ADVERTENCIA: Capítulo un poco fuerte para mentes sensibles, solo apta para mayores de 18 años.
Cinco días después. Caden observaba el traje de novio que se encontraba sobre su cama, no podía evitar la oscuridad que sentía al imaginarse caminando con Miriam hacia el altar. Esa era la tortura más dolorosa que su familia le había impuesto, pero lo más relevante era tener que alejarse de Angelina y que su arrogancia no le permitiera darle la cara. Decirle esa verdad era como reconocer que todo había terminado; la promesa de su amor y eso estaba muy lejos de hacerlo, aunque tuviera que pasar por muchas pruebas, esto pasaría a la historia como un sacrificio humano para su supervivencia. Luego él pasaría facturas. Tomó el traje de mala gana y empezó a ponerlo, cuando faltaba poco para terminar su arreglo tocaron a su puerta. Caden abrió la puerta y vio a su abuela que no sabía cómo abordarlo, aun así, Jazmines le sonrió a su nieto, él la dejó pasar. —¡Eres el novio más atractivo que he visto en toda mi vida! Y vaya que he vivido largos años. —Un novio que se casará con la novia e
La tortura del baile había concluido y, en su lugar, se suscitaron los brindis y agradecimientos de la familia y los allegados. Caden intentó otorgar su sonrisa más efectiva, no obstante, a pesar de su esfuerzo, no le resultó posible. Era incapaz de adquirir convicción, y se encontraba en estado de vacío. Por lo tanto, bebió todo lo posible para mantener su falsa. El doctor Stanley lo extrajo de su estupor y lo apartó de los invitados.—Está bebiendo mucho, estimado amigo, y la gente lo nota.—¿Un hombre no puede embriagarse de felicidad en su propia boda? —las palabras de Caden eran sarcasmo puro. El doctor Stanley comprobó que Caden estaba muy alterado y decidió quitarle la copa.—Mañana te vas de luna de miel y debes estar tranquilo. A pesar de que no lo puedas ver, te casaste con una mujer hermosa.—Iré a una luna infernal; en cambio, sus ojos colega Stanley evidencian que Miriam ha experimentado una sensación de cautividad en usted.—No soy ciego y me gusta admirar lo hermoso. Po
Caden y Miriam habían marchado a la nueva mansión, en todo el trayecto él no le dirigió la palabra a Miriam, ni siquiera había volvió a verla. Aquella actitud logró herirla, ella aún tenía la esperanza de conquistar a su apuesto esposo. Después de bajar del carruaje, Gilbert abrió la puerta y ayudó a bajar a Miriam. Ella permaneció de pie esperando a que Caden bajara del carruaje, pero al hacerlo Caden le pasó, por un lado, y la dejó parada sin dirigirle la palabra. Miriam entró a la mansión con rabia.—«Saludos cordiales, estimados, señores» —expresó el Mayordomo, quien se encontraba enfrente de varios sirvientes que se encontraban capacitados para recibir al nuevo matrimonio.—Lleven a la señora Greenwood a la habitación principal —manifestó Caden—.—Como usted diga, señor —dos sirvientas subieron el equipaje de Miriam y la acompañaron.—Los demás puede ir a descansar —. Después de que el resto de la servidumbre se marchara, Caden fue al bar, tomó una botella de Brandy, y luego subi
Un mes después. Las lágrimas de Angelina parecían haberse evaporado, pero el dolor persistía en el lugar, ella a pesar de su tristeza había decidido tomar el consejo que su madre le había brindado, así que se dedicó a vivir con plena actividad. Clara siempre le aconsejaba que descansara para que no se enfermara, pero Angelina hacía caso omiso, su deseo era olvidar, no quería reflexionar, necesitaba alejar a los Greenwood de su mente, especialmente a Caden. Martina había ido de visita a la tienda y Clara le ofreció trabajo otra vez, Martina aceptó, ya que no soportaba las groserías de Alyssa y Liza.—No te imaginas lo desagradable que me sentí por lo de Angelina —Clara apoyó su mano sobre la de su amiga.—No es tu culpa, lo que tenía que pasar paso.—Liza y Alyssa han sido extremadamente crueles, no pierden tiempo para atormentarme, pero ellas no pueden lidiar conmigo. Me resulta doloroso lo que le hicieron a tu hija, Clara. ¿Cómo ha estado Angelina?—Ha tenido días mejores. Sigue m
El desespero de Caden era genuino.—Debes permitirme que te explique —la voz del hombre fue apremiante.—No deseo que me expliques ningún tipo de información. Un día escuché tus palabras y resultaron engaños, no voy a permitir que vuelvas a reírte de mí —Angelina experimentaba como la rabia le encendía las mejillas, su corazón latía con fuerza, pero trato con todas sus fuerzas de controlar esa ferocidad.—Angelina, no tienes idea de la rabia que experimento —manifestó Caden mientras volvía a acercarse —¿Crees que fue sencillo quedarme sin ti? «En estos días, mi existencia ha sido una lucha» —reiteradamente, los brazos de Caden apresaban a Angelina.—¡Suéltame! —le volvió a exigir, Caden esta vez hizo lo que ella le solicitaba.—¡No te atrevas a tocarme nunca más! —exclamó y la mirada se le empañó. Luego giró y trató de huir lo más pronto posible, pero Caden la detuvo una vez más interponiéndose en su camino. Podía sentir que él, al igual que ella, se sentía atormentado; era su desespe
Arianna.Días después. La residencia de Londres había dejado en un estado de atención a Arianna, quien la observaba con gran deleite al contemplar el amplio salón que ofrecía la lujosa morada. Mientras la miraba, imaginó que Michael estaba danzando con ella. Cerró los ojos y recordó la promesa que él le había prometido, sin embargo, esa emoción se eclipsó cuando recordó una de las circunstancias. Michael había informado que, previo a la toma de dicha decisión, debía observar a Angelina. En consecuencia, experimentó la necesidad de investigar sobre dicha dama, ya que ella debía conocer previamente a su rival y su anhelo no se hizo esperar. Él caminó apresuradamente hacia el despacho donde se encontraba su tía. Emilia había reunido al mayordomo y ama de llaves para comenzar a planificar parte del gran festejo. También había mandado a llamar a muchas personas reconocidas por su trabajo en planificación de recepciones, que se encargarían de hacer de aquella celebración algo inolvidabl
—¿Por qué estás despierta? —preguntó Clara a Angelina.—La misma interrogante planteó a ustedes, ¿Cuál es la causa de su jornada laboral tan tarde?—Ese atuendo pertenece a una clienta sumamente importante y es mi sueño que pueda tener un efecto maravilloso.—Siempre haces vestidos bonitos sin necesidad de trasnocharte.—Este cliente merece la pena todo mi esfuerzo.—¿Podría verlo?—No, hija, es mi intención que veas la pieza ya finalizada —Angelina no hizo ningún comentario en ese momento.—Deberían descansar, mañana tendremos mucho trabajo. Mamá, desde que Branimir nos visitó, te has quedado aquí en el taller hasta altas horas de la noche con ese vestido que estás produciendo. Dime, ¿Ese era el otro traje que empezaste a confeccionar cuando también confeccionabas mi vestido de novia? —las palabras finales de la oración causaron dolor en Angelina, no quería recordar ese momento.—Si hija es el mismo, pero aún le falta mucho y el tiempo se acorta.—No deseo que te enfermes, o tal vez…
Arianna había decidido darse una vuelta por la tienda de la madre de Angelina, solicitó permiso a su tía para usar uno de sus carruajes. Emilia, por su parte, no quiso enfrentarle la adversidad, era preferible no reprimirla y permitirle que luchara por el hombre que amaba, aunque eso auguraba dolor y muchas noches de insomnio y lágrimas.—Te deseo toda la suerte, querida. Ojalá tengas mejor suerte que la mía. —expresó con total sinceridad la duquesa. Arianna observó en los ojos de su tía que existía temor, advirtió que la duquesa madre no quería que ella saliera lastimada, no solo por el hecho de que Michael sintiera un profundo agradecimiento hacia esa mujer llamada Clara, sino también por la profunda ruptura que existía entre él y ella. A pesar de que Michael la tratara con respeto, aquellos ojos azules le evocaban la verdad de su ser, y le expresaban su desprecio y dolor. La duquesa observó desde el balcón cómo Arianna salía de la propiedad en uno de los carruajes. Se aseguró pe