerdos, de sus deliciosos besos, de su risa limpia, de su venerado cuerpo, de su rostro angelical. En tan poco tiempo me llenó el corazón por completo, antes de que ella llegara a mí, la vida era solo caminar y respirar y cometer locuras sin sentido pero luego de conocerla, de amarla como lo estab
No podía soportar que ella me acusara antes, se suponía era yo quien le explicaría todo lo ocurrido, lo más probable era que Victoria siendo su gran amiga, ya la habría puesto al tanto de lo sucedido, eso cambiaba el panorama. Una ridícula idea se cruzó por mi mente, requería tiempo para investigar que hacía ella en Alemania. Hablé muy despacio solo para que Nicholas, escuchara. —¿Fiorella, sabe tu nombre? —no hubo respuesta. Giré aturdido. Nick, estaba en una especie de trance.—¡Nicholas! —volví a llamar su atención en susurro y lo logré. —¿Qué? —espetó irritado. No era por mí, lo sabía. Era a causa del momento tenso de la delicada situación. —Necesito que me digas si ella sabe tu nombre —Nicholas, se encontraba a punto de psiquiátrico y yo muy cerca también, me costaba respirar y mi corazón latía presuroso, no entendía si era por la situación que representaba el hecho de que ella estuviera buscando trabajo en mi empresa o sencillamente era por su presencia allí, su belleza me aton
Las dos castañas delante de nosotros parecían unas niñas que disfrutaban de su grato reencuentro. Verlas juntas a pesar del momento de angustia, era sumamente gratificante, porque ellas transmitían la amistad y añoranza que salían de sus almas. Nicholas, las miraba fijamente, pasó una mano desesperadamente por su cabello.—¿Theo? —murmuró por lo bajo.—Te escucho o, ¿vas a asesinarme en este instante? —dije neutro observándolo de reojo. Viró para encararme, totalmente serio.—Fiorella, como acabo de constatar, es una amiga muy querida para mi mujer, te advierto, sino aclaras esto pronto te voy a patear las pelotas —asentí sin dudarlo, Nicholas continuó, colocando una mano sobre mi hombro —por otro lado, me alegra que nuestras chicas sean amigas —sonreí ante esa declaración.—Dime algo. ¿Era de Fiorella de quien debías contarme y no lo hiciste?—Sí, me pareció curioso entrevistar a una chica con el mismo nombre de tu amada, quien habría imaginado que era ella...Sojhar, interrumpió
—Desde un principio lo ha sido Fiorella, la manera como nos conocimos, la primera vez juntos, te comprendo, créeme, aun estoy procesando el hecho de que te ame como lo estoy haciendo —no había pasado por desapercibido que ella aun no me decía "te amo" y confieso que tuve miedo aunque por otro lado tenía muy claro que todo iba demasiado rápido entre nosotros, lo cierto era que eso me importaba muy poco porque estaba realmente seguro de mis sentimientos hacia ella.—¿Por qué quieres que me mude contigo tan pronto?—Porque contigo mi existencia es real, contigo simplemente estoy despierto a la vida.Era sincero, mis palabras lo eran.Se volvió a acercar.—Está bien. No quiero ser la causante de que andes caminando dormido por las calles de Berlín. Pero te advierto algo, duermo con alguien muy especial para mí.Por la manera como dijo aquello pude controlar el cavernícola celoso en mí, no imaginaba quien o que era tan especial para ella, contuve el impulso de preguntarle no obstante callé
¡Fiorella! ¡Fiorella! ¡Fiorella!¡No tú, mi amor, no tú!Gritaba en silencio con todas las fuerzas posibles de mi alma entera porque había perdido la voz repentinamente, por eso el miedo invadió mi ser por completo quebrándolo en dos.¿Quién era tan cruel como para querer hacerle daño a un ángel?Luchaba internamente en la oscuridad, deseaba poder alcanzarla porque ante mis ojos Fiorella apareció como una revelación divina, vestía de blanco, brillaba en todo su esplendor mi hermosa Fiorella, se había convertido en mi propio milagro personal. Yo me encontraba en la tierra, ella en el cielo y flotaba o tal vez volaba pero lo cierto era que por más que intentara estirar mi mano, saltar, o incluso usar una escalera hasta ella, se alejaba más y más, era como u de esos globos de los deseos, esos que echas a volar al firmamento aferrados a que entre más alto vuelan tus deseos se cumplirían con pronta rapidez, pero cada vez que procuraba alcanzarla, ella se alejaba, haciéndose peque