CAPÍTULO 1

Ellos me arrancan del automóvil, colocándome una capucha negra en la cabeza y me arrastran para adentro de su automóvil. 

Siento que alguien aprieta mi brazo, un pinchazo incómodo como el de una inyección y después, estoy vencida.

El sueño profundo y la nada.

Recibo ahora un mensaje en el celular, está bien que fueran puntuales, detesto esperar. Todos los pasos están transcurriendo de acuerdo a lo que planeé. El avión dentro de poco aterrizará en Manama y estoy listo para llevar a cabo mi venganza con esa familia de asesinos. 

Karim Omar, antiguo rey de Qatar, ese gusano infeliz va a pagar por todas las atrocidades que él hace. Nuestros países antes eran aliados, teníamos intereses en común, el petróleo nos unió para reunir fuerzas. 

Pero todo se transformó en una sucesión de desgracias desde que el Sheikh Karim negó el atentado con bomba que mató a mi familia. Después de muchas investigaciones, está claro que él fue el que ordenó ese crimen. 

Entonces, yo actúo como se espera de un cuerpo sin alma, un hombre destrozado. 

Ojo por ojo, diente por diente.

La reina Antonia será el vehículo de mi venganza y yo estoy comenzando. 

Mandé a instalarla en el cuarto al lado del mío, voy a tomar su cuerpo de todas las formas posibles y luego haré que emitan en las principales emisoras de radio y televisión su muerte.

Quiero tomar el valor necesario, un valor que tenga la misma proporción que mi dolor. 

Basta de misericordia, esa es inherente a los humanos.

Yo perdí mi humanidad en el exacto momento en que recibí los restos destrozados de los cuerpos de mi esposa y de mi hija. 

No sé por cuánto tiempo he estado sin sentido, todavía estoy un poco aturdida. Miro a mi alrededor y estoy acostada a una enorme cama con dosel, con sábanas de satén negro, suave y cómodo.

Aunque un poco desenfocado, percibo que las paredes de la habitación están pintadas en tonos dorado y rosa pálido. Todo muy femenino y muy exquisito. Parece incluso la habitación de un castillo.

La puerta se abre y la luz en el pasillo me deja todavía más aturdida. 

De las sombras emerge un hombre muy alto, de unos treinta y tantos años, moreno, barba de candado muy corta y bien peinada, los rasgos del rostro son rígidos y toscos.

Las cejas arqueadas y las pestañas tan largas que enmarcan enormes ojos castaños, vivos, como dos pedazos de madera ardiente. 

No recuerdo haber visto a alguien tan bello y, al mismo tiempo, tan aterrador.

Él camina en mi dirección, descalzo, vestido en una bata fina y blanca, por la penumbra de la habitación percibo sus formas atléticas que resaltan a través del tejido delicado. 

Me arriesgo a intentar hablar con él.

—Sáqueme de aquí, por favor. ¿Usted entiende lo que digo? Yo no sé hablar árabe, ¿entiende mi inglés? M*****a sea, tenía que haber dedicado más esfuerzo a mis clases con Kevin.

Él me mira sorprendido.

—¿Quién es Kevin? ¿Su amante?

Escuchar de sus labios el nombre de otro hombre no me agrada, busco la razón de esta incomodidad y no la reconozco. Mirando de cerca veo que es bonita, ¡No, bonita! Linda, para ser más sincero. Mucho más de lo que pensaba. Desde que Ishna falleció, no encuentro a una mujer tan interesante. ¿Cuántos años tendrá? Parece muy joven para ser madre de tres hijos. 

—Gracias a Dios, usted comprende lo que digo. Unos hombres me secuestraron, yo no sé por qué. Soy pobre, mi hermana no va a tener dinero para pagar el rescate. Por favor, ayúdeme a escapar. 

Él se aproxima más y su mirar me desnuda de manera irresistible, “el hombre misterioso” tiene un aire sarcástico, no sé si me gusta.

—Siento no poderte ayudar. 

¿Azules?  Sus ojos tienen un tono de azul absurdamente limpio, parece el mar Egeo, igual al matiz de los mares griegos. ¿Por qué estoy admirando como un idiota los ojos de esa mujer? ¿Para qué estoy prestando atención a sus ojos, si dentro de poco va a estar muerta? Sus ojos de mar calmado no servirán de nada. 

—¿Por qué no me puede ayudar?

—Porque yo fui quien la secuestró. Usted parece muy joven, ¿Cuántos años tiene? 

¿Él está involucrado en mi secuestro? ¿Es el jefe? ¿Pero por qué? Yo no tengo donde caer muerta. Oh ¡Dios mío! ¡Virgen de la Peña! Él y sus cómplices van a pedir una fortuna de rescate y Brenda no tendrá. Voy a morir. 

¡Voy a morir! ¡Oh Dios mío! Voy a morir. 

Cuando percibo, estoy exclamando esas palabras, cada vez más alto.

—Sí, usted va a morir, pero podría ser un poco más educada y parar de gritar en mi oído, eso me irrita todavía más. 

Dios mío, este chico está completamente loco, ¿por qué alguien tan lindo tiene que ser tan loco?

—Pero, usted debe tener algún jefe, el responsable, quiero hablar con él, mi familia no tiene dinero, ¿Por qué harían esto conmigo? Lléveme a casa de mi hermana, ella se llama Brenda, por favor, la casa cerca del centro de Doha, no debe ser tarde aún, probablemente unas ocho horas de la noche, si me lleva ahora, debe ser poco camino a casa.

La puerta de la habitación se abre y uno de los hombres que me secuestró curva ligeramente el tronco y habla con el “loco atractivo”. 

—Majestad, es preciso hablar con usted urgentemente, ha sucedido un imprevisto.

—Espéreme en mi oficina, Jafar, ya hablaré con usted. 

El hombre se curva de nuevo y se mantiene de pie. 

Él levanta una ceja con aire arrogante y pide al sujeto que nos deje solos.

Es claro que hay un problema. Yo soy una arqueóloga recién graduada, sin un peso, para vivir, menos para morir. Estoy todavía pagando el crédito universitario, ¿de qué le sirve secuestrarme? Un pase de viaje para mi pasaje y unos cincuenta dólares. Tanta logística para nada. Secuestrar a una mujer pobre y común no tiene cabida alguna. Ni para un chico loco como él.

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