— Luca, creo que debemos llevarle a Allegra los documentos esta semana, ya es tiempo de que ella rehaga su vida, y ahí encerrada en la granja se le va a pasar su juventud, además, no sabemos qué pueda suceder, si por algún motivo no podemos acercarnos más a ella, o no estamos para ayudarla no podrá salir adelante con su pequeño sin que las autoridades se den cuenta de quién es.
Arianna estaba totalmente comprometida con ayudar a su amiga a cambiar de vida, incluso si eso significaba que cambiara de nombre, pero era lo mejor, para ella y para el bebé.
— Creo que es lo mejor, estoy de acuerdo contigo amor… — Dijo convencido — Pero también quiero que hablemos de algo importante Arianna… — A Luca se le atragantaron las palabras a mitad del camino, pero hizo fuerza para sacarlas pensando en Allegra, en todo lo que ella le había dicho.
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Fiorella bajó del auto y se quedó plantada por unos minutos ante el cuadro que tenía en frente.No fue capaz de mover un solo músculo, hubiera querido salir corriendo hacia él, pensó que lo haría, se lo había imaginado durante el último mes, pues era prácticamente en lo único que pensaba para no volverse loca con el tema de Ginevra en la cama de su marido.El parecido era intrigante, las facciones, sus ojitos, sus gestos, a pesar de nunca haberlos visto de su padre, el pequeño era la viva imagen de Francesco Romano, el niño despertó tantos sentimientos en el pecho de su abuela que la mujer apenas si pudo acercarse a él, despacio para no asustarlo.Jugaba con una pelota inflable, la lanzaba torpemente de un lado al otro y corría tras ella, apenas lograba mantener el equilibrio, seguramente hacía pocas semanas que había comenzado a caminar,
Allegra servía un vaso de limonada para su suegra cuando escucho el sonido de on motor de un auto acercándose.Soltó el vaso y la jarra y corrió para asomarse a la ventana.— Fiorella, dime por favor que no es uno de los Romano — Dijo alterada mientras intentaba ver el auto que se acercaba.— No, te juro por lo más sagrado que nadie lo sabe, nadie sabe en dónde estás, vine sola.— Pues alguien te siguió, como bien pudiste ver a la entrada de los terrenos de la granja hay un letrero que prohíbe el paso, aquí solo personas contadas con los dedos de una sola mano traen su auto hasta aquí.— Nadie me siguió, estoy segura de ello, debe ser alguien más.— Eso espero Fiorella, hemos vivido un año en este lugar, ¡Un año! Y no quiero más sorpresas, con la tuya el día de hoy es más que
— ¡Entonces no se diga más! Tengo entendido que tú eres muy buena abogada… me lo han dicho todos los que te han investigado — Admitió.Arianna no sabía si sentirse ofendida o halagada.— Me ha investigado entonces…— No te molestes, nunca lo hubiera hecho de no ser por la relación que tan cercana que tienes con Allegra.— Eso no cambia la realidad de haber sido investigada.—Te pido disculpas por eso, si de algo te sirve, todos hablan bien de ti, de tu profesionalismo y honestidad, y también de tu generosidad, de hecho, personalmente te debo mucho, haber hecho lo que hiciste con ella y luego con el niño es…— Lo hubiera hecho cualquiera.— No, eso no es cierto, no cualquiera lo habría hecho, solo una persona noble y con un gran corazón, alguien como tú.— Y como Luca — Le s
Carmina era bastante suspicaz y habilidosa para dar opiniones rimbombantes cuando era necesario y cuando le convenían, por supuesto que cualquiera que la hubiera escuchado la habría aplaudido, y le habría dicho a Francesco que eso exactamente era lo que él debía hacer, pero claro, alguien que no conociera el contexto de la situación,Francesco se dejó llevar una vez más por los placeres carnales que le ofrecía Carmina con intenciones ocultas, y trató de olvidar por un rato a Allegra, pero era difícil, sobre todo por el hecho de que la misma Carmina y su secretaria acababan de mencionarla. Además, no era difícil comenzar a hacer comparaciones entre ella y su conquista de paso, siempre lo hacía de manera inconsciente, y cuando se daba cuenta de ello, se recriminaba de inmediato.Los días se fueron sucediendo uno tras otro, dando paso a los planes d
A Fiorella no terminaba de gustarle mucho la idea, en realidad tenía la esperanza de que la chica dijera que al fin decidía no ir, pero después de lo que ella misma le debía no podía decirle mucho más allá de una pequeña recomendación, o a lo menos una opinión, pero nada más, en todo caso, si salía todo bien Allegra tendría un rato de paz, eso era bueno.— Entonces ve, pero cuídate mucho, no te descuides en ningún momento, y vas a tener que hacer algo de retoque con tu cabello, así que te traje unos tintes, secador y plancha para el cabello, y unos productos para alisar, también compre algunos vestidos, no cuál de ellos te sentará mejor, pero debes verte elegante pero no llamar mucho la atención, y en tu caso querida, eso es un poco difícil, así que a ver si con estos colores oscuros pasas más desapercibida.
Fiorella hizo las maletas desde el jueves, esta vez, Giorgio estaba muy intrigado por el tema de la boda, y esperaba que hubiera resultados con las investigaciones, le había dado aviso a la policía de lo que podría ocurrir durante el evento y aprovechó para decirle a sus tenientes de bolsillo que estuvieran presentes para aprehender a Allegra si se presentaba.Pero cuando Fiorella Salió con la maleta y la puso en la parte posterior de su auto a Don Giorgio se le encendieron las alarmas, ¿Sería acaso mucha casualidad que el lugar en donde su mujer había comprado la Villa y en donde pasaba los fines de semana desde hacía unos seis meses era el mismo en el que los novios contraerían nupcias?¡No, no podía ser verdad! ¿Acaso Fiorella sabía algo que él no? ¡Imposible!, ella no había defendido a esa lunática traidora, ¡Homicida de su pequeñ
Don Giorgio seguía cuestinandose dentro de su cabeza:— Será que Fiorella… ¡No! No puede ser, ella no es tan inteligente, ni tan suspicaz, no encontraría nada que tuviera en frente, ¡Y mucho menos a esa mujer que ha demostrado ser una auténtica harpía para mantenerse en las sombras durante tanto tiempo!Sacudió la cabeza para apartar esos estúpidos pensamientos de su mente, no tenía caso, su mujer era totalmente inofensiva, sabía todos los cuernos que le había puesto y, sin embargo, no había hecho nada hasta ahora, o eso pensaba él, que no estaba al tanto de que su mujer estaba desapareciendo su dinero, cambiando de manos sus propiedades y dejando todo en manos de terceros para dar la estocada final cuando fuera tiempo.También se había asesorado con abogados para que le calcularan el cincuenta por ciento de lo que le correspondía en
Allegra se levantó temprano esa mañana, atendió a los animales de la granja y dio instrucciones al señor que la ayudaba con esas labores, Don Anastacio, un caballero de avanzada edad que sabía de granjas y producción lechera, gallinas y esas cosas del campo.Un buen hombre, respetuoso y trabajador, y con quien el pequeño Francesco pasaba buenos ratos hablándoles a los animales, Don Anastacio le contaba cuentos de los patitos y le explicaba como nacían de los huevitos que cuidaba la pata.Allegra dejo al niño con el viejo un rato mientras atendía la comida y luego de que todos almorzaron y Don Anastacio se fuera, ella comenzó a mirar el reloj con insistencia. La chica que había contratado como niñera no aparecía por ninguna parte, la hora corría y estaba segura de que se le iba a hacer tarde.En vista de que la chica no daba señales de vida, deci