Fiorella hizo las maletas desde el jueves, esta vez, Giorgio estaba muy intrigado por el tema de la boda, y esperaba que hubiera resultados con las investigaciones, le había dado aviso a la policía de lo que podría ocurrir durante el evento y aprovechó para decirle a sus tenientes de bolsillo que estuvieran presentes para aprehender a Allegra si se presentaba.
Pero cuando Fiorella Salió con la maleta y la puso en la parte posterior de su auto a Don Giorgio se le encendieron las alarmas, ¿Sería acaso mucha casualidad que el lugar en donde su mujer había comprado la Villa y en donde pasaba los fines de semana desde hacía unos seis meses era el mismo en el que los novios contraerían nupcias?
¡No, no podía ser verdad! ¿Acaso Fiorella sabía algo que él no? ¡Imposible!, ella no había defendido a esa lunática traidora, ¡Homicida de su pequeñ
Don Giorgio seguía cuestinandose dentro de su cabeza:— Será que Fiorella… ¡No! No puede ser, ella no es tan inteligente, ni tan suspicaz, no encontraría nada que tuviera en frente, ¡Y mucho menos a esa mujer que ha demostrado ser una auténtica harpía para mantenerse en las sombras durante tanto tiempo!Sacudió la cabeza para apartar esos estúpidos pensamientos de su mente, no tenía caso, su mujer era totalmente inofensiva, sabía todos los cuernos que le había puesto y, sin embargo, no había hecho nada hasta ahora, o eso pensaba él, que no estaba al tanto de que su mujer estaba desapareciendo su dinero, cambiando de manos sus propiedades y dejando todo en manos de terceros para dar la estocada final cuando fuera tiempo.También se había asesorado con abogados para que le calcularan el cincuenta por ciento de lo que le correspondía en
Allegra se levantó temprano esa mañana, atendió a los animales de la granja y dio instrucciones al señor que la ayudaba con esas labores, Don Anastacio, un caballero de avanzada edad que sabía de granjas y producción lechera, gallinas y esas cosas del campo.Un buen hombre, respetuoso y trabajador, y con quien el pequeño Francesco pasaba buenos ratos hablándoles a los animales, Don Anastacio le contaba cuentos de los patitos y le explicaba como nacían de los huevitos que cuidaba la pata.Allegra dejo al niño con el viejo un rato mientras atendía la comida y luego de que todos almorzaron y Don Anastacio se fuera, ella comenzó a mirar el reloj con insistencia. La chica que había contratado como niñera no aparecía por ninguna parte, la hora corría y estaba segura de que se le iba a hacer tarde.En vista de que la chica no daba señales de vida, deci
— ¿Hay algún problema con la reservación? Está tardando demasiado — Allegra le dijo en baja voz al actor.— No, con nuestra reservación no, pero si con la actitud de la gente, hay personas muy prepotentes que creen que porque están pagando un servicio tienen el derecho de gritar, ofender y amenazar a los demás.— No te entiendo, ¿Qué sucedió?— Una mujer a la que se le ve la clase por encima, pero no la clase educada, sino la adinerada, vino a hacer un estúpido reclamo y lo enfatizo como si tuviera la importancia de la cura de un enfermo terminal.Allegra suspiró, estaba acostumbrada a ver esa clase de reacciones en muchas personas que conocía.— Lo sé, a veces la gente con dinero piensa que puede tener el control de todo y de todos, es triste que vean las cosas así…El joven recepcionista alz&oa
Arianna al fin inspiró profundo y se sentó para que la maquillaran, ni siquiera había dejado que le aplicaran una crema humectante debido a los nervios porque su rostro estaba totalmente húmedo de sudor, había estado en una lucha campal con su vestido durante horas.— Señorita, ¿Entonces está segura de que ese es el vestido? — Preguntó con cautela el dependiente de la tienda de vestidos de novia.— Estoy segura, gracias, puede llevarse los demás, y por favor, dele la cuenta a mi asistente, ella se encargará de hacer el pago.— Gracias a usted por su compra — Dijo el hombre satisfecho recogiendo de la cama y embalando la mercancía.Arianna por fin se sentó frente al espejo, mientas la maquilladora, y la manicurista hacían lo suyo. Inspiró profundo, dejó que la embellecieran aunque en realidad no era que lo necesitara
— ¿Están todos en Vernazza? — El Teniente Russo escuchó la voz de Don Giorgio Romano del otro lado de la línea telefónica.— Señor Romano, estamos en el sitio, la boda se efectuara en el castillo Doria y esperamos en el lugar, estamos de encubierto.— ¿Hay suficientes efectivos que cubran la operación? ¡No quiero errores si se llega a presentar esa mujer!, ha sido muy escurridiza, y estoy seguro de que no se perdería la boda de su amiga, así que haga bien su trabajo, ¡Y yo me encargaré de pagarle lo que me pida!— No habrá errores jefe, si ella se presenta no saldrá de aquí, todo el lugar está rodeado, no hay forma de que huya.Felipe había salido tras el pequeño Francesco junior, dejando a la pareja apenas en las puertas del elevador, y a Carmina con una rabiecita contenida por no haber podido sa
Allegra se detuvo en la escalera antes de la zona de la entrada triunfal de la novia, se recostó a un muro prudentemente con su hijo y su esposo falso y esperó a que la novia emergiera. Cuando Arianna hizo su aparición y la vio de pie en la escalera, esperándola no pudo contener las lágrimas, quiso abrazarla y agradecerle el esfuerzo de su presencia en el día más importante de su vida, pero no lo hizo, no la pondría más en riesgo, el cruce de miradas entre ambas amigas y las lágrimas a flor de piel lo dijeron todo entre ellas con el silencio que dice más que mil palabras. Allegra puso ambas manos sobre su pecho haciendo un corazón con ellas y Arianna asintió devolviéndole el gesto con prudencia y continuó su camino hacia el altar. Arianna escuchó las notas de la marcha nupcial y no podía creer que eran para ella, esta vez, era ella quien avanzaba sobre la larga alfombra roja, esta vez era ella la novia, Luca se puso de pie junto al sacerdote y se giró para ve
— ¿Y Francesco? — Allegra le preguntó al actor mirando para todas partes.— Tranquila, vi hacia donde corrió, iré por él, anda a felicitarlos y podremos irnos si quieres… — Le propuso mientras comenzaba a moverse hacia donde estaba el niño.— Gracias, será rápido…El móvil de Francesco vibró en su bolsillo.— ¡Diga! — Respondió con mal carácter.— Soy yo, ¿Dónde estás?— En Vernazza con Carmina, ¿Por qué?— ¡Dime la verdad!— ¿Qué pasa padre?, ¿Ahora me tratas como un crío?— ¡Estás en la boda de esa gente!Francesco se levantó de la silla y mientras los invitados comenzaban a agolparse a los lados de la alfombra y sobre todo cerca de la salida, é
Carmina sacudió la cabeza al escuchar a Francesco, en realidad no era lo que ella esperaba, la mujer no quería perderse el espectáculo, había soñado despierta con la imagen de Allegra Richi siendo aprehendida en plena boda, pero por el momento se alejaría de él y le daría su espacio para maniobrar, quizás desde el otro lado de la calle podría ver cuando los hombres de Giorgio Romano se la llevaran a rastras a la mujercita esa, con eso le bastaba… por ahora… — Está bien amor, si tienes planes personales, pues yo respetaré eso, pero recuerda que vinimos aquí a descansar, espero que la próxima vez me regales ese tiempo por entero a mí… — Le respondió actuando como si fuera absolutamente inocente de lo que estaba sucediendo, Francesco no podría ni imaginar que entre ella y Ginevra habían tramado todo aquello. — Gracias por entender, ahora si me disculpas alguien requiere por completo de mi atención, aunque no le gustará… — Dijo pasando, por un lado, de Carmina y subiendo las escaleras de