Capítulo 596
Cuando Daniel terminó de limpiar la cocina y salió a la sala, descubrió que Lucía ya había pelado y preparado un plato de fruta.

—Te digo que no hagas una cosa y haces otra, ¿eh? —negó con la cabeza resignado.

Lucía le ofreció un trozo de manzana con un palillo: —La vida es movimiento, no quiero ser una holgazana.

Daniel lo aceptó y luego ella sugirió: —Por cierto, tengo que recoger la basura en mi casa, ¿bajamos juntos después?

—Vale.

Después de tirar la basura, Lucía recordó que su refrigerador estaba vacío pues no había tenido tiempo de hacer compras últimamente, así que propuso ir al supermercado. Daniel aceptó sin dudar.

Apenas se fueron, Elena llegó a la entrada del callejón. —Puede detenerse aquí, no se puede entrar con el coche —indicó al conductor, quien asintió: —Sí, señora.

Elena abrió la puerta del coche y se detuvo de repente para cambiarse a los zapatos planos que había traído, casi los olvidaba. Esta vez, con zapatos cómodos, pudo subir los siete pisos sin el bochorno de
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