Querid@s lector@s. En este capítulo, la protagonista enfrenta la continua falta de perdón de su madre, y recibe la devastadora noticia de que ha perdido al bebé. ¿encontrará la fuerza para seguir adelante? Gracias por acompañarme en este viaje emocional. Espero que este capítulo os haya gustado. Con cariño, Cristina A.
Miré a Cristian con el corazón destrozado. Esa m*****a lunática había matado a mi bebé, a nuestro bebé, y todo por mi culpa. Por ofrecerle mi amistad a una desconocida, por dejarla entrar en mi vida hasta el punto de destruirla. Jamás me lo iba a perdonar. —Os voy a dejar un momento para que podáis asimilar esta noticia. Volveré más tarde —dijo el doctor, saliendo de la habitación y dejando un silencio estremecedor. Me armé de valor y lo miré a los ojos, buscando en ellos algún indicio de odio o resentimiento. —¿Me odias? —pregunté con la voz quebrada. —Princesa, ¿por qué tendría que odiarte? —respondió él, con una ternura que me desarmó. —Por mi culpa nuestro bebé está muerto —no pude contener el llanto. Anhelaba tanto tener un bebé, ser madre era mi mayor deseo, y cuando me lo arrebataron, caí en un profundo infierno. Cristian me abrazó con fuerza, sus palabras eran un bálsamo para mi alma herida. —Emily, vamos a superar esto. Tú eres fuerte. —No lo sé —dije entre sollozos.
Lo pensé dos veces, mis dedos jugueteaban nerviosamente con la pequeña cajita dentro del bolso. Finalmente, decidí no dárselo en el restaurante; el ambiente no era el adecuado. Esperaría hasta llegar al hotel, donde la intimidad de nuestra habitación sería el escenario perfecto.La ansiedad me invadía, pero sabía que a veces lo bueno se hace esperar. Cada paso que dábamos de regreso al hotel, cogidos de la mano, sentía cómo mis nervios crecían dentro de mí. La noche era fresca, y las luces de la ciudad creaban un ambiente mágico a nuestro alrededor.Al llegar a nuestra habitación, cerré la puerta detrás de nosotros y, con una sonrisa nerviosa, me giré hacia él. Este era el momento que había estado esperando, el momento en que nuestras vidas podrían cambiar para siempre.Sus labios asaltaron los míos y me rendí a sus encantos haciéndome olvidar todo. Nuestras ropas acabaron desparramadas por el suelo incluso hasta mi bolso, deseé que la cajita no se hubiese dañado, pero la preocupació
Con el paso de las semanas me fui encontrando mucho mejor, alejé de mi mente todo lo relacionado con mi madre, de tan sólo pensar me dolía tanto. Los padres de Cristian nos invitaron a cenar a su casa, pero yo no tenía fuerzas, bastante mal lo había pasado con mi madre para tener que enfrentar a toda la familia de Cristian. No iba permitir reproches, ni amenazas. No estaba dispuesta soportar otra vez lo mismo. Cuando me quedé sola en casa disfrutando de la soledad, me preparé un sándwich de pavo y queso y después me senté en el sofá para ver una película romántica mientras Cristian cenaba con su familia, aunque no me podía concentrar en la película ya que Cristian me escribía cada cinco minutos para preguntarme como estaba o si necesitaba algo. Aunque el último mensaje me puso los pelos de gallina. Cristian: "Le he contado a mi familia las dos noticias" Emily: "¿Me odian, verdad? Cristian: "No te odian, al contrario están deseando verte" Emily: "Siento decirte que no me lo c
—Cristian despierta están a punto de llegar —tiré de las sábanas y para mí sorpresa estaba desnudo—. Tu siempre igual intentando que caiga en la tentación, si no fuera porque tus niños están a punto de llegar... —Si llegan tienen las llaves. Valeria Y Alexander tienen que entender que sus padres tienen necesidades —me sonrió de forma muy sensual. ¡Maldita sea! Aunque había pasado veinte años, seguía siendo adicta a él. Para mí, seguía siendo el hombre más sexy del mundo. En ese momento escuché la puerta. —¿Ahora qué hago con esto? —dijo señalando sus partes íntimas. —Una ducha fría —solté una carcajada—. Vístete, vamos rápido —le ordené y después le lancé un pantalón a la cara. Me di la vuelta y bajé las escaleras apresuradamente. Mis niños, me estaban esperando en el salón y necesitaba urgentemente abrazarlos. —¡Mamá!—me llamó Valeria. La abracé tan fuerte que se quejó, aunque ya había crecido para mi seguía siendo mi preciosa bebé. Era una mujer esbelta, su pelo de color dor
Estaba caminando hacia la entrada de la discoteca, pero de repente, me detuve en seco al sentir una mano firme agarrar mi brazo. Giré sobre mis talones con cuidado de no perder el equilibrio, y cuando miré a la persona que me estaba sujetando el brazo, solo pude pensar ¡Joder! ¡Cristian! —¿Emily? —Si, esa soy yo.—Princesa, estás preciosa. —Gracias, tú estás más... —no encontraba las palabras adecuadas, pero mi boca solo quería pronunciar palabras como guapo, buenorro, macizo, bombón, cosita linda.—¿Viejo? ¿Más guapo? ¿Más irresistible? —preguntó, mientras se pasaba una mano por su cabello rubio.—Viejo, lo bueno que no estás calvo.—Hasta calvo estaría guapo. Ven aquí y dale un abrazo a tu cuñado.Cristian me envolvió con sus fuertes brazos tatuados. Nueve años sin verle, nueve años habían pasado desde que Cristian me partió el corazón, pero él nunca se enteró de que años atrás me moría por sus huesos.—¿Qué haces aquí, princesa? —me preguntó al oído.—Buscar venganza —respondí,
Cristian había tirado de mí…Mis ojos no tardaron en posarse sobre él. En un momento, pasé de estar en los brazos de un desconocido a estar en los brazos de Cristian. Poco a poco, fue acortando la distancia hasta que nuestros labios se unieron. Sus manos masajeaban mi espalda y yo rodeé su cuello con mis brazos. Y nuestros labios se unieron.¡No podía creer lo que estaba pasando! ¡Me estaba liando con mi cuñado!¡Maldición! No podía separar mis labios de los suyos. Todo parecía indicar que la venganza estaba comenzando.Necesitaba sentirme deseada, y Cristian me hizo sentir así. Me apreté contra él. Su mirada se volvió oscura y su voz ronca cuando me dijo que besaba demasiado bien.Pude saborear sus labios mientras bailábamos. Hacía tanto tiempo que no lo veía. Ya no era aquel chico canijo y tímido que recordaba. Se había transformado en un hombre apuesto y sexy, con una confianza que irradiaba en cada movimiento.—Imbécil, ella estaba conmigo —espetó el muchacho, que minutos antes m
Los rayos del sol entraban por la ventana iluminando toda la estancia, abrí los ojos poco a poco, y miré a Cristian, que estaba abrazándome mientras dormía profundamente. Al mirar a Cristian, pensé que la noche anterior había sido una locura. Sabía que contarle a mi marido, que había pasado la noche con su hermano Cristian sería la manera más devastadora de destruirlo. La sola idea de ver la expresión de traición en su rostro me producía satisfacción. Sin embargo, en el fondo, sabía que no era capaz de hacerlo. No podía arrastrar a Cristian a ese abismo. Él no merecía pagar por mis errores, y aunque mi relación con Luke estaba rota, no quería destruir la vida de mi cuñado. Cristian siempre había sido un buen hombre, y no podía soportar la idea de verlo sufrir por mi culpa.Tenía que encontrar otra manera. Tal vez podría inventar que estuve con otro hombre, alguien desconocido. Pero jamás revelaría su nombre.Guardaría ese secreto para mí misma y buscaría otra forma de hacer sufrir a
Cristian se levantó y caminó hacia la puerta, me indicó con un gesto que me escondiera en el baño.Con los ojos llenos de lágrimas, recogí rápidamente mis cosas y me dirigí al baño. Cerré la puerta y eché el pestillo, quedándome quieta y conteniendo la respiración. Podía escuchar los latidos de mi corazón resonando en mis oídos mientras intentaba no hacer ningún ruido.Desde mi escondite, escuché cómo Cristian abría la puerta. Los pasos pesados de Luke se escuchaban mientras se adentraba en la habitación.—¡Cabronazo! Anoche me dejaste tirado.—Lo siento, Luke. Anoche conocí a una chica despampanante y no pude rechazarla.Luke bufó, claramente molesto. —Eso no se hace, tío. Era mi despedida.—Bueno, tú estabas acompañado. No creo que me echaras en falta. Te vi muy acaramelado con esa pelirroja. ¿Por qué le haces esto a tu mujer?—¿Y a ti qué te importa? Métete en tus asuntos.—Emily es una buena chica.—Ya lo sé. Pero la pelirroja lo hace muchísimo mejor.Al escuchar a mi marido, sen