CAPÍTULO 31

Luego del almuerzo que me tocó pagar, fuimos hasta la panadería a pesar de que Mell no estaba de acuerdo, pero prometió apoyarme en las decisiones que tomara.

Me llamas cualquier cosa, ten el celular pegado a tí pidió mi amiga por décima vez.

Así lo haré, Mell —musité asintiendo con la cabeza.

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