Después de almorzar, nos quedamos un rato más recordando nuestros momentos vividos en la infancia. Las risas y las emociones reinaban entre nosotros, sus miradas eran tan dulces y sus palabras siempre lograban encajar a la perfección con la llama que se encendía en mi corazón.
—¿Sabes? —dijo de pronto, seguido de un suspiro y levanté una ceja con mucha curiosidad por lo que iba a decirme—. Tuve algunas novias y…
—No me extraña, eres muy guapo, romántico y dulce —interrumpí con una sonrisa.
—¿Ah sí? ¿Te parezco guapo? —cuestionó divertido.
Asentí y solté una risita nerviosa. Me sonrojé porque sus ojos se posaron en mis labios y mordió los suyos como si intentara controlarse.
—Bueno, déjame decirte que ninguna de mis relaciones funcionó —prosiguió
Los días siguientes fueron los mejores de mi vida. Al lado de Alex conocía la felicidad que se puede encontrar en cada instante; él me ayudaba a entender lo valioso de cada momento y, sobre todo, me amaba plenamente cada segundo.Era feliz.Éramos felices.No volví a saber nada de mi madre después de esa discusión en el hospital y tal vez era lo mejor por un tiempo, tanto ella como yo necesitábamos un tiempo para pensar y asimilar las cosas, yo la felicidad y ella, la frustración de que mi corazón le perteneciera a Alex.Mientras tanto, había decidido olvidarme de todas las cosas malas, para disfrutar con más libertad y menos culpabilidad mi noviazgo con Alex y redescubrir el amor junto a él. Intentábamos vivir al máximo cada ocasión juntos por más mínima que fuese.Aquella tarde calurosa decidimos ir a un lago cercano y dis
Las emociones se adueñaron de mi cuerpo y tuve que fijar bien mis zapatos al suelo para no caerme por la impresión. Me empezaba a llenar de mucha inquietud e impaciencia y el deseo de conocer la razón de haberme encontrado con su sorpresiva presencia me empezaba a atormentar con vehemencia.Observé cada hito en su cuerpo y ahogué un grito al ver que sí, efectivamente era él. Seguía usando las mismas pantuflas que le había regalado para Navidad hacía un par de años, las cuidaba tanto que aún parecían nuevas. Su cabello con matices grises me recordaba los años que iban pasando poco a poco y dejaban secuelas en su cuerpo y arrugas en su piel. Sus ojos brillaron al mirarme y una sonrisa radiante se dibujó en sus labios.Mi garganta se secó y las palabras se atoraron en el conducto que llevaba a mi boca. Había pasado los últimos diez minutos creando
Mis piernas se debilitaron de inmediato y el terror penetró con rudeza cada poro de mi piel, era como si el miedo calara en mis huesos y me hiciera paralizar cada músculo. Tragué saliva y sentí cómo pasó con mucha dificultad por mi garganta, quemándome con su gelidez.Una carcajada escalofriante resonó en medio de la oscuridad de la noche y de repente la silueta pasó de ser solo una sombra abstracta a tomar una forma humana, aunque realmente su aspecto parecía más una obra macabra y proveniente del mismo infierno; con esa sonrisa malévola y terrorífica en sus labios y esos ojos destiladores de veneno y maldad, se encontraba él; mi peor pesadilla.El viento sopló entre nosotros y mi piel se erizó aún más, el frío se perpetuaba por mi cuerpo haciéndome tiritar, aunque mucho de esa acción era parte del miedo y terror. El aud&ia
En un instante mis miedos se aliviaron y las mariposas se despertaron esperanzadas por ser libres y felices otra vez. De mis labios salió un suspiro de alivio al saber que no estaba sola. Esa voz había logrado apaciguar el frio en mi interior y amortiguar un poco el dolor que me provocaba el agarre de James en mi brazo; esa voz había logrado encender la chispa de mi corazón que me llevaba a sentirme segura y protegida, a salvo.Intenté girarme, sin embargo, James con su otra mano puso toda su fuerza en mi cuello, obligándome prácticamente a quedar con la cabeza ladeada y mi cabello ondeando con el viento nocturno. Sollocé entre lágrimas y sintiendo como mis piernas se empezaban a dormir, siendo corroídas por el hormigueo intenso que alertaba de que pronto podrían darse por vencidas y desplomar mi cuerpo.No tuve que esperar morir del dolor para poder encontrar alivio, porque cuando creí
Esas palabras calaron en mis huesos con una fuerza violenta y traspasaron mi alma con ímpetu, formando una tormenta descontrolada en mi interior, al mismo tiempo que mis pensamientos deliraban en medio del dolor profundo y mi respiración se volvía casi imposible de controlar porque tal vez por primera vez en mi vida, estaba sintiendo la traición en su forma más genuina y más dolorosa.Los brazos de Mell me intentaron frenar, pero mis pasos fueron más rápidos y pude alejarme un poco antes de que ella pudiera alcanzarme. Quería gritar, quería llorar, quería dejarme vencer por mis emociones y darle paso a la furia que con cada segundo crecía más en mis venas y me recorría hasta llegar a mi corazón.Sin saber cómo, mis piernas débiles y temblorosas me condujeron hasta la oscuridad, aunque no fue necesario adentrarme tanto entre los arbustos, porque la silu
El sonido de la alarma de mi celular me hizo despertar sobresaltada justo en el momento en que mi mamá me tapaba la nariz con un pañuelo. Abrí los ojos de inmediato y percibí el sudor surcando mi frente, la tela de mi pijama se había pegado a mi piel debido al sudor frío ocasionado por la conmoción provocada por el sueño terrible que había tenido. Respiré aliviada al ver que solo era una pesadilla y que no había nada malo ni oscuro en la habitación. En lugar de la oscura y fría noche de mi sueño, había una mañana esplendorosa, los rayos del sol entraban por el encaje de las cortinas mientras el sonido de los pajaritos alegraba el amanecer con su canto afinado. Aturdida aún por la pesadilla que estaba teniendo minutos antes, decidí levantarme para poder volver a la realidad y olvidarme un poco del cruel sentimiento que me había provocado ver a mi madre secuestrarme y reír de forma malévola. Tomé mi bata y cubrí mi cuerpo con ella, cada día me cerraba menos; de inmedia
Tragué saliva y miré mi reflejo en el espejo por sexta vez, mientras intentaba repasar mentalmente el discurso que había preparado. El color negro de mi ropa hacía resaltar el tono de mis ojos y el de mi piel. Usaba un vestido a la rodilla y ceñido al cuerpo que ayudaba a moldear mi figura de embarazada, mis hombros iban descubiertos y lucían un volado de doble capa que me encantaba ver en mi pecho y hacía un perfecto contraste con mis sandalias de plataformas que a su vez tenían un lazo de terciopelo en el mismo tono. Mi vientre se marcaba tan perfectamente, que mi figura me hacía sentir orgullosa de quien era a pesar de los rumores que de seguro despertaría por graduarme embarazada.Peiné otra vez mi cabello con los dedos y me enorgullecí al ver que iba natural, solo con mis ondas definidas gracias al trabajo hermoso de las chicas del salón de belleza. Los bucles cayeron en cascada so
Salimos de la habitación tomados de la mano, y en mi bolso iba la carpeta con el documento impreso de mi discurso. Para evitar que mi novio lo leyera, había decidido guardarlo dentro de mi cartera. Toqué la puerta de la habitación de Mell y después de esperar cinco minutos sin respuesta, volví a tocar, pero con más fuerza. Ella solo gritó que aún no estaba lista y que Javi la llevaría apenas terminara de maquillarse, así que decidimos irnos primero porque no queríamos retrasarnos más.La tarde era realmente hermosa. El cielo parecía sacado de una pintura, estaba teñido de una mezcla de colores naranja y rojizos. Amaba el ocaso, era de las mejores vistas que se podían disfrutar en la vida. En el cielo los últimos rayos del sol iluminaban el horizonte haciendo que los matices se mezclaran y formaran una preciosa combinación entre distintos tonos.