MI HADA DE HIELO

--¿Entonces se lo dirás? Hay por Dios, quiero estar allí, quiero verlo, pero sé que no lo harás si me ves, así que esperaré desde lejos, pero primero me comportaré… --si una pequeña lista al escucharla, en lo que observé la carta de aceptación en mi escritorio y di un gran suspiro.

--Sí… Hoy se lo confesaré, hoy le diré que estoy enamorada de él, desde hoy dejaré de ser la pequeña hermana menor de su mejor amigo y seré oficialmente su admiradora, él ahora me verá como una chica, ¿Lo hará verdad? Me verá como a una mujer… --observe los ojos avellana de mi amiga Barbie y esta sonrió con tranquilidad mientras que me ayudaba con mis rizos rebeldes acomodándolos detrás de la oreja.

--Claro que sí, ya tienes quince años, ya es hora de que dejes de ser una niña para él, solo nos llevan tres años, no es para tanto… ¿Tú que cree Megan? Estoy segura de que estará encantado con que al fin Lea se le confiese --las dos observamos a mi prima Megan, esta parecía estar algo nerviosa, parecía estar teniendo problemas con algo en concreto.

De hecho llevaba ya varios días en aquellas circunstancias, decía que estaba inquieta por el hecho de que la universidad a la que se había inscrito le había cambiado algunas clases y su primer semestre era un total desastre, nosotras no sabíamos de qué se trataba, pero ella simplemente se levantó me dio una media sonrisa y salió sin más, sin duda alguna era muy extraña, pero no importaba, hoy yo me confesaría, sería esta noche, el día de mi cumpleaños, sería el primer día de muchos en los que espero poder ser feliz, sin duda así seria.

--¿Ya le dijiste a tu familia sobre la beca en suiza? Esa carta, según creía, era lo que más esperabas, terminar tus estudios en Suiza, poder ser la patinadora que siempre soñaste, eso es algo que no todos los días lo consigues… --de nuevo mi mirada se fue hacia la carta de admisión y di otro de los miles de suspiros que había dado en aquella noche y desde que encontré aquel sobre en la puerta de mi entrada no había dejado de rondar en mi cabeza.

--Sí lo sé… Pero… ¿Y si él quiere una relación conmigo? ¿Y si a él no le importa lo que piense mi hermano y nuestra familia? No puedo perder la oportunidad, algo me dice que él me quiere también, que solo está esperando el momento y si yo desaprovecho esta oportunidad con él yo…

--¿Y qué hay de tu sueño de ser la mejor patinadora del mundo? ¿Ese no es tan importante como el de ser la novia de Anakin? --Anakin, ¿Cuál de esos dos sueños era más importante? ¿Mi beca o el chico del que he estado enamorada toda mi vida? ¿El amor o mi futuro? Que difícil decepción.

--Eso lo veremos sobre la marcha…

Di un gran suspiro y me levante como un resorte del lugar, sin importarme la mirada de sorpresa de Barbie y camine hacia la salida, en lo que le susurre un, deséame suerte a mi mejor amiga, y esta hizo una seña de fuerza muy a las novelas coreanas en las que nos desvelábamos viendo en el poco tiempo libre que tenía, por lo que cuando la música del lugar me invadió y la luces tenues se volvieron un problema para mí comprendí que la fiesta había iniciado sin la anfitriona, era muy común, mi hermano y su mejor amigo eran los más populares, eran listos, hermosos y muy dominantes, era más que obvio que el ochenta por ciento de los presentes no estuviesen aquí por mí.

Pero entonces observe hacia el fondo y allí estaba él, complemente hermoso, brillante de principio a fin, su gesto lleno de coquetería y su expresión tan masculina a pesar de solo tener dieciocho años, ese chico me tenía enamorada desde que tenía memoria, yo estaba más que encantada por él, por esa razón cuando su mirada se centró en mí y me examino con aquellos ojos de colores distintos, sentí que mis mejillas se tornaban de un color rojo y me sentí en las nubes, mientras caminaba hacia él y mi corazón latía como un tambor que de no ser por la música a todo volumen él podría escucharlo.

--Feliz cumpleaños, mi querida hada de hielo… He de decir que estoy más que encantado con el hecho de que cada vez te ves más hermosa… Y por eso te tengo un regalo… --su acento tan distinto al nuestro, su mano que ahora poseían un hermoso collar de piedras preciosas que parecía ser un corazón e iluminaba con todo su esplendor ante la luz del lugar.

--Es hermoso… Yo… Yo no tengo algo que decirte.

--Ah… Ah primero debo ponerlo en tu cuello y luego me dirás lo que desees, hoy cumpliré todos tus deseos, no todos los días, mi pequeña hada cumple años… --mis mejillas aún más coloridas se tornaron de rojo, más al sentir sus manos con delicadeza en mi cuello, mientras parecía estar dispuesto a rozar sus dedos contra mi piel.

--Anakin… Yo… Yo tengo algo que decirte…

--Anakin… Debemos hablar… --y justamente cuando estaba dispuesta a decirle los deseos más profundos de mi corazón, Megan apareció frente a nosotros con una mirada algo apenada y haciendo que Anakin mostrara una sonrisa de lo más seductora que tanto ella como yo nos quedamos con las mejillas coloradas y a punto de soltar un suspiro.

--Claro… ¿Aquí o en otro lugar? --¿Qué deseaba hablar ella con él? Mi prima sabía muy bien que yo tenía planes con Anakin, la verdad es que eso me molestaba mucho, pero a ella sin importarle nada solo hizo un gesto con la cabeza y se lo llevó de mi lado, aunque yo deseaba tener el tiempo para que él escuchara mi confesión --Nos veremos más tardes y escucharé eso tan importante que debes decirme, feliz cumpleaños mi hermosa hada de hielo ¿Ya te dije que eres una de las personas más importantes en mi vida? --aquella pregunta me descoloco machismo.

--No… Es curioso que lo digas, ¿Ocurre algo? --en su mirada había algo, algo más, pero de inmediato fue cambiada y sus ojos mágicos solamente se mostraron anhelado y sin el mínimo ápice del antiguo sentimiento que había visto hacía unos momentos.

--Solo quería que supieras, quería que tuvieras presente, que no importa lo que nos ocurra en el futuro, lo que pueda llegar a separarnos o a unirnos, siempre, pero siempre serás muy importante para mí, siempre serás mi bella hada de hielo… --aquello parecía una despedida, seguramente él notó mi desconcierto --Solo estoy siendo dramático, ¿Qué puedo hacer? Un día eres una pequeña niña que sueña con ser patinadora y al otro ganas las estatales y ahora representaras el país, estoy siendo algo dramático. Nos vemos luego y te escucharé…

No tuve tiempo de decir nada más, Anakin se había marchado, la fiesta continuaba y mi hermano no se mostraba en lo más mínimo, por lo menos en unos quince minutos, en los que lo encontré arrinconando a una chica a la que se le estaba comiendo la boca y tocando en partes que jama imagine que podría hacer, era asqueroso, mi amiga Barbie estaba bailando en la pista de baile improvisada que mis padres habían puesto para nosotros y Anakin no tenía ni la más mínima muestra de aparecer al igual que Megan, pero entonces lo vi, él estaba siendo arrastrado de la mano por Megan, ellos sonreían con picardía y sin más se habían encerrado en la habitación de mi hermano.

Juro por Dios que deseaba solo quedarme allí, quería hacerme la completa estúpida no quería ver la realidad, pero siempre había sido alguien que prefería la verdad ante todo, prefería sufrir con la verdad a estar engañada toda la vida, allí fue donde mi mundo se fue abajo, allí fue donde descubrí que por mucho que llegase a amar a ese chico, él jamás me amaría, él jamás seria para mí, ya que cuando abrí la puerta y él besaba a mi prima antes de tirarla a la cama mientras retiraba su blusa con brusquedad y anhelo, sus ojos que una vez considere mágicos y hermosos me dieron una mirada antes de una media sonrisa, para solo concentrase en aquella que me había traicionado.

Ahí no me importaba el hecho de que el chico que me gustaba me hubiese lastimado, no me importaba que al final siempre seria no más que la pequeña niña con la que había crecido, me dolía el hecho de que mi prima siempre lo supo, ella siempre supo de mi inmenso amor por aquel hombre y ahora ella estaba en la cama con él, mis ojos se llenaban de lágrimas y corrí hacia mi habitación hecha un desastre, que vida fue aquella, solamente tenía quince años, la verdad es que sufrir tanto que al día siguiente le informe a mis padres del internado en suiza, mis deseos de marcharme y convertirme en la mejor, ese día me marche de estados unidos con la idea de jamás volver, ese día me convencía de que nunca más estaría de regreso.

--Señorita llegamos… El vuelo ha terminado, bienvenida a New York… --ahora regreso a ese lugar después de siete años, ahora me enfrento a la boda de mi prima con aquel hombre que me rompió el corazón, ahora tengo que ver como ellos lograrían su final feliz, mientras que yo, aunque lo deseaba en todo este tiempo aún no lograba sacar sus ojos de mi mente y corazón, por lo menos no del todo.

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