Estaba en el hospital, hacía tres días que había llegado y mi padre seguía sin despertar, seguía en aquel sueño perpetuo del que los médicos dudaban si despertaría.
Todos estábamos muy afectados, sobre todo mi madre, pues los médicos no paraban de insistir en la opción de desconectarlo. Sabíamos que esa era la opción correcta, pues mi padre siempre había opinado de esa forma, que mejor morir antes de ser un estorbo para su familia, pero el decirle adiós, era algo realmente doloroso para nosotros.
Miré hacia la sala de espera, admirando a mi hermana y a mi cuñado, abrazados el uno al otro, intentando reconfortarse, intentando darse ánimos el uno al otro, mi cuñada abrazaba a mi hermano, intentando transmitirle paz, mientras yo miraba hacia la habitación donde mi padre
Mi padre despertó aquella semana, ante la alegría de todos, haciendo que la vida pareciese mucho más preciada y que el tiempo fuese mucho más valioso para todos nosotros.Acababa de llegar del hospital, donde nos habían comunicado que al día siguiente le darían el alta a mi padre. Me disponía a desnudarme para darme una ducha, cuando escuché mi móvil sonar, lo cogí rápidamente, esperando que fuese él, que fuese Kevin, pues llevaba toda la semana intentando localizarle, pero no había manera, siempre tenía el teléfono desconectado.Ana – comenzó una voz al otro lado del teléfono - ¿estás bien? – Preguntaba Han Tae Sang - ¿cómo está tu padre?Ya está bien, despertó el martes, pronto nos dejaran traerlo a casa.¿t&uac
Caminaba por los pasillos del hospital hacia la habitación de mi padre, junto a mi hermana, que no paraba de preguntar e insistir sobre la última llamada que había recibido, esa que había mantenido con el señor Miyagui…Pero no entiendo – comenzaba de nuevo, después de que le hubiese explicado, omitiendo algunos detalles, que el señor Miyagui, me había llamado para saber el estado de nuestro padre - ¿por qué te pusiste a llorar de repente?Me dio una mala noticia – le explicaba, sin dejar de avanzar por aquel largo pasillo, hacia la zona de las habitaciones del tercer piso – una niña muy dulce a la que conocí hace poco, murió.Vaya…- comenzó, sin saber muy bien que responder ante aquello – es realmente injusto cuando un niño peque&nt
Mi padre ya había vuelto a casa, había pasado una semana desde ello, y aún no tenía noticias de Kevin, ni siquiera sabía si volvería a verle, y aquello me mataba por dentro.Había decidido quedarme unos días, pues mi padre aún estaba demasiado débil para dejarle, incluso me estaba replanteando dejar mi trabajo en Nueva York y mudarme definitivamente a España, pues necesitaba pasar más tiempo con mi padre, antes de perderle.Recién ahora comprendía el significado del tiempo y de los momentos que pasar junto a un ser querido.Lian, también había decidido quedarse, ya que en su estado no podía hacer demasiados viajes, aunque James si tenía que volver al trabajo, pero me alegraba saber que podía contar con mi hermana.En cuanto a mi hermano había vuelto a C
Dormía con él abrazado a mí, sintiendo su rostro sobre mi frente, y su respiración sobre mis ojos.Moví la cabeza, sintiendo como la luz del sol que entraba por la ventana me incidía en los ojos.No había sido eso lo que me había despertado, si no unos golpes en la puerta.Ana, ¿estás visible? – Preguntaba mi madre, al otro lado de la puerta, haciendo que diese un salto de la cama y me lanzase contra la puerta para evitar que pudiese abrirla y me descubriese en la cama junto al supuesto atacante de mi padre.¡No! – Exclamé, mientras aguantaba la puerta para que no pudiese abrirla, y justo a tiempo, pues ella solía ser así, preguntaba, pero antes de esperar respuesta entraba en la habitación.Luis ha venido a verte, vístete y baja – me informaba mi
Mi madre, mi hermana y Luis le detestaban, tan sólo a Juan y a mi padre les caía bien. Y eso era todo un logro, pues él no salía caerle bien a casi nadie.Estábamos sentados en el salón, mientras todos charlábamos. Kevin estaba sentado a mi lado. Comencé a contar una anécdota donde Luis y yo éramos los protagonistas. Había sido al empezar en el cuerpo, cuando había olvidado quitarle el seguro al arma y la movía, como si fuese una caraca, intentando que el arma fuese.Todos comenzaron a destornillarse con aquello, como cada vez que lo contaba, mientras notaba la penetrante mirada de Kevin en mi rostro.Nunca lo habría imaginado – comenzó, sin dejar de mirarme, haciendo que todos mirasen hacia él, y dejasen de reírse – siempre sueles ser tan profesional en el trabajo – aseguró, haciendo que todos nos mi
Hablaba con Kevin en el aparcamiento, parecía totalmente fuera de sí, ante la sola idea de que yo sintiese algo por Luis…Me tenía fuertemente sujeta, no podía soltarme – le explicaba, mientras él me escuchaba con atención, pues quería saber por qué no le había impedido a aquel capullo que me besara.¿sientes algo por él? – me preguntó, mientras se acercaba a mi despacio, al mismo tiempo que yo negaba con la cabeza, y él me agarraba del rostro y apoyaba su frente en la mía, tragando saliva, nervioso – esta vez no puedo compartirte con otro. - Aclaró, mientras yo sonreía al escucharle decir aquellas palabras, no podía evitarlo, pues acababa de abrirme su corazón de nuevo. - ¿de qué te ríes? – preguntó frustrado, mientras yo negab
Acabábamos de volver a Nueva York, pues mi padre había insistido en que debía marcharme, seguir con mi vida, aseguraba que siempre podía volver en vacaciones o incluso en navidad. Acepté a regañadientes, ya que una parte de mí sentía que debía quedarse junto a mi progenitor, pero Olivares no dejaba de insistirme en que debía volver al trabajo, así que no me quedaba de otra.Llegué a casa, y lo primero que hice fue recoger a mi pequeño perro, el cual había dejado con una vecina en mi ausencia. Parecía realmente feliz de verme en casa.Dejé las llaves sobre la mesita del recibidor y corrí al salón, para luego sentarme sobre el sofá, la verdad es que estaba agotada del viaje.El día fue bastante tranquilo, fui a pasear un rato, justo después de recoger la casa, limpiar, y ducharm
La música volvió a sonar, haciendo que algunos volviesen a bailar, pero había un montón de chicas acosando a Key.Será mejor que vayas a ayudarlo – decía hacia mí Paul, haciendo que me volviese a saludarlo – ve a ayudarle.¿a ayudarle?Cómo él te ayudó cuando les dijo a todos que se acostaba contigo – aseguró, haciendo que mi compañero y Meryem mirasen hacia él sorprendidos por aquella nueva revelación – lo hizo para que Marcus no se echase sobre ti, ahora deberías devolverle el favor.Caminé hacia él, sin tan siquiera responder a Paul, abriéndome paso entre la multitud de chicas que querían besarle y tocarle.Deberíais dejarle – comencé, llegando hasta él, mientras é