¡Fiorella! ¡Fiorella! ¡Fiorella!¡No tú, mi amor, no tú!Gritaba en silencio con todas las fuerzas posibles de mi alma entera porque había perdido la voz repentinamente, por eso el miedo invadió mi ser por completo quebrándolo en dos.¿Quién era tan cruel como para querer hacerle daño a un ángel?Luchaba internamente en la oscuridad, deseaba poder alcanzarla porque ante mis ojos Fiorella apareció como una revelación divina, vestía de blanco, brillaba en todo su esplendor mi hermosa Fiorella, se había convertido en mi propio milagro personal. Yo me encontraba en la tierra, ella en el cielo y flotaba o tal vez volaba pero lo cierto era que por más que intentara estirar mi mano, saltar, o incluso usar una escalera hasta ella, se alejaba más y más, era como u de esos globos de los deseos, esos que echas a volar al firmamento aferrados a que entre más alto vuelan tus deseos se cumplirían con pronta rapidez, pero cada vez que procuraba alcanzarla, ella se alejaba, haciéndose peque
—¿Por qué? —no dejaba de mirarme esperando mi respuesta.—Supongo que es su manera de vengarse por no quererla más a mi lado. Es una mala persona, demasiado tóxica. Pero tú no te preocupes, mi personal de seguridad se encargará de todo, mientras tanto, yo te cuidaré con mi vida.—¡No quiero que te vuelva a ocurrir algo así! —amenazó en susurro —.No podría verle la cara a tu familia, en serio no podría—nuevamente con esfuerzo titánico moví un poco el brazo para poder entrelazarlo con el de ella.—Escucha mi amor, nada va a ocurrir porque seremos precavidos, no podrán hacernos daño y reforzaremos todas las medidas de seguridad.—Estoy segura que tomaran las precauciones necesarias para protegernos a ambos, Theo. A los dos. ¿Entendiste? A los dos, somos un equipo desde hoy. No quiero que te estés exponiendo, yo moriría si algo te ocurre. Tengo dos noches sin poder dormir porque se repiten sin parar las imágenes de nosotros cayendo al piso, el ruido de las balas, la sangre, tu perdiendo el
—Ni tú y mucho menos tú se atrevan a interrumpirme mientras les hablo, ya bastante he callado durante años —nos amenazó decidida Tori a mi hermano y a mí, señalándonos con uno de sus dedos, la amenaza con más peso recayó en Troy. Supuse que lo hizo porque me daba a una idea de lo que ella tenía que decir y por otro lado su esposo trataría de asumir lo ocurrido él solo, achacándose la culpa total, vaya, como lo conocía su mujer, y no lo culpo, yo habría hecho lo mismo por Fiorella.—Bien —asentí por mi propia seguridad. Troy, se removió inquieto a mi lado. Nos encontrábamos en el estudio de la suite de mis padres, puesto que allí estaríamos más cómodos y podríamos hablar con total calma sin interrupciones de mis pequeñas sobrinas o los alocados chistes de mi padre.—Princesa, no es necesa... —intentó en vano decir mi hermano, fallando en su primer intento, que asumí sería el primero de varios intentos más por no permitir que su esposa se culpara por lo ocurrido.No quería estar en sus z
—Yo estaba a punto de tirarlo a la cama sobrina, ha pasado el día evitando descansar o dormir —protestó Ernest, sentado no muy lejos de nosotros, sin dejar de mirar a lo que hacía en la laptop frente a él, para ser sincero no me incomodaba mostrarme como era ante ella y mucho menos delante de su tío, durante aquellos días era más que un guardaespaldas tanto que le había pedido que me tuteara, a decir verdad éramos casi familia, prácticamente era como su sobrino, las vueltas que da la vida, él no había visto a mi mujer durante tres años por trabajar para mí y el día que vio como nos tropezamos en el aeropuerto en Boston no lo podía creer, las veces que intentó decirme su parentesco con ella algo se presentaba.Me rasqué la cabeza a punto de protestar ante las quejas de Ernest, y el volvió a objetar.—Llévalo a la recámara y trata de hacerlo descansar —.Giró y le guiñó un ojo a su sobrina y ella asintió gustosa, vaya par de niñeros.—Ya escuchaste, así que andando.Caminamos por el pasi
—Hola, dormilón, vamos que ya sé que estas despierto, déjame ver esos ojos azules y cristalinos como el cielo.Sonreí manteniendo los ojos cerrados. Ciertamente ya me encontraba despierto algunos minutos antes, sin embargo permanecí otro rato en la cómoda cama de aquella habitación. Durante la madrugada, ella, mi ángel, irrumpió mi sueño un par de veces para suministrarme los medicamentos que debía ingerir durante una semana más para recuperarme por completo, no era de suponer que me encontrara tan soñoliento y agotado a causa del atentado, y por otro lado las medicinas eran un dopaje para mi cuerpo.Sentí como Fiore, se sentaba a mi lado, decidí abrir los ojos y deleitar mi vista con su inmaculada y hermosa presencia.—Hola, ángel.Susurré, tomando una de sus manos para besarla suavemente, vestía de forma casual, jeans, blusa sencilla y un par de trenzas que hacían ver su rostro un poco más tierno. Ella me observó tranquila, con una sonrisa llena de alegría y brillo.—Es la primera v
Ella trepó por la pequeña escalinata anclada a un lado del árbol hasta llegar arriba, a la pequeña terraza, luego subí yo sin forzar el hombro derecho, el que recibió uno de los disparos. Nos sentamos allí con los pies colgando en el aire, un hipnótico paisaje del resto de aquella zona nos recibió para recrear la vista, casas, niños jugueteando en la calle, algunos perros siendo paseados por sus dueños, varios pájaros sobrevolando cerca, era una imagen de ensueño, sujeté su mano izquierda y la llevé a mis labios.—Quiero saber más de ti, ángel —una diminuta risa se escapó de su garganta.—Pregunta —murmuró entusiasta.Fiorella, en realidad sabía más de mi vida que yo de la suya, tristemente se enteró de todo abruptamente por lo ocurrido con aquella venganza sin contar el ataque por el que no me quedó más remedio que hablarle de la maldita de Scarlet, que hasta aquella fecha permanecía en Alemania, sin levantar sospecha alguna y continuando su vida de puta y reina como si nada. Dejé de
Los planes marchaban realmente bien y a la perfección tal como fraguamos todo. La agente encubierta que se hacía pasar por mi mujer ya se encontraba en Boston, junto a el personal de seguridad asignado para acompañar a esa chica a América, ella a los días allí notó que un par de tipos sospechosos la rondaban, iban tras sus pasos sin siquiera sospechar que los vigilaban muy de cerca parte de nuestro equipo, no harían nada en contra de ellos hasta no tener pruebas suficientes para incriminarlos y dar así con la cabeza principal del maldito atentando, Scarlet. No respiraría tranquilo hasta verla presa en una cárcel de máxima seguridad pudriéndose para siempre.Dos semanas llevábamos en España, abril iniciaba y con este también el Campeonato Mundial de Turismo, al que supuestamente asistiría para apoyar a nuestro piloto, con un equipo de profesionales me hicieron entrevistas en donde daba a entender que me encontraba en Marruecos, ciudad donde iniciaría la primera competencia, querí
Nicholas habló solo para mi, el resto ni se percató de nuestra discreta conversación. Sojhar, sonreía de oreja a oreja viendo de su hermano a Fiorella, el muy imbécil le tomó una mano a mi mujer para besarla, apreté las manos en puño, lo quería golpear. Fiore, con extremo disimulo recibió la mano de aquel tipo solo como saludo porque no permitió que se la besara, se giró de inmediato a mí, con ojos precavidos, me observaba ansiosa, no me gustó eso.—Raúl, permíteme presentarte a mi prometido —el susodicho se le agrió el rostro de idiota que se gastaba, apenas si me miró y me tendió la mano de mala gana. Maldito imbécil.—¿Con que tu prometido? —levantó una ceja despectivamente —mucho gusto, Raúl Colina.—Theodore Bourke —expresé con flojera, en solo segundos de conocerlo me cayó mal, no lo quería cerca de Fiorella. Desde esa noche, lo declaré mi enemigo por osar coquetear a mi prometida en mi cara.—Mi hermana me comentó de las empresas Bourke, excelente negocio. Aunque tengo ent