Capítulo 23
Si, lo descubrí aquel día. Me había enamorado de esa mujer, solo un mes bastó para enamorarme del ángel travieso.

—Cuando te conocí sentí tanta paz. Será imposible dejar de pensarte a diario —susurré casi rozando sus labios, su aliento era frío, olía a chocolate. Ella se acurrucó en mi pecho abrazándome con fuerza.

—Puedo preguntar, ¿por qué te vas? —balbuceó a causa del llanto contenido. Miré al techo de la habitación, me sentía en una encrucijada, me dividía entre reparar el daño que hice con Troy y Victoria o seguir mi vida con Fiorella como si nada y no, con ella la primera opción era la indicada, con ella hacer lo correcto se había vuelto prioridad.

—Es necesario —fueron las dos únicas palabras que podía decirle.

—Está bien.

Mentía, el tono de su voz la delataba, su postura, los pequeños espasmos por tratar de frenar el llanto acumulado en su interior. Tomé su mentón con posesividad y la besé, un beso tierno, inocente, puro. Estuve a punto de decirle lo que sentía, callé, porque e
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