Capitulo 37
—YA DIJE QUE QUIERO VER A MI NIETA —grito Cortázar nuevamente, Patricia no sabía cómo calmarlo, había despertado con la idea que su nieta estaba muerta, no sabía nada de lo que había pasado después de su desmayo.

Pero sí estaba consciente de que su nieta estaba en muy mal estado tanto que podía morir en cualquier momento y Justo eso era lo que él estaba pensando.

—Lo llevaremos para que la vea, pero cálmese — habló la enfermera, tranquilizando un poco a Cortázar.

No pasó mucho tiempo cuando ya todos llegaban a la clínica, Soledad abrazó a su padre, agradeciendo verlo bien.

Aún no estaba preparada para ver morir a su padre, no en un momento donde también su hija estaba en un estado crítico.

—Señorita, queremos verla —Pidió Mario con súplica.

—Solo podrá entrar uno, los demás pueden ver desde la ventana —Habló la enfermera, todos se veían las caras, para ellos no había uno más importante, en el corazón de Marisol, cada uno tenía una parte especial, si faltaba uno, estaría incompl
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