El desespero de Caden era genuino.—Debes permitirme que te explique —la voz del hombre fue apremiante.—No deseo que me expliques ningún tipo de información. Un día escuché tus palabras y resultaron engaños, no voy a permitir que vuelvas a reírte de mí —Angelina experimentaba como la rabia le encendía las mejillas, su corazón latía con fuerza, pero trato con todas sus fuerzas de controlar esa ferocidad.—Angelina, no tienes idea de la rabia que experimento —manifestó Caden mientras volvía a acercarse —¿Crees que fue sencillo quedarme sin ti? «En estos días, mi existencia ha sido una lucha» —reiteradamente, los brazos de Caden apresaban a Angelina.—¡Suéltame! —le volvió a exigir, Caden esta vez hizo lo que ella le solicitaba.—¡No te atrevas a tocarme nunca más! —exclamó y la mirada se le empañó. Luego giró y trató de huir lo más pronto posible, pero Caden la detuvo una vez más interponiéndose en su camino. Podía sentir que él, al igual que ella, se sentía atormentado; era su desespe
Arianna.Días después. La residencia de Londres había dejado en un estado de atención a Arianna, quien la observaba con gran deleite al contemplar el amplio salón que ofrecía la lujosa morada. Mientras la miraba, imaginó que Michael estaba danzando con ella. Cerró los ojos y recordó la promesa que él le había prometido, sin embargo, esa emoción se eclipsó cuando recordó una de las circunstancias. Michael había informado que, previo a la toma de dicha decisión, debía observar a Angelina. En consecuencia, experimentó la necesidad de investigar sobre dicha dama, ya que ella debía conocer previamente a su rival y su anhelo no se hizo esperar. Él caminó apresuradamente hacia el despacho donde se encontraba su tía. Emilia había reunido al mayordomo y ama de llaves para comenzar a planificar parte del gran festejo. También había mandado a llamar a muchas personas reconocidas por su trabajo en planificación de recepciones, que se encargarían de hacer de aquella celebración algo inolvidabl
—¿Por qué estás despierta? —preguntó Clara a Angelina.—La misma interrogante planteó a ustedes, ¿Cuál es la causa de su jornada laboral tan tarde?—Ese atuendo pertenece a una clienta sumamente importante y es mi sueño que pueda tener un efecto maravilloso.—Siempre haces vestidos bonitos sin necesidad de trasnocharte.—Este cliente merece la pena todo mi esfuerzo.—¿Podría verlo?—No, hija, es mi intención que veas la pieza ya finalizada —Angelina no hizo ningún comentario en ese momento.—Deberían descansar, mañana tendremos mucho trabajo. Mamá, desde que Branimir nos visitó, te has quedado aquí en el taller hasta altas horas de la noche con ese vestido que estás produciendo. Dime, ¿Ese era el otro traje que empezaste a confeccionar cuando también confeccionabas mi vestido de novia? —las palabras finales de la oración causaron dolor en Angelina, no quería recordar ese momento.—Si hija es el mismo, pero aún le falta mucho y el tiempo se acorta.—No deseo que te enfermes, o tal vez…
Arianna había decidido darse una vuelta por la tienda de la madre de Angelina, solicitó permiso a su tía para usar uno de sus carruajes. Emilia, por su parte, no quiso enfrentarle la adversidad, era preferible no reprimirla y permitirle que luchara por el hombre que amaba, aunque eso auguraba dolor y muchas noches de insomnio y lágrimas.—Te deseo toda la suerte, querida. Ojalá tengas mejor suerte que la mía. —expresó con total sinceridad la duquesa. Arianna observó en los ojos de su tía que existía temor, advirtió que la duquesa madre no quería que ella saliera lastimada, no solo por el hecho de que Michael sintiera un profundo agradecimiento hacia esa mujer llamada Clara, sino también por la profunda ruptura que existía entre él y ella. A pesar de que Michael la tratara con respeto, aquellos ojos azules le evocaban la verdad de su ser, y le expresaban su desprecio y dolor. La duquesa observó desde el balcón cómo Arianna salía de la propiedad en uno de los carruajes. Se aseguró pe
Arianna ingresó a la tienda de Clara sin tener en cuenta que Michael había notado su talento. La dama, al observar los diseños exclusivos que decoraban las vitrinas con estilo y elegancia, tuvo que aceptar la realidad de que la tienda presentaba un gran estilo. Al examinar esos detalles, supo que Angelina no sería la personificación definitiva de la pobre niña hija de una sirvienta. Mientras caminaba observando y detallando cada pieza de la colección de los vestidos y accesorios que ofrecían, Amelia se le acercó para atenderla:—Hola, señorita, ¿cómo puedo ayudarla?—Me gustaría probarme el atuendo que se encuentra en el mostrador, el de color lila claro.—respondió Arianna con una sonrisa amable.—Lo traeré de inmediato —cuando Amelia pretendía salir a buscar el traje, Arianna la detuvo.—¿Considera que sea de mi rango? Siempre he tenido a una modista que me hace los trajes a la medida, pero en realidad me he enamorado de ese vestido —Amelia sonrió.—A no se inquiete, señorita, de no
Arianna llegó en silencio a la mansión. Jaime, el cochero que le había asignado su tía, la acompañó hasta la entrada de la residencia con el paquete que contenía el vestido. Luego, se lo entregó a uno de los sirvientes que abrió la puerta para dejar entrar a Arianna. Otra mucama se presentó para recoger el sombrero y el abrigo de la mujer. Una vez más tranquila y después de haber entrado en calor, hizo ademanes de subir las escaleras para ir hasta donde su tía y contarle sus apreciaciones sobre Angelina, pero sus deseos fueron frustrados cuando una segunda mucama llegó a la sala para avisarle que el duque la esperaba en su despacho.Arianna caminó hacia el despacho, mientras caminaba por los amplios y decorados pasillos, no podía dejar de pensar en Angelina, aquella joven que se había comportado de forma hospitalaria con ella en el instante en que sintió desfallecer, entre esos pensamientos llegó a la puerta y ahí se detuvo.—No puedo reflexionar en Angelina con gusto porque ha sido a
Una vez más, las lágrimas acompañaban a Angelina, las rosas azules e invernales continuaban apareciendo debajo de su ventana, Caden las dejaba ahí como un recordatorio de su amor, un amor que la estremecía. —Si me amabas, ¿por qué no luchaste por mí? —hablaba consigo misma mientras contemplaba la rosa azul. Experimentó tanta tristeza y rabia que ni siquiera el encuentro con Branimir y la felicidad de su madre lograron sofocar por completo el estruendo que experimentaba. Esa ansiedad que surgía de pronto sin ser invitada y la consumía llena de desespero y dolor estremecedor, había momentos en los que sentía que perdería la cordura, entonces regresaba al trabajo para olvidar su dolor, ¡Caden Greenwood no merecía ni una sola de sus lágrimas! Angelina optó por eliminar sus emociones hacia él, y las imágenes de su matrimonio con Miriam Hamilton la volvió a desconcertar. Caden le había arrancado el orgullo, su engaño la había trasladado a la realidad, una realidad que no había sido posib
—Esta invitación ha llegado hoy. Es del duque de St. Moritz, que ha tenido la gentileza de invitarnos a su baile que se efectuara en dos semanas. —Caden tomó la invitación y Miriam procedió a tomar la vuelta para abandonar la sala; sin embargo, Caden la retuvo y la tomó del brazo. Miriam giró con temor y Caden observó en sus ojos que se encontraba en una situación defensiva. Posteriormente, elevó la mano de su esposa para besarla. La mujer persistía en su indiferencia, no podía creer que Caden estuviera mostrando gestos afectuosos hacia ella, supuso que algo quería, sin embargo, ella no iba a caer en su juego. Caden solicitó a los empleados que se marcharan para descansar, debido a que por aquella noche ya no necesitarían de sus servicios.—¿Cómo fue tu día en casa de mis padres? —le preguntó mientras leía la invitación.—Bien, Alyssa y tu madre son muy buenas personas conmigo.—Mientras más ceros haya en la cuenta bancaria de tus padres y más poderosa sean las raíces del linaje, por