Michael y su tío William fueron escoltados hasta una de las propiedades de Londres del Duque. Michael, al ver la propiedad, sintió una ira que le atenazó la garganta. Aquella imponente mansión rodeada de bellos y majestuosos jardines no merecía la muerte de su madre. William percibió la tensión de su sobrino y, en señal de apoyo, puso una mano en su hombro.—Tienes un lugar aquí, y no olvides que yo no te abandonaré, eres el único hijo de Benedict.—Su ilustre señoría querrá decir —respondió Michael con sarcasmo.—Michael, eres su sucesor —William se acomodó en el asiento del carruaje y tomó una bocanada de aire. Miró a Michael y continuó hablando.—Sobrino, sé que enfrentarás un difícil camino en los próximos días.—¿Ocurre algo de lo que no estoy enterado?—Tu padre está enfermo, Michael, y por lo que me contó en su carta creo que le queda poco tiempo —Michael sintió el peso en sus espaldas y vio con claridad su destino frente a él.—Ahora lo entiendo todo.—No, Michael todavía n
El duque permanecía con los ojos abiertos, Michael quiso cerrárselos, pero la duquesa, con ira, se interpuso entre Michael y su padre.—¡Era mi esposo, yo seré quien cierre sus ojos!—Uno de los médicos intervino: «Mi señora». — permita que sea su hijo quien lo haga, el duque estaba muy ansioso por verlo, llegar a sobrevivir esperando a que él llegara —la duquesa vio con molestia al médico mientras Michael sentía agonía en su corazón, sintió en aquel toque de su padre que su amor era genuino. Luego vio a Emilia directamente a los ojos y no vio en sus ojos lágrima alguna, así que se interpuso nuevamente y cerró los ojos de su padre.—El tiempo de reencontrarse con mi madre ya ha llegado, yo lo perdono —la duquesa no dijo nada, pero Michael sintió su veneno impregnando la habitació
II PARTE “Yo misma le abrí a mi amado, pero él ya había desaparecido. ¡El alma se me fue detrás de él!, ¡Lo busqué, y no lo encontré, lo llamé y no me respondió!” Londres 1888. Angelina estaba sentada frente a la hermosa peinadora que su madre le había regalado; peinaba con cuidado su larga cabellera cobriza oscura, dándole forma a sus puntas onduladas. Después de cepillarlo, lo recogió en un moño alto y colocó la peineta en forma de mariposa de color azul que le había regalado Caden. Aquel recuerdo ya no la atormentaba, todo lo contrario, esas amarguras habían pasado al olvido. Desde que su madre abandonó la mansión Greenwood y estableció su taller, las cosas mejoraron para ambas. Clara se había convertido en una modista respetada gracias a su talento. Su empresa había prosperado tanto que tuvo que contratar a cuatro asistentes, incluyéndola a ella. Angelina se sentía orgullosa de su madre, que luchó incansablemente. Su padre, desde el más allá, les dejó una pequeña cantidad de d
Caden Greenwood fue asaltado por una repentina nostalgia hacia Angelina, hacía ocho años, que no sabía nada de ella. —Debía de tener 21 años. ¿Cómo sería de aspecto? —se preguntó a sí mismo. —Su madre no era fea. —Continuó con sus pensamientos. Él recordaba perfectamente a Clara; suspiró y volvió a mirar por la ventana recordando la poca información que había reunido. Solo sabía que Clara había establecido un taller de costura, pero nunca se le dijo la ubicación. Quizás estaba en la misma zona de la ciudad donde se encontraba la mansión de su familia, sin embargo, a él le pareció poco probable debido a sus condiciones sociales. Otro suspiro salió de su garganta, ahora vivía en Edimburgo, separado por seis horas de su residencia en Londres. Caden ya casi había terminado su té, dio otra mirada a la ventana; la niña aún seguía ahí con su madre, evocando los recuerdos de sus años pasados. Ahora comprendía que él había amado a Angelina sin importar que fuera la hija de la criada, esa ni
— Marie, por favor acercarte, necesito tener algunas palabras contigo —Marie se acercó calmadamente secando las manos en el delantal. —Dígame joven ¿Para qué soy buena? —Marie, quisiera hacerte unas preguntas y deseo que esta conversación quede entre nosotros dos. —Así será señor. —Marie quiero saber de Clara y Angelina, ya son nueve años de no saber de ellas y es mi deseo verlas —Marie no pudo reprimir su sorpresa, él lo notó y le regaló una gran sonrisa, la mujer pudo ver el brillo en sus ojos y supo que si mentía estarían en problemas. —Ellas están muy bien, las dos se dedican a diseñar vestidos y les ha ido muy bien. —Si eso lo sé, me entere a través del periódico; ahí colocaban la dirección de la boutique —Marie sintió calma al saber que por ella no se descubrió la ubicación del local, aun así, Marie sabía que Caden lo sabría. —¿Angelina está casada? —No, señor, ella sigue soltera —Caden no pudo disimular su alegría y Marie se preocupó, ella sabía que Caden representaría
Arianna caminaba acompañada de la duquesa, siendo escoltada hasta el interior de la mansión de París, donde se encontraba Michael.Emilia (la duquesa madre), a pesar de tener una relación bastante difícil con su hijastro, hizo todo lo posible para que su familia se mantuviera unida. Lamentablemente, la duquesa había sido atormentada por la mala fortuna, su útero quedó estéril después del embarazo traumático que casi le cuesta la vida. Aquellos recuerdos todavía causaban dolor a Emilia, quien tuvo que resignarse a ver cómo su joven vientre se marchitaba, quedando como único heredero de Benedict su hijo bastardo con Claudia Wiggins. Emilia sentía su corazón comprimido por cada doloroso recuerdo. En numerosas ocasiones intentó ahogar su orgullo para que Michael la aceptara, pero eso le resultaba imposible. A duras penas, Michael y ella sostenía
El sábado había llegado, por lo que Angelina se levantó y fue al baño a lavar sus dientes y cara. El olor del té ya se colaba en su habitación, así que se apresuró para ayudar en la preparación del desayuno. Deseaba desayunar huevos, beicon y pan tostado. Se estaba secando la cara cuando oyó un golpe en la ventana, y se apresuró a verificar qué lo había causado. Un ave pequeña yacía caída en el alféizar de la ventana. Angelina abrió la ventana y tomó a la pequeña ave, notó que aún respiraba.—Pobrecita —dijo, sosteniendo el ave entre sus manos, con tristeza al ver que aún se movía con dificultad. El fuerte impacto lo había dejado muy mal, Angelina trató de no manipularlo mucho para no hacerle más daño, tomó una pequeña caja que estaba cerca y colocó la avecilla herida dentro con sumo cuidado.—Voy a dejarte aquí… espero que descanses y te recuperes, te prometo que cuando estés mejor te dejaré libre. —Angelina hizo unos orificios a la caja y dejó ahí al pequeño pájaro para que se recu
Una vez fuera de la tienda, Caden ofreció su brazo a Angelina; ella dudó un momento antes de aceptarlo, pero finalmente lo hizo por cortesía. En Caden, el sentimiento era distinto, deseaba abrazarla fuertemente por el reencuentro. Los dos entraron en la acogedora tetería y se sentaron. Caden pidió dos tés, mientras traían su pedido. Caden se quitó el sombrero y se lo entregó al mesero junto a su abrigo y el de Angelina. Ella le sonrío. —¡Cómo pasa el tiempo! Ahora que eres médico, no puedo evitar sentirme sorprendida. —Caden simplemente la observó, reflexionando y descubriendo que siempre se había contenido para ella sin ser consciente de ello. Lo confirmaba mientras la miraba a los ojos, tan hermosa e inalcanzable. Su corazón latía con rapidez, lo que lo hizo sentir inseguro. En su interior, se preguntaba si sería bueno que una mujer tuviese tanto poder nefasto y grande sobre él, hasta el punto de hacerlo desear ser su esclavo. Por otro lado, a Angelina le sorprendió que no le mo